1/2. El pre-Soplao
Aunque la mayor parte de nuestras rutas MTB ruedan por Madrid y sus alrededores, nos gusta ampliar nuestras miras, saliendo a las provincias limítrofes, muy particularmente en nuestros retos de fin de mes. Como ya os adelantábamos, este año además de nuestros retos "Intercity", hemos añadido una cita más a nuestro calendario.
23 de Mayo, los 10.000 del Soplao.
No es una carrera, sino una prueba "no competitiva", quizá la más dura de España en MTB, y al alcance de muy pocos.
Aunque somos varios los que vamos, os cuento aquí cómo lo hemos preparado, desde mi particular punto de vista. El de un "chaval" de 40 años que pasa por ser de los paquetes del grupo de habituales en las rutas MTB de enbicipormadrid.

No es una carrera, sino una prueba "no competitiva", quizá la más dura de España en MTB, y al alcance de muy pocos.
Aunque somos varios los que vamos, os cuento aquí cómo lo hemos preparado, desde mi particular punto de vista. El de un "chaval" de 40 años que pasa por ser de los paquetes del grupo de habituales en las rutas MTB de enbicipormadrid.
Diciembre: El inicio de la locura. Bendita Locura!!
La historia comienza aquí, el día 2 de Diciembre, aunque como todas las grandes historias épicas comienza mucho antes. Realmente, comienza con una caída el 1 de Noviembre. Un gesto tonto, una mala maniobra, y me voy al suelo, directo de cabeza y el casco me salva de un viaje al otro barrio (aunque esta visto que no de perder unas cuantas neuronas). Peor suerte se lleva la mano derecha, la única buena que tengo (el uso de la mano izquierda nunca fue lo mio). Fractura del quinto metacarpiano. Un mes mas tarde, camino de vuelta a casa mientras ojeo mi Facebook. Durante este tiempo, ese ha sido mi principal entretenimiento y tortura masoquista. Llevo un mes de baja. Hace solo una semana que sé que no voy a tener que operarme, y he ido a mi primera y dolorosa sesión de rehabilitación. Entre la oleada de noticias de los diferentes grupos relacionados con el ciclismo a los que estoy suscrito, una muerde mi curiosidad. Aparece una noticia: "Los Diez mil del Soplao. Abiertas las inscripciones".
Realmente no sé porqué, porque estaban abiertas desde Septiembre, quizá para animar a la gente antes de subir el precio de la matrícula. En ese momento, la sola idea de coger la bici parece muy lejana, una locura. Pero por eso mismo, y por cuanto la echo de menos, la bombilla se enciende. Un fogonazo de locura. ¿Y si me apunto? Luego lo pienso. Estoy pirado, eso es muy duro, hasta para los pro's.
Y yo, me ponga como me ponga, soy un humilde paquete. Toda la forma que cogí en el Camino se ha perdido. Pero... lo necesito. Necesito algo que me empuje a tirar, a motivarme para hacer ejercicio, a salir a la calle e intentar moverme contra la pereza. No sé si será la desesperación por volver a los retos ciclistas, o los efectos del golpe en la cabeza, pero tomo una decisión. Me voy a apuntar. Si no voy solo, me voy a apuntar. Lanzo la consulta en el chat de los enbiciados, y cruzo los dedos.
Realmente no sé porqué, porque estaban abiertas desde Septiembre, quizá para animar a la gente antes de subir el precio de la matrícula. En ese momento, la sola idea de coger la bici parece muy lejana, una locura. Pero por eso mismo, y por cuanto la echo de menos, la bombilla se enciende. Un fogonazo de locura. ¿Y si me apunto? Luego lo pienso. Estoy pirado, eso es muy duro, hasta para los pro's.
