Para alguien de Madrid, Santiago es un excelente caso para figurarnos una ucronía, es decir: "¿qué hubiera pasado si...?": Idéntico clima, un desarrollo urbano paralelo durante los últimos cinco siglos hasta el punto de tener la misma población a día de hoy, ocupando una extensión similar, a la misma altitud sobre el nivel del mar y con un desnivel similar de unos 200 m entre sus extremos. Y sí, también tiene una bonita boina de contaminación en invierno.
La bici también crece a la par: coto exclusivo de deportistas y militantes durante mucho tiempo, esta herramienta se abre como alternativa de transporte desde hace unos cuatro años a perfiles mucho más variados de la sociedad. Con su aparición empieza a cambiar el paisaje urbano, las costumbres y los negocios, pero no la reacción de la autoridad, que en lugar de adaptarse, se resiste al cambio con una normativa arcaica y mano dura.
Quizá los premiados tours de La Bicicleta Verde sean demasiado cortos para conocer Santiago, pero son una oportunidad para hablar de la movilidad en esta ciudad con quien la vive cada día. Un agradecimiento para sus guías Nacha y Francisco, que han contribuido a este artículo sin saberlo.
EnbiciporMadrid estuvo con ellos allá.
Fotos de EnbiciporMadrid si no se indica lo contrario
Santiago, la ciudad más ciclista del continente
Francisco apenas lleva un año aquí, colaborando como guía en los circuitos turísticos de la Bicicleta Verde. Para él es cierto que no hay gran ciudad en todo el continente tan fácil para la bici como Santiago. "En Venezuela, de donde vengo, los autos no te toleran, simplemente te arrollan. Aquí en cambio te advierten de su presencia pitándote. Para mí es la diferencia que me permite usar la bici en mi día a día."Con un tráfico muy denso, sin posibilidad de usar las veredas (véase aceras) y con pocas ciclovías exclusivas, uno se imagina poco futuro para la bici en esta ciudad. Sin embargo, se ven. Nacha, otra de las guías acostumbrada a fijarse en otros ciclistas por su oficio, confirma que desde hace unos cuatro años los parques públicos se llenan de bicis los fines de semana, según ella "por una creciente preocupación por la salud". Indagando un poco más, reconoce que es un fenómeno que también se está dando en las calles entre diario,y que el perfil deportivo está dejando de ser monopolio, dejando paso a gente más de calle. Aún así, se ven pocos niños, transportines, mujeres mayores o gente de traje, quizá no muy distinto a cómo estaba Madrid hace un par de años.
Si aquí eso significa ser la última capital del continente en normalización de la bici, allá supone estar en cabeza.
El casco, sólo obligado en vías urbanas
Quizá lo que más se echa de menos circulando en bici por las calzadas de Santiago sea la ocupación del carril entero. La bici todavía se orilla para no estorbar a otros vehículos más grandes, exponiéndose así a cierres de paso al girar, alguna que otra puerta y adelantamientos ajustados, como se puede ver en la foto.La normativa vial chilena es un ejemplo de cómo dificultar el uso de la bici. No otorga a la bici el derecho de ocupar el carril para dotarse de espacio de seguridad, prohibe el uso de calzada habiendo ciclovía (da igual que la ciclovía sea terrible o que quieras salirte para girar a la izquierda), y cree que los accidentes que estas normas provocan se pueden corregir obligando a usar el casco en ciudad, pero curiosamente no en carretera. Justo lo contrario que en España.
Francisco comenta su respeto a las normas: "Respeto el semáforo sólo si hay tráfico. Si la vía no es grande y no pasa nadie, me lo salto. Pero no uso la vereda". Nacha confirma que ese es también su proceder y el de los ciclistas que ven a diario. Y es que los carabineros son estrictos en Santiago desde el pasado Mayo (luego explicaremos por qué). En un mes se han multado tantos ciclistas como en todo el año anterior. Casi 500 sanciones, de las que el 80% fue por no llevar casco, y un 15% por usar la calzada habiendo ciclovías. Una manera muy efectiva de disuadir del uso de la bici.
