Menú horizontal

Este blog lo escriben exclusivamente voluntarios

¿Echas de menos un tema? Pídelo o escríbelo tú y enviálo a enbici@espormadrid.es y te lo publicamos en un par de días.

Si quieres colaborar sin escribir o si te ha gustado un artículo, puedes invitar a una caña a quien escribe, que siempre hace ilusión.


jueves, 28 de enero de 2016

Cómo bajar los humos a un conductor agresivo

Te contamos los trámites de una denuncia a requerimiento


Cuando circulamos con nuestra bici por la ciudad y nos adelanta un coche sin guardar la distancia lateral suficiente, se suelen producir las siguientes reacciones:

1º Gran susto: ¡Mecagüen...!
2º Gran exclamación: ¡La madre que te echó, que casi me tiras, animal!
3º Gran comecome: En cuanto baje de la bici le voy a denunciar, vamos que sí, se va a enterar este, que no sabe con quién se la está jugando.
4º Gran conversación con pareja o amigos: Hoy casi me tira un pedazo cabestro al adelantarme / denúncialo, tío / sí, eso voy a hacer / claro tío / claro, joder.
5º Gran somnolencia: Qué cansado estoy. Bah, ya si eso le denuncio mañana.
6º Gran renuncia: Bah, pa' qué, si no le va a pasar nada y, además... qué pereza lo de meterme en líos.

Seguro que habéis pasado alguna vez por este mal trago, y seguro también que alguna vez habéis oído hablar de la famosa denuncia voluntaria. Pues bien, ha llegado la hora de saber qué es eso, cómo se articula y qué resultados nos depara, y todo ello os lo vamos a contar en directo, en nuestro banco de pruebas, a partir de un caso práctico que ocurrió el pasado lunes y cuyo desencadenante podéis ver en este vídeo:




Los hechos

El pasado lunes, 18 de enero de 2016, andábame yo a las nueve y diez de la mañana circulando por el ciclocarril del Paseo del Prado, a la altura del número 40 y en sentido Cibeles, cuando un taxista me sobrepasó por la izquierda invadiendo mi carril y sin dejar apenas espacio entre su Skoda Octavia y mi bicicleta.

En el vídeo podéis asimismo apreciar cómo el taxista realizó la maniobra sin respetar ni una de las normas que establece la Ordenanza de Movilidad de Madrid, concretamente en su artículo 20:

"Los conductores de vehículos motorizados que quieran adelantar a un ciclista en zona urbana deberán extremar las precauciones, cambiando de carril de circulación dejando un espacio lateral suficiente que garantice la seguridad entre la bicicleta y el vehículo motorizado que pretende adelantarla. Así mismo, cuando estén circulando detrás de una bicicleta, mantendrán una distancia de seguridad prudencial y proporcional a la velocidad, que nunca podrá ser inferior a 5 metros."

Tras pasar por las fases 1 a 4 anteriormente mencionadas (susto, cabreo, comecome y conversación familiar), tomé la decisión de denunciar a este incívico conductor.


La denuncia

En casos como este -en los que no se ha producido un siniestro- la opción que tenemos es la de formular una denuncia a requerimiento o denuncia voluntaria, que consiste en localizar a cualquier policía municipal o guardia civil -en su caso- y denunciar verbalmente la infracción cometida por el conductor. En teoría, y se supone que también en la práctica, solamente con esta acción el agente iniciará un expediente sancionador y al conductor le llegará una notificación con la denuncia y la propuesta de sanción.

Sin embargo, tras el incidente que os he narrado no pude localizar a ningún policía en mi recorrido, con lo que tuve que pasar al plan B, y con esas mismas comencé mi peripecia para denunciar lo sucedido.

¿Y dónde tengo que denunciar?

Para evitar ir dando palos de ciego, me puse en contacto con alguien que ya había pasado por esto. David, un lector del blog que nos hizo llegar el vídeo de una peligrosísima maniobra de un taxista en la Ronda de Atocha, y que a punto estuvo de tirarle al asfalto, me comentó que tras el pertinente cabreo acudió a una comisaría de policía nacional y allí le dijeron que no tramitaban denuncias por asuntos de tráfico. Le recomendaron que acudiera a la policía municipal y, dicho y hecho, se personó en una de las Oficinas de Atención al Ciudadano (OAC) de la Policía Municipal de Madrid, donde tomaron nota del incidente en un papelín y eso es todo, amigos, pues nuestro amigo jamás volvió a tener noticias del caso.



A David no le dieron ningún justificante que acreditara la denuncia, por lo que en ningún momento pudo interesarse por el desarrollo del expediente, si es que este llegó alguna vez a tramitarse.