Y yo, me ponga como me ponga, soy un humilde paquete. Toda la forma que cogí en el Camino se ha perdido. Pero... lo necesito. Necesito algo que me empuje a tirar, a motivarme para hacer ejercicio, a salir a la calle e intentar moverme contra la pereza. No sé si será la desesperación por volver a los retos ciclistas, o los efectos del golpe en la cabeza, pero tomo una decisión. Me voy a apuntar. Si no voy solo, me voy a apuntar. Lanzo la consulta en el chat de los enbiciados, y cruzo los dedos.
Niko no tarda ni un minuto en responder. Casi se diría que me está esperando ;-). Bien, ya tengo compañía. Poco después, se apuntan Jarein, David y Diego. Fernando, mi mecánico particular en el Camino, se hace de rogar. Ese día trabaja, pero con algo de esfuerzo, conseguimos convencerle. Pocos como él están a la altura del reto. Es entonces cuando me asusto (lo de asustarse es un eufemismo) un poco, viendo quienes se han apuntado conmigo: Los Cracks, esos que sea cual sea la ruta, van en cabeza y a los que ni de lejos puedo seguir.
¿Dónde me he metido? Los Diez Mil del Soplao es una prueba no competitiva que sale desde la localidad de Cabezón de la Sal en la zona del Sansa-Naja, en Cantabria desde 2007. Fundada por unos amigos de la zona, consiguieron su objetivo de ponerla en el mapa del BTT nacional por una vía: la de hacer una ruta tan dura que nadie pudiera encontrar en su zona nada igual.
Los números asustan: 164 km, y cerca de 5.000 metros de desnivel positivo. Un IBP por encima de 400. Son palabras mayores. Nunca hemos hecho nada así. Nuestras mayores retos "apenas" han excedido los 250. No sólo son los kilómetros, sino un perfil asesino cuajado de subidas de vértigo, con porcentajes por encima del 20%. Llevamos años bromeando con ese perfil que nos emocionó cuando vimos por primera vez la Película. Cuando una ruta es dura, decimos que es "casi" un Soplao.
Los números asustan: 164 km, y cerca de 5.000 metros de desnivel positivo. Un IBP por encima de 400. Son palabras mayores. Nunca hemos hecho nada así. Nuestras mayores retos "apenas" han excedido los 250. No sólo son los kilómetros, sino un perfil asesino cuajado de subidas de vértigo, con porcentajes por encima del 20%. Llevamos años bromeando con ese perfil que nos emocionó cuando vimos por primera vez la Película. Cuando una ruta es dura, decimos que es "casi" un Soplao.
Y yo, no dejo de ser un "paquete", uno que subiendo no va mal, pero un paquete. Pero… A lo hecho pecho.
Rápidamente se monta un chat alternativo para los apuntados. Somos siete: Niko, Fernando (que finalmente ha conseguido gestionar el día), Jarein, David G. , Diego M. , y el paquete promotor. Somos los "ENBICIADOS EN EL SOPLAO 2015". Para todos, es muy fuerte. Todos sabemos que habrá que hacer algo más que para uno de nuestros "Retos" de fin de mes. Y rápidamente empieza a plantearse cómo vamos a prepararnos.
Muchos se plantearán por la ambición de muchos de nuestros retos, qué es lo que hacemos para estar en forma. La respuesta, al menos en mi caso, es nada, salvo no perderme ninguna de las citas de cada semana, y es así que semana a semana hemos ido creciendo hasta hacer de lo que ayer era imposible, algo asequible, y convertir en retos lo que para el común de los ciclistas es simplemente impensable. Pero el Soplao es mucho más. Y además, entre mis compañeros de desafío están algunos de los más PRO's del grupo, así que el chat se "tecnifica" enseguida.
Nos volvemos asiduos al blog de Chema Arguedas. Un "gurú" en la red de temas de preparación física para ciclistas que publica su blog en "Ciclismo a fondo". Sus libros "Planifica tus pedaladas" y "Alimenta tus pedaladas" se convierten en libros de cabecera de mis compañeros. El primero, con su plan de entrenamientos enfocados a la mejora de rendimiento como ciclista. El segundo dedicado a cuidar la alimentación.