Aunque los ciclistas se quejen de persecución policial discriminatoria, también los vehículos a motor la sufren. Uno de los casos más llamativos de rigor normativo es la "Ley de Tolerancia Cero", una ley seca para conductores que además de reducir a la mitad los accidentes de tráfico por alcohol desde 2012 ha provocado un curioso efectos secundario: la drástica reducción de atascos los viernes y sábado por la noche. Quien quiere salir de copas, ahora lo hace en taxi o transporte público, permitiendo que las dos ruedas vayan también conquistando lentamente la vida nocturna.
La intermodalidad
Una de las diferencias más notables respecto a Madrid se encuentra en el transporte público. Su red de metro es 3 veces más pequeña, pero transporta un 20% más de viajeros gracias al sistema Transantiago, que aumenta la cobertura de las estaciones de metro mediante una red de microbuses integrados tarifariamente. Cuando se implantó este sistema combinado, el metro duplicó el número de viajeros de la noche a la mañana de una manera bastante traumática.Esto implica que a cualquier hora los vagones van muy llenos. Y que la bici no tiene sitio para ser transportada ni por asomo (excepción normativa: bicis plegadas, pero no lo intenten, no cabe). La imposibilidad de llevarlas ha generado algún artículo a raíz de una denuncia que hiciera Pablo León en El País sobre la situación en Madrid. No es el único caso de reflexiones compartidas por ambas ciudades.
Una solución para que la bici forme parte de la intermodalidad y que ya nos gustaría ver en Madrid son las guarderías para bicis: Aparcamientos vigilados de pago en 9 estaciones (de las 108) llamado Bicimetro. Un video lo explica.
Hay ciertas quejas por el coste del sistema (unos 0,30€/día, 1€ por 5 días), aunque debido a las pocas plazas disponibles por el momento el problema no es de falta de uso, sino más bien el contrario.
Conscientes de la alta demanda de este servicio, la comuna de La Florida (uno de los ayuntamientos del área metropolitana) ha puesto en marcha el mayor aparcabicis de Santiago junto a la estación de metro del barrio. Con capacidad para 600 bicis, vigilado.. ¡y gratuito! Esta instalación viene a completar otras iniciativas de la comuna similares al proyecto Stars de Madrid, en las que los alumnos de 4 colegios están recibiendo formación para usar sus bicis por la ciudad como medio de transporte. Se llama el proyecto Sube y tienen una página web tan excelente como su aparcamiento.
Según la página AmoSantiago, no es el único proyecto que está superando la escasa capacidad de los BiciMetros. Otras comunas están realizando grandes esfuerzos por dotar a las proximidades de las estaciones de metro de lugares para aparcar las bicis con un mínimo de seguridad. Esto significará que en los próximos meses el uso de la bici empezará a ser bastante más común en la periferia.
Para que se use menos el coche, hay que vivir más lejos
Sin embargo, si el metro está tan lleno y los aparcabicis tan demandados ¿por qué no se anima la gente a realizar la integridad del viaje en bici? Quizá las dificultades normativas sean un obstáculo, pero no el único. Las vías públicas están muy saturadas con los automóviles privados (eso sí, con varios asientos libres cada uno). El tema se agudiza los jueves, tradicional día de manifestaciones en el centro "aquí somos así de ordenados, la gente sabe que el jueves se forma taco", comenta Nacha.Ante el problema de la congestión crónica caben dos soluciones: el modelo Tokio o el modelo Los Ángeles:
- En el caso de Tokio, se busca grandes densidades urbanas que permitan tener una red de transporte público densa, sin dar más facilidades al coche.
- En Los Ángeles se apuesta por espaciar mucho la ciudad, para dejar sitio al coche. Eso aumenta las distancias y hace el transporte público poco eficiente.
