La lluvia tiene muy mala fama. Cuando llueve todos tratamos de huir de ella como de la peste, aunque lo que cae no sea mas que agua.
¿Quién no ha mirado por la ventana antes de salir y le ha venido el pensamiento de esperar un poco a ver si para?

Pero, ¿por qué nos molesta la lluvia?
Básicamente porque altera nuestro confort térmico.
Para estar a gusto tenemos que mantener nuestro cuerpo a una cierta temperatura. Por eso nos ponemos un tipo de ropa u otro dependiendo de la estación. Pero la lluvia desbarata nuestros planes porque es agua fría que además provoca más frío durante más tiempo al dejar la ropa mojada.
Conocemos las consecuencias de mojarnos, por eso ver que está ocurriendo, nos provoca tanto estrés.
Pero, ¿cómo se puede disfrutar de la lluvia si lo que se pretende es evitar que el agua entre en contacto con nuestra piel o ropa?.

Las soluciones tradicionales como el paraguas, parten del principio de que el agua cae de arriba hacia abajo, pero en bici, debido al movimiento, el agua también viene de frente. Motoristas y peatones que no usan paraguas utilizan prendas impermeables en un equilibrio entre impermeabilidad y transpiración. El motorista no necesita transpirar porque no hace gran esfuerzo físico, así que puede usar una prenda estanca. El peatón si que necesita cierta ventilación, pero su velocidad de desplazamiento no le impone tanto agua.
En cambio el ciclista recibe mucho agua por su desplazamiento a la vez que precisa recibir aire que refrigere su cuerpo más caliente por la mayor actividad física.
Por eso todas las prendas de lluvia se acercan más a uno u otro. Y por eso hay chubasqueros que resisten media hora de lluvia y otros que resisten cuatro, y unos transpiran bien y otros no.
¿Qué ocurre en la bici?
Que si se va a estar cinco minutos, casi vale cualquier cosa, pero si se va a estar más, hace falta un impermeable tipo cortaviento, vamos, un plástico. Por ejemplo chaqueta y pantalón. El problema es que al no penetrar el aire hay que controlar muy bien la temperatura del cuerpo o empezaremos a sudar y por tanto a mojarnos, que es precisamente lo que pretendíamos evitar. Ocurre que mientras haya lluvia, el agua fría en el exterior del plástico nos ayudará a refrigerar. Pero los puntos mas débiles terminaran mojándose: guantes, zapatos (ríos de agua descienden por las piernas) y por supuesto nada de intentar coger algo del interior de un bolsillo.
La mejor solución, para mi, es el poncho o capa de agua, ventila por abajo y protege por arriba. Os voy a contar cómo lo uso yo.

Yo uso un poncho de lluvia del Decathlon. El mas barato. Es de plástico grueso y eso le da cuerpo para que no lo levante el viento fácilmente. Las mangas no son muy largas pero no las uso. Lo que hago es colgar un trozo adicional de plástico delante del manillar y mediante velcro unirle el final (los pies) del pocho por encima. De esta forma se crea una “carrocería” desde la rueda delantera hasta el transportín que cubre todo menos la cabeza que, en mi caso, va protegida por casco y gafas.

Hace falta usar botas de lluvia o proteger los pies con polainas altas. Las manos, brazos, cuerpo y muslos van protegidos de la lluvia. No importa que llueva mucho o poco, no te mojas ni impides la transpiración. También te puedes bajar del sillín en los semáforos, que no se moja. Incluso si llevas una mochila en el transportín puede quedar cubierta.
Estoy deseando que llueva otra vez para salir a disfrutar de la lluvia.
¿Quién no ha mirado por la ventana antes de salir y le ha venido el pensamiento de esperar un poco a ver si para?