Unos van a seguirlo más estrictamente, y otros menos. En mi caso, no tengo más tiempo que darle a la bici, y llevo un año yendo a un nutricionista para cuidar mi sobrepeso (ahora soy un paquete flaco en vez de un paquete gordo). Y el plan de entrenamientos aún me coge muy lejos. Toda la actividad que puedo desarrollar pasa por ir a trabajar, y por soportar el dolor de la rehabilitación de la mano (y ello después de un mes en casa). Por fin, el 15 de Diciembre me atrevo a ir al gimnasio y coger una bici para hacer Spinning. Aunque no puedo ponerme de pie ni apoyar en la derecha, mi razón para hacer el Soplao funciona. Doy pedales -luego la mano se pasará doliendo tres días- y aunque me muero de envidia cada Sábado con las rutas de mis compañeros, tengo un objetivo para cuidarme de los excesos de Navidad con sesiones adicionales de Spinning y toda clase de ejercicios para fortalecer la mano adicionales a la rehabilitación.
Enero: Un manillar lleno de clavos
La mañana de Reyes cometo la osadía. El médico acaba de darme el "alta oficial". Le pregunto si puedo montar en bici: "Si tú lo aguantas… no va a romperse de nuevo, pero te va a doler". En palabras de mi mujer, llevo dos meses como un león enjaulado. Hace un día muy frío pero soleado. Salgo temprano, y al principio todo va bien, salvo por la dolorosa molestia de ponerme los guantes largos que entran muy a duras penas con la inflamación de la mano. Bajo la cuesta del parque del oeste y me dirijo a la casa de Campo. Ahí empieza la "diversión". El terreno bacheado se convierte en una tortura, sobre todo bajando, donde no puedo soltar el manillar ni usar los acoples. Afortunadamente, es muy temprano porque los pocos seres que pasean aún deben estarse preguntando porqué el tío ese gritaba. Pero lo consigo. Estoy de vuelta. Flojo, flojísimo. Pero veo factible montar en bici.
El Sábado vuelvo a las rutas. Cercedilla-El Escorial por Abantos. Con mucho miedo de tener cualquier percance, de que un reflejo por el dolor me haga tener una caída, y convencido de que de la Fuenfría no paso, me apunto a la ruta. Voy drogado hasta arriba pero aguanto razonablemente bien. He puesto en el manillar una esponja que evita que el punto de dolor apoye, y se prueba eficaz. Cutre, pero funciona, y sufro mucho menos que en 13 km en la Casa de Campo. Ese día hago mucho empujabike, en zonas técnicas, pero me llevo la mayor de las sorpresas. Las piernas van bien. Muy bien. Subo Abantos casi con los mejores (cuando duele, pedaleo aún más fuerte). Y luego bajo muy despacio (entre otras cosas, para quedarme atrás y que los amigos no me oigan queharme). Es la gran sorpresa del mes.
El Sábado vuelvo a las rutas. Cercedilla-El Escorial por Abantos. Con mucho miedo de tener cualquier percance, de que un reflejo por el dolor me haga tener una caída, y convencido de que de la Fuenfría no paso, me apunto a la ruta. Voy drogado hasta arriba pero aguanto razonablemente bien. He puesto en el manillar una esponja que evita que el punto de dolor apoye, y se prueba eficaz. Cutre, pero funciona, y sufro mucho menos que en 13 km en la Casa de Campo. Ese día hago mucho empujabike, en zonas técnicas, pero me llevo la mayor de las sorpresas. Las piernas van bien. Muy bien. Subo Abantos casi con los mejores (cuando duele, pedaleo aún más fuerte). Y luego bajo muy despacio (entre otras cosas, para quedarme atrás y que los amigos no me oigan queharme). Es la gran sorpresa del mes.
