Hay rutas cañeras para las piernas y otras cañeras para el corazón. El de sentir.
Cuando aquí enbicipormadrid hablamos de movilidad, suele ser de bicis, claro. Dos ruedas, dos pedales y a batallar o a disfrutar por el mundo.
Pero algunas veces conviene abrir un poco más los ojos a nuestro alrededor. Mientras nos quejamos de cosas que nos parecen tremendas, te das cuenta de que existen realidades muy diferentes delante de tus narices. Y muchas de esas realidades pueden ayudar a que te centres en lo que realmente importa.
Cuando ves que alguien no tiene algunas necesidades básicas cubiertas, se hace más complicado exigir la perfección. Movilidad, habilidades de comunicación, integración social y capacidad para desenvolverte en el mundo... ¿Somos realmente conscientes de la suerte que tenemos?
Una vez hablábamos aquí sobre la variedad de gente que vamos en bici y lo imposible que era ponernos a todos bajo el mismo paraguas. Me quedé corto. Muy corto. Están los ciclistas deportivos sanotes y fuertotes, los delicados, los urbanos tranquilos, los urbanos testosterónicos, los provocadores y los apocaditos, mtbs y ruteros, carrileros y anticarril, con sus mil variantes y casi todos en el rango de edades 8 a 80, pero aún hay mucho más rango de personas que se pueden beneficiar del uso de la bici. Hay gente que tiene discapacidades sensoriales, físicas o intelectuales de distinto tipo y que, a toda esa variabilidad anterior añaden el hecho de que tienen sus capacidades particulares. -No veo la forma de subir esa escalera. -Yo subiría, pero no veo la escalera. Si es difícil meter a todos los ciclistas en un mismo saco, en el caso de las personas con algún tipo de discapacidad... más difícil aún.
Pero si las cosas fuesen fáciles, no tendrían mérito y sabiendo que el deporte en general (y la bici en particular) hace bien a la gente, hay quien está empeñado en facilitar el acceso al deporte a esta gente que, si no es con un poquito de ayuda, lo pueden tener complicado. Tanto como para que en muchos casos ni se lo planteen.
La Fundación Deporte y Desafío trabaja para la integración de estas personas con discapacidad y, entre otras muchas cosas, organiza jornadas ciclistas. Hace un tiempo supe de ellos y ya he asistido como voluntario a la primera jornada. He disfrutado cada minuto de mi participación, y me quedé con la sensación de tener cada vez más cosas por hacer, así que os cuento mi experiencia, a ver si alguien más se anima.
Hace poco se celebró el maratón de Madrid y se me ocurrió ir a verlo. Desde la barrera, que a mí lo de correr no me va. Vi a unos pocos valientes en hand bikes (trikes) y sillas de atletismo, circulando acompañados de una bici. El sábado anterior estuve charlando con un hombre que iba en una hand bike por el anillo y me comentó que estaba calentando para participar ese domingo. Me pareció una cosa muy interesante. No por hacer la maratón en bici (que así cualquiera), sino por poder estar al quite, asistiendo en cualquier cosa que necesite a alguien mucho más fuerte y deportista que yo pero que, por las circunstancias que sean, no puede andar o correr.
silla de ruedas de atletismo y bici en la maratón |
Carla y Marta, de la Fundación, se ocuparon de organizar todo bien desde el principio. Quién va con quién, con qué bici y desde dónde. Ponían las bicis adaptadas, tandems, trike, cascos y toda la logística. Teníamos incluso una furgo cerca por si a alguien le hacía falta.
El paseo que dimos fue de algo más de 12 km. La distancia perfecta. Igual es poco para algunos, mucho para otros, pero resultó perfecto para el grupo tan variado que estábamos ahí.
Grandes ruedines para grandes personas |
bike, trike handbike. Pocos números y mucho disfrutar |
De las mejores compañías posibles en el mundo mundial |
Tomando curvas con el tandem, todo controlado. Y yo haciendo fotos, todo controlado también |
Clásico puente del anillo ciclista de Madrid |
Desde luego, ha merecido muchísimo la pena. Espero que alguno os animéis y lo descubráis como yo.
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