Seguimos conquistando Madrid
El Sábado pasado, el domingo… La hicieras cuando la hicieras, seguro que te llevaste un gran orgullo: el de haber conquistado con la sola fuerza de tus piernas y el suave deslizar de tu bicicleta el Palacio de Aranjuez. Cierto que costó lo suyo: La Marañosa, y sobre todo, el Pingarrón, ese temible muro que hizo estragos por sus rampas arenosas y deslizantes, bajo el duro sol. Pero algo tiene el ser humano, que, lejos de huir de las dificultades, toma fuerzas y corre en busca de más. Así que caballeros enbiciados, preparad vuestras cabalgaduras, que continuamos conquistando Madrid y sus secretos. Y esta vez necesitaremos a los guerreros más aguerridos para doblegar un Castillo. El Castillo de Manzanares.