En cuanto al grupo de Soplaos, empezamos a planificar la ruta, buscando alojamiento. "Planifica tus pedaladas" ha sido la lectura de las navidades . Una correcta preparación requiere de 20 semanas (sí, habéis leído bien), así que estamos a tiempo.
Las doce primeras haciendo lo que se llama "entrenamiento base" y las ocho últimas "entrenamiento de Calidad". Averiguamos lo que son los umbrales aeróbico y anaeróbico, y lo que es un "test de esfuerzo"
Yo no entiendo mucho de esto, pero básicamente, el "base" consiste en hacer entrenamientos frecuentes, pero suaves, asegurándote de no exceder el umbral anaeróbico. Fortalecer el músculo y darle volumen para cuando lo necesitemos.
Mientras David se ha hecho un plan combinando rodillo, otros empiezan su entrenamiento de base, con salidas algo más frecuentes. Por mi parte, el tiempo da para lo que da. Pero lo importante, que es salir los Sábados de ruta, lo hago. Siempre a mi ritmo suave (que descubriré que se parece mucho a eso que llaman hacer "base") y a menudo de "cierre" y sin picarme con nadie. Niko, que es un valiente se apunta a la "Rotor Big Race" como un test para probar su estado de forma. Como si le hiciera falta. Y Jarein nos coordina en la obtención de alojamiento. Ya tenemos cama donde caer muertos después de la prueba!
El mes acaba con una sorpresa desagradable. Diego no va a poder acompañarnos al Soplao, porque le coincide con una Comunión. Y con nuestro reto de fin de mes, que se convierte en un Infierno de nieve (42 km de empujabike).
Febrero: Mesociclo va, macrociclo viene
Ya con alojamiento asegurado, mis compañeros siguen con su preparación. Todo muy profesional. Descubrimos lo que son los mesociclos y planificar el entrenamiento... Yo me tomo unos días de recarga de bonobici en Roma, mientras pienso: Menos mal que no estoy entrenando mucho, porque seguro que me lo habría cargado.
Mientras, Niko vive su primer pre-Soplao. La Rotor, con sus 2000 metros de desnivel positivo acumulados en solo 50 km son un buen calentón para cualquiera… Pero no para él, que para endurecerlo un poco más sale con el grupo el día de antes a hacer los 115 km rompe-piernas por los cañones del Guadalix.
Niko vuelve agotado de la Rotor, y me entra el agobio. Si él se ha cansado con solo "medio Soplao" ¿Seré capaz de sobrevivir?
Aún así, y al igual que Niko, con su ruta el día de antes, se convierte en una costumbre que seguiremos los Soplaos, la de endurecer las rutas de los Sábados. No queremos renunciar por entrenar a salir con los amigos que nos unieron, así que empezamos rodando desde Madrid rutas que empiezan en Colmenar, o nos cargamos con peso extra, como en mi caso. Rescato las alforjas del Camino de Santiago y las lleno de herramientas, comida extra, ropa de abrigo. Así empiezo en la preparación de la Red MTB. Mismas horas y un extra de esfuerzo. Nuestro reto de fin de mes a la Sierra de la Cabrera (151 km y 1.600 m D+) con una salida a tope el día anterior de 70 km. Febrero acaba con más de 400 km en la mochila (a pesar del parón romano) y la sensación de estar muy bien, tras acabar el reto esprintando por el carril bici.
Marzo: Todo por la Red y la esperanza del molinillo
Marzo comienza con un compromiso muy importante: Preparar la Red MTB. Ese día todos los enbiciados nos preparamos para dar ayuda a otros bikers que no vienen habitualmente a nuestras rutas. Y hay que hacerlo compatible con el Soplao. Así que seguimos con la disciplina de endurecer. Primero, la prueba de la red, añadiendo de nuevo peso, y acabando con una subida a Fuenfría. El puente de San José lo celebramos con una buena subida a Abantos. Todos pensamos que hay que hacer más montaña, pero la nieve nos lo complica. Así que hay que aprovechar toda ocasión. Veo a mis compañeros muy preparados, saliendo entre semana a hacer más y más puertos y empieza a surgirme el miedo. En cuanto empiece el Soplao me voy a quedar sólo.