Marcial Echenique, uno de los urbanistas de la ciudad, propuso el modelo Los Ángeles, dispersando nuevos barrios y construyendo autovías urbanas. En esta entrevista se queja amargamente de que solo le hicieran caso a medias. Muchos barrios tienen densidades altas y ahora se está apostando por la construcción de nuevas líneas de metro que absorberán buena parte del problema. Nos alegramos de que no se hiciera caso a un modelo urbano que incluso en Los Ángeles se está sustituyendo por otro en el que se priman las distancias más cortas y una menor dependencia del coche. La bici lo agradecerá en los próximos años.
Movimiento Furiosos Ciclistas
En este contexto de transporte público saturado y ciudad tomada por las cuatro ruedas, es normal que la revindicación de la bici como solución sea cada vez más fuerte. Sobre todo si las respuestas institucionales son lentas y van por detrás de la ciudadanía (o incluso en contra de ella). Así llegamos al epicentro de la vida ciclista santiagueña: La masa crítica de Furiosos Ciclistas.Resulta peculiar leer su origen en la carta al director de un periódico de 1995. Desde entonces cada primer martes del mes los Furiosos Ciclistas hacen siempre un recorrido saliendo de la Plaza de Italia (ver foto) con un fin claramente reivindicativo. Y consiguen reunir a unos 6000 asistentes, nada menos. De hecho, fue una de estas masivas bicicletadas este año (y el taco que provocó, o sea, el atasco) las que provocaron la campaña de multas de mayo que antes narrábamos como reacción de la autoridad, demostrándose que las multas no buscaban tanto la prevención de accidentes, sino la disuasión para que menos gente usara la bici.
Si en la calle son una referencia equivalente a la BiciCrítica madrileña, su web es el punto que todo usuario de la bici debe tener en favoritos. Combina información práctica permanente, noticias actualizadas y se hace eco de cualquier iniciativa que tenga que ver con la bici en Santiago, como la de este estupendo mapa colaborativo con todo lo que un ciclista necesita: calles tranquilas, aparcabicis, tiendas, gasolineras con aire. Vamos, que se podría llamar EnbiciporSantiago.
Post Data: Tarde de primavera en el Cementerio General
Quien no disponga de tiempo para recorrer en bici la inmensidad de Santiago puede hacerse una idea de cómo está estructurada la ciudad en una visita al Cementerio General, una especie de reproducción a escala con su zonas nobles y barrios humildes, y que muestra un pasado reciente del que encontrarán pocos restos fuera.
"Es cierto que cuando salí de la escuela, hará unos cinco años, las clases de historia se detenían al llegar al golpe de estado." comenta Nacha. "Hay gente que prefiere no hablar, es demasiado reciente". Un paseo en bici por el cementerio nos muestra parte de esa realidad oculta. El paralelismo con las capas de la sociedad (incluso con la estética de los barrios) es inevitable.
Por su extensión, es habitual recorrerlo en bici. Los fines de semana los visitantes disponen de un servicio de préstamo.
El centro del cementerio es la parte noble: grandes familias, políticos e incluso altos militares siguen siendo los nombres que podemos encontrar en esta zona. Hasta aquí se trasladaron los restos de Salvador Allende en 1990, un año después de acabar la dictadura.
La arquitectura decimonónica victoriana y los árboles de gran porte son coetáneos con el centro de la ciudad, donde se concentran todos los edificios institucionales.
El común de los mortales es enterrado en bloques de estilo brutalista años 60, un urbanismo en altura que también tiene su reflejo en las prácticas funerarias. Resultan sobrecogedores sus pasillos con dos, tres y hasta cuatro pisos de altura conectados con escaleras de hormigón.
Cruzar una calle significa adentrarnos en las afueras, donde encontramos las zonas humildes que reflejan la división por clases que todavía impera en la sociedad chilena. Aquí describen con precisión geográfica la misma división a escala metropolitana.
Tumbas muy coloristas, con flores, juguetes, pero sin lápidas ni cimientos, directamente en la tierra dejando crecer la vegetación entre medias.
