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lunes, 9 de junio de 2014

Hace una semana que uso la bici para ir trabajar y estoy encantado

Solo hay una cosa que me pesa y es…el no haber empezado antes.

Escrito por Jorge



La motivación

En mi caso me han inspirado por un lado la gente que ya lo hacía y contaba sus experiencias por internet (de ahí el que me anime a escribir la mía) y por otro lado el ejemplo de un compañero de trabajo que, antes de mudarse, vivía por mi zona y siempre venia en bici. Algo tenía que tener, para que aunque hiciese calor, lloviese o nevase, no dejase la bici. De hecho incluso ahora que vive lejos, y le lleva más de una hora cada trayecto, sigue viniendo de vez en cuando.

¿Qué me frenaba?

Principalmente dos cosas: el tráfico y el trabajar con ropa formal.

A vencer el miedo a circular con la bici entre los coches me han ayudado especialmente:


En cuanto a la combinación de bici con la cadena al aire, 10 km por trayecto, un par de buenas cuestas y trabajar de traje pues no hay más que concienciarse de que no son compatibles y pensar en cómo solucionarlo.

La logística

Pues no tiene mucho misterio: me “disfrazo” de ciclista para ir en la bici y me cambio al llegar al trabajo. Que aparezco por la oficina hecho un pintas…pues si…que me da un poco de vergüenza…pues si…que me acostumbraré yo y mis compañeros a ello…pues espero que si porque de momento estamos, ellos y yo, en ello.

En cuanto al cómo llevar las cosas, hay dos opciones: mochila o trasportín + alforja. La opción de la mochila la probé el día que salí a reconocer el recorrido y, siendo el objetivo (al no tener duchas en el trabajo) el llegar a la oficina sin romper a sudar, la descarte porque me hacia sudar en la zona donde esta apoya en la espalda. A la vuelta como vas camino de casa el que haga calor o el que subas de pulsaciones deja de ser un problema, pero a la ida, salir pronto (menos calor y trafico), llevar trasportín + alforja e ir suave en las cuestas ayuda a que no sudes.

En cuanto al qué llevar, me ha facilitado mucho la logística el tener a mi disposición un armarito en la oficina. En el dejo todo lo que puedo: chaquetas, corbatas, ¡la gomina! Así que poco más que pantalón, camisa, móvil y cartera viajan conmigo. Por supuesto con una alforja sola más que de sobra.

Del tema de la seguridad a la hora de aparcar la bici, lo tengo muy fácil ya que la aparco dentro de un recinto cerrado, vigilado por seguridad privada y además la veo desde mi ventana. Mejor imposible. No la pongo ni candado. En casa es justo lo opuesto, ya que el verano pasado entraron en el trastero y desde entonces no duermo tranquilo. Mi idea feliz ha sido candarla, con el mejor y más caro candado que encontré (¡como duele gastar dinero en estas cosas!), a otra bici y a un somier (digo yo que sea imposible sacar las tres cosas por la puerta a la vez) pero quien sabe…

Y se me olvidaba la inevitable comparativa con el coche: yendo suave y desde que cierro la puerta de casa hasta que entro por la de la oficina son 25-30 minutos. Antes, con el coche, sin atasco y aparcando a la primera, 20  :-)

El recorrido

El recorrido es muy tranquilo. Por las mañanas me adelantan 2-3 coches de media en todo el trayecto y a la vuelta, aunque cada poco me pasa alguno, lo hacen despacio, así que de momento sin problemas. Todavía no me sale de forma instintiva lo de ir por el centro cuando hay coches aparcados pero noto que poco a poco empiezo a encontrar mi sitio al circular.



Paso a describíroslo: Salgo de la calle Niceto Alcalá Zamora en Sanchinarro y la recorro por el carril bici en su mayor parte (en esta calle creo que es lo mejor ya que aunque en la carretera hay un límite de 30 km/h pocos coches lo respetan). De aquí enlazo con Vicente Blasco Ibañez, calle de colegios, así que en hora de entrada / salida hay que tener cuidado con coches en doble fila / puertas que se abren / niños…fuera de esos periodos ni un coche. Una vez pasados los colegios puedes (aquí empieza el repecho del recorrido) recorrerla hasta el final o cruzar por el parque y coger el camino del Arroyo de Valdebebas. Ambas opciones te dejan en el Puente del Encinar. Yo prefiero la segunda ya que aunque con un poco más de pendiente es más corta y tiene menos tráfico. Una vez cruzado el puente, sigues subiendo por la calle del Encinar hasta la Estafeta de la Moraleja donde la calle pasa a ser de un solo sentido y nos obligara a doblar a la izquierda y rodearla atravesando la zona de restaurantes. En este punto termina la subida y ya solo nos queda recorrer en su totalidad el paseo Conde de los Gaitanes. En total, casi 10 km.

 

Creo que poco más puedo aportar. Muchas gracias a todos lo que me habéis animado, en especial a Miguel y Baldo y ánimo a los que todavía no lo habéis intentado.

Saludos.

Jorge.
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Muchas gracias Jorge, por tu relato
Menuda sorpresa! y qué envidia ;-)