Y como siempre, a lo más oscuro amanece Dios. Laura se lo está planteando. Nuestra querida Laura, capaz de llegar a donde sea, dándole al molinillo, siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Eso me da una luz de esperanza. Llega la Red, y, a pesar de la lluvia y el mal tiempo, nos defendemos. Voy de cierre, con las alforjas y comida y repuestos para todo el que los necesite (pocos al final). Pero se solventa con éxito. Y ponemos la mirada en el reto de fin de mes: Guadalajara. Ida y vuelta? Sin duda. Y con alforjas? Hay que intentarlo. Llegar a Guadalajara y sentir que voy fresco me da esperanzas. La vuelta a Madrid, con Fernando, Niko, Alonso, Antonio,... 177 km y llegamos tan frescos. Igual va a ser que sí estamos fuertes. Con amigos se puede. El tiempo pasa volando. Las semanas son lo que pasa entre una ruta y otra. Los meses lo que pasa entre un reto y el siguiente.
Y como siempre, a lo más oscuro amanece Dios. Laura se lo está planteando. Nuestra querida Laura, capaz de llegar a donde sea, dándole al molinillo, siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Eso me da una luz de esperanza. Llega la Red, y, a pesar de la lluvia y el mal tiempo, nos defendemos. Voy de cierre, con las alforjas y comida y repuestos para todo el que los necesite (pocos al final). Pero se solventa con éxito. Y ponemos la mirada en el reto de fin de mes: Guadalajara. Ida y vuelta? Sin duda. Y con alforjas? Hay que intentarlo. Llegar a Guadalajara y sentir que voy fresco me da esperanzas. La vuelta a Madrid, con Fernando, Niko, Alonso, Antonio,... 177 km y llegamos tan frescos. Igual va a ser que sí estamos fuertes. Con amigos se puede. El tiempo pasa volando. Las semanas son lo que pasa entre una ruta y otra. Los meses lo que pasa entre un reto y el siguiente.
Abril: Entrenamiento "de calidad"? Superando Barreras.
Quedan solo 8 semanas: Según los PRO's, tendríamos que hacer el "Entrenamiento de Calidad". El Soplao se acerca y con él el vértigo. Cada vez más, estudiamos la ruta, analizando cada kilómetro, unas veces para asustarnos más y otras para darnos moral. Mis compañeros Soplaos apremian con rutas de más y más kilómetros, más y más puertos. Y yo qué hago? Soy un tipo normal: Me voy de vacaciones. Los paquetes somos así, y hay que cuidar el bonobici, tan castigado con tantas rutas. Quince días sin dar pedales. Algo por una parte imprescindible, pero que por otro lado, puede comprometer la forma. Así que me surge una idea: ¿Qué necesito para retomar el tono después de las vacaciones? Pienso: Un Camino de Santiago. Varios días consecutivos montando en bici. Así que hago una propuesta a mis amigos: Un puente de Mayo ciclista en mi tierra (soy de Soria, de la zona del Burgo de Osma). Varios se unen y empezamos a planificarlo.
