
Hace unas semanas, publiqué un tweet sobre las prácticas que algunos usuarios incívicos del carsharing y se empieza a ver con más frecuencia: Aparcar en plazas de movilidad reducida o de minusválidos con el pensamiento de que en 5 o 10 minutos al finalizar el viaje, otro usuario reserve el coche y se lo lleve evitando al primero, posibles multas.
Es evidente que los que usamos el carsharing nos gusta, como a todos, intentar aparcar lo más cerca a nuestro destino. Sin embargo y según la zona que sea, no siempre hay abundancia de plazas para aparcar aunque el ser coche eléctrico o híbrido permita hacerlo en casi cualquier sitio, pero tampoco puede ser a costa de los demás.