Y llegamos al barrio llamado patio 29. Cruces sin nombres, negras, que nadie mantiene porque nadie sabe a quién hay que recordar. Un sector que en la ciudad tiene como único reflejo la ausencia.
También el cementerio se va construyendo por zonas según el año, y todas las tumbas cercanas son de la misma época. Hace falta mirar los nichos cercanos con nombre y fecha para descubrir la lógica de ese no-lugar: son todo fallecidos de septiembre de 1973. Muchos de ellos no sobrepasaban los 40 años. Disimulados entre los demás se encuentran los restos del cantautor Víctor Jara. También en el cementerio la ausencia existe, pero resulta obvia y señalada aunque sea por contraste. El silencio pactado se siente, pero la memoria persistente también.
Cae la tarde con el sol primaveral típico de finales de octubre. Un vigilante (en bicicleta) recorre los patios para recordar al visitante que es la hora de cerrar. Vas meditando sobre lo que un cementerio puede enseñar de la historia de un país mientras atraviesas de vuelta todos estos barrios de muertos y te diriges a la salida... andando. Hoy es jueves y no hay bicis de préstamo.
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Gracias por el gran reportaje. Interesante ver, que lo que cuenta es que la gente quiera, no tanto lo que la autoridad hagan por ello.
ResponderEliminarLo que me ha hecho gracias es esto:
Quizá lo que más se echa de menos circulando en bici por las calzadas de Santiago sea la ocupación del carril entero.
Pero es que hay algún país o ciudad en el mundo - aparte de Madrid - que permita eso?
;-)
La autoridad no puede hacer que desaparezca un movimiento ciudadano, pero sí ralentizarlo y ponerle obstáculos.
ResponderEliminarCierto, pero y más bien me refería, que un movimiento puede surgir y crecer, aunque las autoridades no hagan nada - incluso pienso que eso lo hace mas fuerte porque la gente esta más convencida y no se rinde tan facilmente. No estoy diciendo, que fuera mejor, que los ayuntamientos estén pasivos o negativos ante lo que ocurre. Pero prefiero leer historias, donde la gente mueve el culo y no donde algún politico anuncia algo.
ResponderEliminar¿Idéntico clima?
ResponderEliminarNo había escuchado yo eso de mis colegas que viven allí.
Me cuentan que es una ciudad con temperaturas suaves, no diré estilo Barcelona, pero casi.
Aunque ya sabemos que en esto del clima cada uno lo sentimos de una manera.
Clima mediterráneo continentalizado según wikipedia, es decir, más seco que Barcelona, y similar al clima castellano:
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Clima_mediterr%C3%A1neo_continentalizado
Pues también, y aquí está el caso de Madrid para demostrar cómo la pasividad institucional genera un movimiento ciudadano más fuerte... aunque se agradece que no vayan a la contra al menos.
ResponderEliminarEsa puede ser la teoría.
ResponderEliminarA mí me cuentan que hace menos frío que en Madrid.
Pero vamos, que si llevamos a uno de Canarias allí, a lo mejor se muere de frío...
En agosto pude apreciar como empieza a usarse en Santiago la bici como medio de transporte, y me llamó especialmente la atención como al final de la jornada laboral se llenaba de bicis la gran mediana ajardinada a lo largo de la larguísima Alameda, y hasta pensé lo interesante que sería que las bjcis ocuparan los bulevares madrileños o incluso los paseos centrales de La Castellana...y todo esto teniendo en cuenta que Santiago padece mucho más smog que el también contaminado aire madrileño. Pero es evidente que las autoridades deben al menos reducir los impedimentos para generar ciudades mas amigables de las bicis, sobre todo porque el resto de ciudades chilenas son bastante más pequeñas que la capital, como Concepción, y porque nla experiencia sísmica debería enseñar el valor del transporte en dos ruedas.
ResponderEliminarMuy interesante. Gracias Iván.
ResponderEliminarMe encantan estos relatos de viajes
Solo una aclaración bien pequeña, la cicletada de los primeros martes siempre cambia el recorrido mes a mes.
ResponderEliminarCorregido, gracias.
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