
Mírame pero no me toques
Esta parece ser la sensación que transmite el nuevo sistema de bici pública de Madrid, BiciMAD.
Aunque hay quien tiene esperanzas en el, las críticas no se han hecho esperar, precios demasiado altos para un uso continuo y poca cobertura son las principales.
La humillante comparación con otros sistemas donde se busca la máxima movilidad al menor coste para el usuario la deja sin duda en muy mal lugar.
Las bicis del BiciMAD son de asistencia eléctrica. Esto no era un requisito para las empresas a concurso, sin embargo, por una carambola del destino, la que ganó presentaba ese modelo. ¿Y por qué una carambola del destino? Porque esta peculiaridad sumada a las tarifas (impuestas por el ayuntamiento) y la cobertura del servicio, dejan claro que BiciMAD no se ha hecho para usar, sino para probar.
En otras ciudades se intenta ofrecer el mejor servicio al menor coste. El ciudadano dispone de 20 o 30 minutos para realizar cualquier trayecto, mas, una vez que deja la bici, puede volver a coger otra en las mismas condiciones que la anterior. Es decir, puede estar todo el día haciendo recados sin pagar un solo duro (salvo la cuota de inscripción anual).