Entretanto, y tras la vuelta de mis vacaciones, las rutas se mueven por los llanos del Sur, rutas muy rodadoras que nada tienen que ver con el Soplao, y que de nuevo, endurezco, con algo de equipaje "extra". Madrid-Chinchón-Aranjuez (120 km que acabo corriendo como un loco por llegar tarde a una cita), y, sobre todo, Madrid-Toledo-Madrid. La de Toledo, nuestro reto de fin de mes, es especial para mí. El año pasado tuve que perderme la vuelta a Madrid, y este año le tengo ganas. Pero paso una semana previa muy mala. A punto estoy de no salir. Luego, en ruta, dos amagos de calambre a la salida de Bargas hacen que la cosa se complique. Las piernas no van. Pero, me lo tomo como algo personal. Este día será uno de entrenamiento para la cabeza. Saber sufrir. Pienso, no me voy a echar atrás. Lo voy a superar, y así cuando la cosa se ponga dura en el Soplao pensaré "También estaba complicado en Toledo y llegaste". Camino de Aranjuez se pone a llover. "No voy a dejarlo. Porque cuando se ponga a llover a mares subiendo el Negreo, pensaré que yo superé lo de Toledo". Sigo y sigo. Y llegamos a Aranjuez. Cervecita rápida, recarga de ánimos. Y a seguir. Somos pocos, cierto, pero nada nos puede parar. Es muy especial acabar en Madrid, con otros compañeros, con David 6D2 qur tanto me ayudó en la convalecencia, y superar (primera vez para mí y para muchos de nosotros) la barrera de los 200 km. Pero lo importante es el entrenamiento mental. Ni los calambres, ni la lluvia. Nada podrá con nosotros.
Entretanto, y tras la vuelta de mis vacaciones, las rutas se mueven por los llanos del Sur, rutas muy rodadoras que nada tienen que ver con el Soplao, y que de nuevo, endurezco, con algo de equipaje "extra". Madrid-Chinchón-Aranjuez (120 km que acabo corriendo como un loco por llegar tarde a una cita), y, sobre todo, Madrid-Toledo-Madrid. La de Toledo, nuestro reto de fin de mes, es especial para mí. El año pasado tuve que perderme la vuelta a Madrid, y este año le tengo ganas. Pero paso una semana previa muy mala. A punto estoy de no salir. Luego, en ruta, dos amagos de calambre a la salida de Bargas hacen que la cosa se complique. Las piernas no van. Pero, me lo tomo como algo personal. Este día será uno de entrenamiento para la cabeza. Saber sufrir. Pienso, no me voy a echar atrás. Lo voy a superar, y así cuando la cosa se ponga dura en el Soplao pensaré "También estaba complicado en Toledo y llegaste". Camino de Aranjuez se pone a llover. "No voy a dejarlo. Porque cuando se ponga a llover a mares subiendo el Negreo, pensaré que yo superé lo de Toledo". Sigo y sigo. Y llegamos a Aranjuez. Cervecita rápida, recarga de ánimos. Y a seguir. Somos pocos, cierto, pero nada nos puede parar. Es muy especial acabar en Madrid, con otros compañeros, con David 6D2 qur tanto me ayudó en la convalecencia, y superar (primera vez para mí y para muchos de nosotros) la barrera de los 200 km. Pero lo importante es el entrenamiento mental. Ni los calambres, ni la lluvia. Nada podrá con nosotros.
Mayo: Camino Soria: #ElSoplaoEstaChupao
Tras el reto de Toledo, y casi sin solución de continuidad, toca hacer las maletas. Nos vamos a Soria! Las semanas anteriores he estado planificando las rutas que vamos a hacer. Se me ocurre una locura. Y lo malo de tener compañeros como los míos es que propones una locura y te siguen. Hace tiempo, monté un track para llegar en bici hasta El Burgo de Osma desde Madrid, siempre con la idea de hacerlo en dos días. ¿Y si lo hacemos para la vuelta en un solo día?. Hacerlo de vuelta tiene la ventaja de ser un poco menos duro, y que, si nos quedamos tirados, será más cerca de Madrid. Ni que decir tiene que a mis compañeros la idea les encanta. Aun no saben dónde se meten...
