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lunes, 10 de octubre de 2016

Si te asusta el tráfico, ponte un espejo en la bici

Me da miedo que venga un coche por detrás y me pase por encima
Me cuesta cambiar con frecuencia de carril, sobre todo con doble fila
Me siento incómodo teniendo un coche detrás
Estas tres frases corresponden a los motivos más mencionadas por quienes tienen miedo a montar en bici por la ciudad y que como solución proponen el carril bici. Sin embargo hay una solución mucho más sencilla potente y barata. Un espejo.

Como un simple espejo puede solucionar estos tres problemas

Una de las ventajas de la bici es la amplitud de visión del entorno respecto a los vehículos de habitáculo cerrado. Al no haber barreras físicas el número de ángulos muertos es mucho menor, siendo la visión delantera claramente superior, no solo por el ángulo sino por la posición más elevada.

Sin embargo en lo que respecta a lo que ocurre detrás, la bici tal cual es, no tiene visión inmediata si no se gira la cabeza, con el consiguiente problema de estabilidad y seguridad que se genera, mayor cuanto más tiempo se prolongue esta acción.

Los vehículos motorizados en cambio vienen de fábrica equipados, por ley, con espejos retrovisores, que les dan una visión instantánea y cómoda aunque limitada, en el caso de vehículos cerrados, de lo que tienen detrás.
Circulando a la velocidad del tráfico, el uso del espejo solo es necesario en situaciones muy puntuales, como cambios de carril, frenado fuerte y maniobras marcha atrás.

La bici, en cambio, al circular a menor velocidad que el resto de vehículos de la vía, es adelantada constantemente, lo cual significa que hay tantas o más novedades viniendo desde atrás que por delante.

Es por tanto un problema no tener visión trasera ya que los coches aparecen de la nada y eso desconcierta. Si además aparecen más cerca de lo esperado, el susto es mayor. Quien aun no tiene suficiente confianza, realiza sus desplazamientos con temor de que venga algo malo por detrás, llegando en algunos casos a cometer el grave error de echarse a un lado de carril y este pánico les hace depender de la idea de un carril que elimine todos los vehículos motorizados de la retaguardia.

Ponga un espejo en su vida

El espejo en la bici es muy poco común. Tal vez sea por conservar la simplicidad, porque nunca viene de serie o simplemente porque se sigue sin terminar de asimilar que la bici es un vehículo que debe convivir con el resto de vehículos. Sea como fuere, la verdad es que es un accesorio muy barato que aporta mucho más de lo que parece a primera vista.

En calles de un solo carril

Proporciona tranquilidad. Los motores de los coches se oyen más alto en calles tranquilas, si además es cuesta arriba, son motores grandes o están en una marcha corta, rugen con tanta fuerza que parece que los tenemos a 5 cm. Mirando por el espejo podremos ver que están más lejos de lo que parecía, que el escándalo se debe a que es una furgoneta o incluso que está parando, maniobrando o indicando con intermitentes que va a girar en la siguiente calle.

En calles de mas de un carril
Nos permite ver la actitud e intenciones del vehículo que tenemos detrás.
Si nos está adelantado y no se ha separado completamente del carril, lo sabremos con antelación para que no nos asuste cuando aparezca a nuestro lado. Esto también nos ayudará a ajustar nuestro criterio de peligro real que existe al circular más o menos cerca de otro vehículo.
El espejo también nos permite saber si el conductor que tenemos detrás pretende adelantarnos sin cambiarse de carril y en ese caso posicionarnos más a a la izquierda para obligarle a adelantar correctamente.

Circulando deprisa
Nos permite tomar decisiones más rápidamente que si tenemos que girar la cabeza. Digamos que mientras que el giro de cabeza nos proporciona fotos de la retaguardia, el espejo nos ofrece vídeo a tiempo real. Esta diferencia es significativa cuando hay que esperar el momento oportuno para realizar una maniobra, por ejemplo un cambio de carril.

En general

Aumenta nuestro control sobre el entorno lo cual redunda en mayor sensación de seguridad y comodidad, propiciada también por la repetitiva comprobación del comportamiento del resto de los vehículos, mas conscientes de nosotros de lo que pensábamos.
También nos ayuda a mejorar nuestra conducción y posición en el carril ya que nos da una realimentación de lo que ocurre detrás para cada acción que realizamos.

Llevar espejo no implica que se utilice siempre. Por ejemplo para asegurarse rápidamente de que hay espacio en el carril contiguo si no ya habido tiempo de mirar el espejo antes, puede ser más efectivo e instintivo un giro de cabeza. También es interesante el giro de cabeza cuando se quiere señalizar una maniobra y no se quiere soltar las manos del manillar por estar en unas situación complicada (curva, frenando, baches, etc) o bien se quiere llamar la atención al conductor más próximo para que esté atento a una posible situación que no se espera.

Hay que cambiar la concepción de la bici como vehículo independiente y dejar de intentar aislarlo de los demás vehículos. En ciudad siempre estará acompañado y debe gestionar sus maniobras como parte de un todo.

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