Con estos antecedentes, y tras dar algunos tumbos por un par de Oficinas de Atención al Ciudadano de la Policía Municipal, conseguí denunciar al infractor. Sin embargo, y al igual que nuestro amigo David, de allí salí sin papel alguno que acreditara que yo había interpuesto esa denuncia a requerimiento. Ante mis preguntas de denunciante novato, el agente que tramitó la denuncia me explicó lo que iba a pasar a partir de ese momento.

El procedimiento

El policía municipal cumplimentó en un boletín de denuncias (como el que llevan encima cuando patrullan) todos mis datos, los del infractor y los del incidente en cuestión, sin olvidar la mención a la grabación de los hechos, y los dos firmamos la denuncia. A partir de ahí, se inicia el procedimiento sancionador y el instructor remitirá a este taxista una notificación de sanción por un importe de 200 € por "poner en peligro a un ciclista en un adelantamiento" y la merma de 4 puntos en su carné.

Cuando el taxista reciba esta notificación, tendrá dos opciones: la primera sería acordarse de toda mi familia y pagar cuanto antes y disfrutar de un 50% de bonificación; la segunda, acordarse igualmente de toda mi familia y recurrir la propuesta de sanción. En este último caso, y según me contó el policía, el instructor del expediente podría requerirme para que aportara la grabación del vídeo y, si estimara que es suficiente prueba, procedería a sancionar al conductor, esta vez sin bonificación alguna.

Y todo esto... ¿merece la pena?

El objetivo de denunciar este comportamiento temerario e incívico no es solamente el de conseguir que le metan un buen rejón, ni mucho menos. El hecho de hacerlo y, además, contarlo en este blog, persigue acabar con estos comportamientos que, aunque cada vez sean menos frecuentes, pueden acabar en accidentes de tráfico con consecuencias irreparables.

Sea como fuere, actitudes violentas como las de este sujeto no son, por fortuna, tan habituales como llamativas, pero lo que sí está claro es que esta minoría de conductores agresivos ejerce su acoso de forma reiterada, y una de las razones por las que persisten en su actitud es porque no son denunciados. Puede que con una denuncia no pase nada, pero si un mismo conductor recibe una notificación de denuncia tras otra, y si estas denuncias tienen lugares, fechas y denunciantes diversos, con toda seguridad cesarán en su empeño o, al menos, se lo pensarán dos veces la próxima vez que lleven una bici delante de su morro.





A modo de resumen

Ya sabéis, si sois objeto de violencia vial, estos son los pasos a seguir:

  1. Tomad nota de la matrícula, lugar, fecha y hora de los hechos.
  2. Intentad localizar una patrulla de la Policía Municipal, Guardia Civil o Policía Autónomica y decidles que queréis interponer una denuncia a requerimiento. Si no localizáis a ningún agente, acudid a las oficinas pertinentes (OAC, cuartelillo, etc., pero nunca a la Policía Nacional).
  3. Aseguraos de que toman todos los datos en un boletín de denuncias (no os fiéis si lo apuntan en una libretilla en blanco o en una servilleta de papel).
  4. Si tenéis pruebas o testigos, insistid en que el agente que rellene el boletín deje constancia de ello en la denuncia.
Por último, quiero dar un fuerte tirón de orejas a los responsables de la cuenta de Twitter @policiademadrid, pues pasaron olímpicamente de mí cuando les pregunté cómo había que proceder en estos casos, y una felicitación a todos y cada uno de los agentes de la Policía Municipal de Madrid con los que hablé durante estos días, que en todo momento y con tremenda amabilidad me informaron sobre los pasos a dar en estos casos y, además, me mostraron toda su comprensión y solidaridad frente a la violencia vial de algunos energúmenos.


Pero... ¿qué paso al final con la denuncia? (editado en julio de 2017)

Hasta aquí habéis conocido la primera parte del relato y las instrucciones de cómo presentar una denuncia a requerimiento, pero sabéis que las cosas de palacio no van tan deprisa como el taxista de este artículo, y no quedó otra que dejar pasar los meses y esperar a tener, o no, noticias de este señor. Con este procedimiento nos puede quedar la duda de si todas las denuncias de este tipo llegan a tramitarse, pero no queda más remedio que confiar en la profesionalidad de los agentes y en que, por principio, están obligados a cumplir con lo que la Ley reconoce como un derecho de cualquier ciudadano.


