Escrito el 24 de mayo por Ari
Recientemente visité Dublín con un grupo de amigos, específicamente para el puente del 1 de mayo. Me llevé una agradable sorpresa pues no esperaba encontrarme una ciudad donde el uso de la bicicleta como transporte sostenible estuviese tan desarrollado, aunque parece que quedan cosas por mejorar. Hay que aplaudir los deseos de utilizar la bici de los dublineses pues, como muchos sabrán, es una ciudad donde llueve muchísimo y, aun bajo la fuerte lluvia, las bicicletas no desaparecían de las calles.
Este pequeño artículo no pretende convencer a nadie de nada. Simplemente quería compartir lo que vi, mostrar fotos y que de esta reflexión se puedan obtener ideas para implantar en Madrid (y también lo que no debemos imitar). Cabe señalar que durante mi corta estancia allí no pude entrevistar a ningún ciclista. De hecho, ninguno de los del grupo conocía a nadie allí, con lo cual, este artículo se basa únicamente en mis observaciones como turista. Si en este blog hay algún dublinés o alguien que viva o haya vivido allí, sería enriquecedor que compartiese su opinión y experiencias.
Posición de las bicis en algunos semáforos
Este sistema tiene un nombre que ahora no consigo recordar. Me parece buena idea que la bici se pueda colocar delante de los coches cuando el semáforo está en rojo. En zonas donde no hay carriles bici, en mi opinión, esto contribuye a una mayor visibilidad y, por ende, seguridad para el ciclista.

Carril-bici
Como se observa en la siguiente foto, existen carriles-bici en la calzada marcados de color rojo en muchas de las calles del centro de Dublín (nota de humor: la elección del color rojo me sorprendió en un país donde todo está pintado de verde).

En otras zonas, el carril-bici sólo está marcado por unas líneas entrecortadas más cortas que las de un carril de coche convencional, para distinguirlo del de los coches, pero sin pintar el suelo, como se observa debajo.


Por lo que observé, los coches no siempre respetaban el carril bici y, en ciertas zonas, sobre todo de curvas, tendían a invadirlo. De hecho, presencié un incidente donde un coche invadió el carril-bici y casi atropella a un ciclista. La reacción de éste fue entrarle a patadas al coche y perseguirlo, algo que en mi opinión no resulta lo más apropiado. Aunque uno tenga razón, no se han de perder las formas. Lamentablemente, todo sucedió tan rápido que no pude sacar fotos, pero fue justo en la curva que se aprecia detrás de los ciclistas de la siguiente foto, donde la iglesia.

Coexistencia bicis y autobuses
Por lo que pude observar, en Dublín no hay (o por lo menos yo no vi) carriles-bus. Los autobuses circulan en el carril más a la izquierda, cerca del carril de los ciclistas. Recordemos que en Irlanda se circula por la izquierda. Ahora bien, en ocasiones se apreciaba a los autobuses invadiendo el carril-bici. En la siguiente foto se observa un autobús que va por su carril y otro que invade el carril-bici.

Estas invasiones de carril se deben, a mi entender, a varias cuestiones. En primer lugar, sucedía más bien en las curvas (como en la foto de arriba). Por su tamaño, a los autobuses les cuesta más no invadir el carril-bici. También observé que se trata de una ciudad donde no se respetan demasiado las señales de tráfico. Los peatones cruzaban por cualquier lugar, incluso con el muñeco en rojo, los coches y autobuses circulaban a mucha velocidad en pleno centro y las bicis, tampoco es que fueran demasiado perfectas en sus actos. Por último, las dos fotos siguientes añaden una posible tercera explicación.

No hay carril-bus como tal, pero sí un espacio reservado a los autobuses en las paradas. Como el carril-bici pasa por ahí, justo en las paradas, las bicicletas tienen que compartir espacio con los autobuses.