Dos días de rutas "suaves" (80 km y 900 m de desnivel) haciendo un poco de Turismo ciclista nos ayudan a coger el tono necesario. Cañón del Río Lobos, Gormaz y su Castillo, Berlanga. Disfruto como un enano enseñando mi tierra a Auxi, Sergio, Niko, Fernando y David G.. Y llega el domingo. Los cuatro "Soplaos" del grupo nos preparamos para un reto en toda regla. Unos 200 km y más de 2500 metros de desnivel positivo nos esperan. Aún no sabemos que la ruta se va a complicar. El track prueba sus defectos cuando apenas llevamos 30 km, metiéndose en el cauce de un río, que se va estrechando y metiéndo entre matorrales. Al final, no nos queda más remedio que echar la bici al hombro y trepar una colina.
Es solo el principio. Pero no perdemos el sentido del humor. Nadie se queja. Bromeamos con nuestros amplios y soleados caminos, y llegamos a Ayllón y luego a Riaza. Ahí empieza la subida a Somosierra (aunque llevamos ya 60 km ganando altura suavemente). El puerto empieza suave y por amplios caminos a través de un pinar. Todo va bien. Es duro pero aguantamos, aunque la lluvia amenaza. De repente, los caminos se acaban y nos encontramos en un prado. Lo que debería ser el camino es un lodazal pisoteado por las vacas. Intransitable. De nuevo, pie a tierra, rodando a veces a molinillo por la hierba, caminando la mayoría, mientras ha empezado la lluvia y ambos bicis y ciclistas nos llenamos de barro.
Es solo el principio. Pero no perdemos el sentido del humor. Nadie se queja. Bromeamos con nuestros amplios y soleados caminos, y llegamos a Ayllón y luego a Riaza. Ahí empieza la subida a Somosierra (aunque llevamos ya 60 km ganando altura suavemente). El puerto empieza suave y por amplios caminos a través de un pinar. Todo va bien. Es duro pero aguantamos, aunque la lluvia amenaza. De repente, los caminos se acaban y nos encontramos en un prado. Lo que debería ser el camino es un lodazal pisoteado por las vacas. Intransitable. De nuevo, pie a tierra, rodando a veces a molinillo por la hierba, caminando la mayoría, mientras ha empezado la lluvia y ambos bicis y ciclistas nos llenamos de barro.
Los tiempos, que vamos controlando todo el día para intentar no llegar muy tarde, se nos van. Cuando por fin llegamos a la antigua carretera para acabar de subir las últimas rampas del puerto, lo agradecemos como una bendición. Es lo más empinado, pero al menor podemos pedalear. Arriba del puerto, nos refugiamos en una cafetería. No para de llover y necesitamos un descanso físico y mental, y secarnos un poco. Solo llevamos media ruta, pero lo que queda es "cuesta abajo". Bajamos como balas hasta Buitrago de Lozoya. A veces por carretera, a veces por caminos, aunque el track vuelve a fallarnos en alguna ocasión, pero eso no nos retrasa. Recuperamos buena parte del tiempo perdido. El terreno es rompepiernas. Pero la salida de Buitrago se complica. Ahí sí, el track desaparece. No hay nada por donde deberíamos ir, así que tomamos una senda que sigue la dirección que necesitamos. Aún sin saber a donde va. De nuevo, molinillo por la hierba. Saltar vallas. Improvisar. Caminar. Bajando una cuesta sin mayor relevancia, David se cae. Nada grave, pero destroza la rueda de su bici, que acaba echa un ocho.
Afortunadamente, Fernando está con nosotros. Tras otra de sus reparaciones épicas, la endereza con dos piedras mientras nuestra familia de enbiciados se prepara para venir en nuestro rescate. Estamos en medio de ninguna parte, cerca de Lozoyuela. Tardamos 40 minutos en arreglar lo irreparable y nos faltan más de 80 km. Son casi las ocho de la tarde y la noche empieza a caer sobre nosotros. Cuando por fin conseguimos rodar de nuevo, el camino sigue siendo rompepiernas. Y lo peor, el track se desvanece. De repente, nos encontramos en mitad de unos cortados. Se está haciendo de noche y parece que no hay manera de avanzar. Pero seguimos. Nos estamos retrasando increíblemente, pero todo son risas. Y pensar que vamos a llegar. Como sea, pero vamos a llegar. Cuando por fin (casi las once) llegamos a la Cabrera, tomamos una decisión: Pasar del Track. Rescatamos el que hicimos en la vuelta a la sierra de la Cabrera. Es más largo, y más duro, pero es por terreno conocido, y sin sorpresas, por los caminos del Canal. Cenamos tranquilamente, y en un despistede los demás, David tira del comodín de la llamada y su novia pasa a buscarle. Nunca se lo perdonaremos. Nunca se lo perdonará.
