Tras una polémica que no se recordaba en años para la tramitación de un Reglamento de Circulación, amanece un nuevo borrador con algunas mejoras respecto a la versión anterior.
Mejoras respecto al anterior borrador:
- La bici puede ocupar todo el carril en ciudad, sin tener que ceñirse a la derecha en calles de un carril.
- Se puede usar un carril distinto al derecho si es necesario y no sólo para girar.
- Se podrá rebasar a vehículos detenidos por un semáforo para ponerse en cabeza
- Se autoriza a menores de 14 años a usar aceras, pudiendo ser acompañados por un adulto.
- El peatón ya no tiene la prioridad al cruzar una acera-bici.
- Las rotondas no habrá que hacerlas por la parte más exterior y los coches deben evitar cortar la trayectoria de los ciclistas que haya circulando dentro.
- Las bicis pueden circular por debajo de la velocidad mínima exigida para otros vehículos
- Se podrán llevar pasajeros, en plural (felicidades, Olly) excepto en autovías.
- Se podrán llevar remolques también de noche, aunque no en vías interurbanas.
- Prohibido ir en bici sin casco si no has cumplido 16, da igual dónde. A partir de 16, sólo obligatorio en carretera con las excepciones de calor o cuesta prolongada.
- Se permite el uso de distanciadores laterales.
A continuación, el título VI referido a la bici, tal y como quedaría de no haber cambios. Recordamos que este no es el texto definitivo. Hasta nueva orden, sigue en vigor el reglamento de 2004.


5. Ciclismo activista: La dejadez municipal con esto de la bici ha creado un interesante caldo de cultivo en el que miles de personas con ganas de rodar se han tenido que buscar las castañas y se han convertido en activistas en mayor o menor grado. Son muchos menos que en Barcelona o Sevilla, pero son mucho más combativos y exigentes, y con mayor capacidad de autoorganización y crítica. ¿Implicará esto una avalancha de usuarios? ¿Quizá una actitud desconfiada? ¿O mayor implicación para ayudar al que empieza? En todo caso, las disfunciones que inevitablemente tendrá el nuevo sistema no pasará inadvertidas ante sus ojos, por lo que la implicación ciudadana, lejos de disminuir, seguramente vaya a más.