La lluvia tiene muy mala fama. Cuando llueve todos tratamos de huir de ella como de la peste, aunque lo que cae no sea mas que agua.
¿Quién no ha mirado por la ventana antes de salir y le ha venido el pensamiento de esperar un poco a ver si para?

Pero, ¿por qué nos molesta la lluvia?
Básicamente porque altera nuestro confort térmico.
Para estar a gusto tenemos que mantener nuestro cuerpo a una cierta temperatura. Por eso nos ponemos un tipo de ropa u otro dependiendo de la estación. Pero la lluvia desbarata nuestros planes porque es agua fría que además provoca más frío durante más tiempo al dejar la ropa mojada.
Conocemos las consecuencias de mojarnos, por eso ver que está ocurriendo, nos provoca tanto estrés.
Pero, ¿cómo se puede disfrutar de la lluvia si lo que se pretende es evitar que el agua entre en contacto con nuestra piel o ropa?.

¿Quién no ha mirado por la ventana antes de salir y le ha venido el pensamiento de esperar un poco a ver si para?

Pero, ¿por qué nos molesta la lluvia?
Básicamente porque altera nuestro confort térmico.
Para estar a gusto tenemos que mantener nuestro cuerpo a una cierta temperatura. Por eso nos ponemos un tipo de ropa u otro dependiendo de la estación. Pero la lluvia desbarata nuestros planes porque es agua fría que además provoca más frío durante más tiempo al dejar la ropa mojada.
Conocemos las consecuencias de mojarnos, por eso ver que está ocurriendo, nos provoca tanto estrés.
Pero, ¿cómo se puede disfrutar de la lluvia si lo que se pretende es evitar que el agua entre en contacto con nuestra piel o ropa?.
Mojándose
Hoy en día hay ropa técnica que mojándose por dentro o por fuera (sudor o lluvia), sigue protegiendo teŕmicamente el cuerpo. De modo que se puede montar bajo la lluvia sin pasar frío y sin preocuparse de protegerse del agua. La sensación es muy placentera: dar pedales bajo la lluvia sin pasar frío ni calor. Claro que necesitaremos en destino toalla y ropa seca.