He de señalar aquí que por lo general y, pese a lo caótico que era el tráfico, los autobuses solían respetar a los ciclistas. La invasión del carril-bici sucedía, por suerte, cuando no había ciclistas circulando por él, excepto en el incidente que mencioné arriba donde el ciclista se defendió a patadas. Lamentablemente, no sé cuán frecuente puedan ser este tipo de incidentes.
Otro problema que llegué a ver alguna vez fue el típico coche que para e invade el carril-bici o el de la furgoneta que descarga justo sobre el carril-bici, como se observa abajo.

También observé en una zona un tipo de carril-bici segregado con separadores en forma de palo que permiten a los pasajeros subir y bajar de un autobús y hacen prácticamente imposible que un autobús o coche lo invadan. Personalmente, me parece una excelente idea para Madrid, aunque no sé cuánto puede significar en términos económicos.

Aparca-bicis
Me llamó la atención que la gente ataba las bicis prácticamente a cualquier poste y no parecía que eso trajera ninguna consecuencia. De hecho, algunos postes tenían una especie de círculo para poder amarrar la bici mejor, aunque la de la foto a continuación no es el mejor ejemplo.

Además, en estos postes con aparca-bicis incluido aparecía una pegatina que daba explicaciones de cómo amarrar la bici y una página web.

Amarre ambas ruedas y el cuadro al círculo. Encuentre más consejos de cómo amarrar su bici en la página www.cyclehoop.com
Otra idea que me pareció interesante es que aprovechan los aparca-bicis como pivotes para que los coches no suban a la acera. Por tal motivo, los aparca-bicis no siempre estaban colocados como en Madrid, unos a lado de otros, sino en línea, muy cerca del bordillo, pero con suficiente espacio para que quepa una bici.


Sistema municipal de alquiler de bicis
Por último, y no menos importante, la ciudad cuenta con un sistema de alquiler de bicicletas que parecía funcionar bien, aunque por el número de bicis privadas que se veían en las calles, daba la impresión que la mayoría de los dublineses prefieren tener su propia bici. En total hay unos 44 puntos donde recoger o dejar una bicicleta y los precios eran muy razonables. La empresa se llama Dublin Bikes y tienen una página web donde todo está bien explicado. Ofrecen la posibilidad de alquilar a turistas, a partir de 2€.

Conclusiones
En cuanto a lo del carril-bici por la calzada, soy defensor de ello. Quizá debería ser un pelín más ancho, no por hacer caber a las bicis, sino para que los coches lo respeten más. Además, en mi opinión, es mejor cuando está pintado de un color muy visible. Cuando son sólo rayas entrecortadas como se ve en algunas fotos, los coches y buses tienden a invadirlo más o a respetarlo en menor grado. El carril bici segregado con palos y que permite a peatones subir o bajar del autobús me parece otra muy buena idea. El espacio para que las bicis se pongan delante de los coches en los semáforos también me parece buena idea, sobre todo para zonas donde no hay carril-bici. Si no me equivoco, también se utiliza en París y Copenhague.
Me gustó mucho la idea de los aparca-bicis como pivotes para impedir que los coches suban a la acera. En Madrid existen unos pivotes que parecen aparca-bicis en U, pero son demasiado pequeños. Alguna vez he intentado atar la bici ahí por probar, pero me resultó incómodo. También lo del círculo para atar la bici a los postes me parece una idea genial. Lo de ofrecer bicicletas de alquiler por la ciudad es algo que, en mi opinión, toda ciudad que quiera impulsar el uso de la bici como medio de transporte sostenible debe tener.
Opino que estas fotos pueden ayudar a sacar ideas de qué cosas se pueden imitar y cuáles no. En el caso de Madrid donde sí existe carril-bus, hay que pensar bien lo de permitir circular a las bicicletas por él, parecido a lo de Dublín (aunque allí sólo se comparten las paradas de autobús). Yo lo defiendo para Madrid, aunque quizá ensanchando el carril-bus, quitando los separadores de plástico y señalizándolo bien tanto para la seguridad del ciclista como la de los usuarios del autobús. Espero que este corto y humilde artículo, redactado por alguien que no es periodista, sirva de algo y lo puedan ver personas influyentes en el Ayuntamiento de Madrid.