Pero, ¿por qué nos molesta la lluvia?
Básicamente porque altera nuestro confort térmico.
Para estar a gusto tenemos que mantener nuestro cuerpo a una cierta temperatura. Por eso nos ponemos un tipo de ropa u otro dependiendo de la estación. Pero la lluvia desbarata nuestros planes porque es agua fría que además provoca más frío durante más tiempo al dejar la ropa mojada.
Conocemos las consecuencias de mojarnos, por eso ver que está ocurriendo, nos provoca tanto estrés.
Pero, ¿cómo se puede disfrutar de la lluvia si lo que se pretende es evitar que el agua entre en contacto con nuestra piel o ropa?.
Mojándose
Hoy en día hay ropa técnica que mojándose por dentro o por fuera (sudor o lluvia), sigue protegiendo teŕmicamente el cuerpo. De modo que se puede montar bajo la lluvia sin pasar frío y sin preocuparse de protegerse del agua. La sensación es muy placentera: dar pedales bajo la lluvia sin pasar frío ni calor. Claro que necesitaremos en destino toalla y ropa seca.
Sin Mojarse
Este es el estilo tradicional. Conocemos técnicas milenarias, pero son difíciles de aplicar porque la bici impone condiciones especiales.Las soluciones tradicionales como el paraguas, parten del principio de que el agua cae de arriba hacia abajo, pero en bici, debido al movimiento, el agua también viene de frente. Motoristas y peatones que no usan paraguas utilizan prendas impermeables en un equilibrio entre impermeabilidad y transpiración. El motorista no necesita transpirar porque no hace gran esfuerzo físico, así que puede usar una prenda estanca. El peatón si que necesita cierta ventilación, pero su velocidad de desplazamiento no le impone tanto agua.
En cambio el ciclista recibe mucho agua por su desplazamiento a la vez que precisa recibir aire que refrigere su cuerpo más caliente por la mayor actividad física.
Impermeable y transpirable
Transpiración e impermeabilidad son términos bastante antagonistas. Nos quieren hacer creer que se puede controlar el movimiento del agua incluso en contra de la gravedad. Es decir que el agua de fuera no va a entrar y el de dentro saldrá sin problemas. Esto es muy difícil y caro. Teniendo en cuenta además que necesitamos que llegue aire dentro para refrigerar el cuerpo.Por eso todas las prendas de lluvia se acercan más a uno u otro. Y por eso hay chubasqueros que resisten media hora de lluvia y otros que resisten cuatro, y unos transpiran bien y otros no.
¿Qué ocurre en la bici?
Que si se va a estar cinco minutos, casi vale cualquier cosa, pero si se va a estar más, hace falta un impermeable tipo cortaviento, vamos, un plástico. Por ejemplo chaqueta y pantalón. El problema es que al no penetrar el aire hay que controlar muy bien la temperatura del cuerpo o empezaremos a sudar y por tanto a mojarnos, que es precisamente lo que pretendíamos evitar. Ocurre que mientras haya lluvia, el agua fría en el exterior del plástico nos ayudará a refrigerar. Pero los puntos mas débiles terminaran mojándose: guantes, zapatos (ríos de agua descienden por las piernas) y por supuesto nada de intentar coger algo del interior de un bolsillo.
La mejor solución, para mi, es el poncho o capa de agua, ventila por abajo y protege por arriba. Os voy a contar cómo lo uso yo.

Yo uso un poncho de lluvia del Decathlon. El mas barato. Es de plástico grueso y eso le da cuerpo para que no lo levante el viento fácilmente. Las mangas no son muy largas pero no las uso. Lo que hago es colgar un trozo adicional de plástico delante del manillar y mediante velcro unirle el final (los pies) del pocho por encima. De esta forma se crea una “carrocería” desde la rueda delantera hasta el transportín que cubre todo menos la cabeza que, en mi caso, va protegida por casco y gafas.

Hace falta usar botas de lluvia o proteger los pies con polainas altas. Las manos, brazos, cuerpo y muslos van protegidos de la lluvia. No importa que llueva mucho o poco, no te mojas ni impides la transpiración. También te puedes bajar del sillín en los semáforos, que no se moja. Incluso si llevas una mochila en el transportín puede quedar cubierta.
Es el momento de disfrutar
Con lluvia conviene ir mas despacio para evitar accidentes, la capacidad de frenado está disminuida por la menor adherencia del suelo y la pérdida de eficacia de los frenos de zapata. Así que es un buen momento para relajarse y circular más despacio. ¿Habéis probado a circular de noche, el silencio apenas roto por el suave sonido de las gotas cayendo sobre el suelo y sobre la capa? es la misma sensación que cuando te refugias de la lluvia bajo un tejadillo. Increíblemente relajante y con el placer añadido de desplazarte en bici.Estoy deseando que llueva otra vez para salir a disfrutar de la lluvia.