Son las once cuando por fin salimos. Nos faltan 70 km y llevamos 135. Es noche cerrada. Pero por fin, los tres que quedamos (dos cracks, Fernando y Niko, y este paquete) sentimos que avanzamos. Voy quedándome rezagado. Amagos de calambre. Esto yo ya lo he vivido... pero adelante. Por primera vez en mi vida empiezo a notar que me duermo sobre la bicicleta. Pero basta un poco de música animada por los Caminos del Canal. Siguen las risas y tras casi 20 horas de ruta llegamos a Tres Cantos y el carril bici. Los últimos 20 km los hacemos dándolo todo. Cansados, pero felices, para llegar a Plaza Castilla con sensación de épica. Son las cuatro de la mañana (salimos a las siete) y tres locos en bicicleta se abrazan. Lo hemos conseguido. No puede haber nada más difícil que esto. #ElSoplaoestáChupao
Son las once cuando por fin salimos. Nos faltan 70 km y llevamos 135. Es noche cerrada. Pero por fin, los tres que quedamos (dos cracks, Fernando y Niko, y este paquete) sentimos que avanzamos. Voy quedándome rezagado. Amagos de calambre. Esto yo ya lo he vivido... pero adelante. Por primera vez en mi vida empiezo a notar que me duermo sobre la bicicleta. Pero basta un poco de música animada por los Caminos del Canal. Siguen las risas y tras casi 20 horas de ruta llegamos a Tres Cantos y el carril bici. Los últimos 20 km los hacemos dándolo todo. Cansados, pero felices, para llegar a Plaza Castilla con sensación de épica. Son las cuatro de la mañana (salimos a las siete) y tres locos en bicicleta se abrazan. Lo hemos conseguido. No puede haber nada más difícil que esto. #ElSoplaoestáChupao
Con el subidón de ese rutón, pasan las últimas semanas. Dos rutas más nos esperan. La vuelta al Valle de Lozoya, y luego las Cascadas del Purgatorio. Ambas con subida a la Morcuera (dos veces en las cascadas). Uno de los puertos más bonitos de la sierra de Madrid. Lastrado y todo, se me hacen fáciles. Me doy cuenta de que preparar un reto como este es importante, pero lo principal es que tu cabeza esté preparada. Controlar el sufrimiento, y creértelo.
Hoy, quedan apenas unos días para "El infierno Cántabro". Ha sido un largo camino el que me ha llevado de una prolongada baja hasta tomarme el Soplao como un desafío asequible. Todo lo he hecho con amigos, y el Soplao también será así. Y no sé si acabaré, pero sí que lo he disfrutado, y seguiré haciéndolo. Cada vez que me duela la mano pensaré que eso es lo que me trajo, y en toda la gente que estuvo a mi lado cuando no podía montar en bicicleta.
Siempre digo que hay retos a la medida de cada uno. Y aunque este le viene grande a mis piernas, ha sido la excusa perfecta para disfrutar de la bicicleta. Así que deseadnos suerte. Entre los 4.500 inscritos en la prueba BTT, hay 5 enbiciados de pura cepa a los que conocéis. Y un paquete dispuesto a morir... disfrutando. ¡A por el Soplao!
Pd. Esperamos sobrevivir para contaros en otra entrada como ha ido nuestro reto particular.