Y en este caso os puedo asegurar que así fue. A los siete meses recibí un requerimiento del Ayuntamiento de Madrid en el que se incluían las alegaciones del conductor y en ellas relataba una serie de hechos ficticios que en nada se correspondían con lo sucedido y que procedo a reproducir literalmente:

"Que siendo el titular y conductor del Autotaxi de Madrid con la licencia ------- y matrícula --------- se me ha puesto una sanción por adelantar poniendo en peligro a ciclistas.

Llevo casi 40 años en la profesión y siempre he sido respetuoso con las normas de circulación, también he sido y sigo siendo aficionado al ciclismo y sigo siéndolo a mis 64 años utilizo a diario la bicicleta. 

Recuerdo esa mañana por el Paseo del Prado frente al jardin vertical y la Caixa Forun, por el carril Bus_Taxi circulaba un ciclista teniendo por fuera un carril con preferencia para ellos, el ciclista al darse cuenta que le seguía un coche se arrimó a su derecha y con un gesto con el brazo me indicó que pasara, así lo hice puesto que justo en ese punto el carril tiene más de cuatro metros de ancho y la velocidad en la zona como se puede comprender no es muy alta por la prohibición y el tráfico que hay por esa zona. Creo que el Agente por la situación que se encontrara y por los cinco carriles que tiene esa calle, pudo penar que me arrimé mucho al ciclista y no se daría cuenta que me había cedido el paso.

Por lo tanto ruego que se anule la sanción y convencido de que no he cometido ninguna infracción, hago este escrito convencido de que se revisará y se rectificará la multa de 200 euros y cuatro puntos que tanto me cuestan hacer por la calle.

Muchas gracias."

En el requerimiento el instructor del expediente me daba la opción de volver a confirmar mi relato de los hechos y de aportar las pruebas que estimase oportunas, y así lo hice, adjuntando además varias imágenes capturadas del vídeo en las que se podía apreciar la secuencia del adelantamiento.

En teoría, esta sería la última noticia que yo iba a recibir sobre el procedimiento, a no ser que el taxista presentara un recurso contencioso administrativo y a mí se me llamara en calidad de testigo, pero a veces la vida te da sorpresas y alguien te sopla el final de la película.

Amenaza, que no es poco

La verdad, nunca hubiera esperado que fuera el propio infractor quien me confirmara que le habían cascado 200 euros de multa y quitado 4 puntos del carné pero, por sorprendente que parezca, hace unas semanas recibí una notificación de una conocida red social; alguien me había dejado un mensaje respondiendo a una viñeta de Peráltez sobre cómo circular por el centro del carril. Esta es la conversación que se produjo:

Taxista:  Esa es la educación y el respeto que quieres para los ciclistas circular por el centro?. Que te parece si en ciudad y sin carril bici los coches llevásemos las puertas abiertas, para no dejar pasar a ciclistas en un semáforo, o en un atasco, casi rozandonos el coche?.

Yo: Lea, por favor, la Ordenanza de Movilidad para la ciudad de Madrid. Lo de circular por el centro del carril es una obligación para los ciclistas que, además, les protege de adelantamientos inseguros y de accidentes con los vehículos aparcados.

Taxista: Soy el del Po. Del Prado que denunciaste, veo que te sientes muy orgulloso con lo que hiciste, eres muy valiente, 4 puntos de carnet y 200€ por equivocarme y por tener que ajustar un poco la distancia a una velocidad no más de 20 kms.h. creo que por pasar y tocarle sin querer un poco si lo tiras, te disculpas y como mucho sería la misma sanción...........

Taxista: El Po. Del Prado y Ronda de Atocha los lunes y que otro dia?.

Yo: ¿A qué te refieres con el último mensaje?

Taxista: Por que me gustaría verte más por alli


¿Volvemos a denunciar?

Como veis, la parte buena es que ya sabemos que este tipo de denuncias prosperan y que debemos denunciar cuando nuestra integridad física se ponga deliberadamente en peligro. La parte no tan buena es que no siempre el sancionado aprende la lección y rectifica su comportamiento, sino que puede llegar a persistir en su error e incluso aumentarlo profiriendo graves amenazas como estas.

Mi primera idea fue denunciar en comisaría estas amenazas y volver a llevar una cámara en la trasera de mi bici, pero solo cumplí con esta última intención de grabar de nuevo lo que mi culo no ve. De momento me olvidaré de más denuncias pero, tras reflexionar con mis compañeros de blog, decidimos volver a sacar un arma secreta y revolucionaria que ya alguna vez hemos utilizado en casos similares, aunque esto, queridos lectores... lo desvelaremos después del verano.


No hay comentarios :

Publicar un comentario