... y por la Vía Verde del Tren de los 40 días

Ayer sábado 6 de abril nos juntamos en Arganda del Rey 22 ciclistas para hacer una ruta que prometía ser muy sencilla, rodando por asfalto y sin muchas complicaciones: la Vía Verde del Tajuña. En Carabaña se volvieron 2 ciclistas haciendo unos 70 km, otros 10 completaron la Vía Verde del Tajuña hasta Ambite (unos 96 km en total), y 10 ciclistas que teníamos más ganas de rodar hicimos también la Vía Verde del Tren de los 40 días para sumar unos 126 km en nuestras piernas. A todos ellos, enhorabuena, disfrutamos de un gran día de ciclismo en buena compañía.

En el blog estábamos apuntados 28 ciclistas. Habíamos quedado a las 9:00 en el Metro de Arganda del Rey, pero alguno debió quedarse dormido, otros me escribieron por WhatsApp para decirme que fuésemos saliendo que ya nos cogerían. A las 9:20, con algo de retraso, comenzábamos nuestra ruta 19 ciclistas.
En los primeros kilómetros, la salida desde Arganda a la Cementera, empezamos a darnos cuenta que la ruta no es tan plana como pensábamos. Son 10 kilómetros en subida suave pero constante, que además hicimos bastante rápidos porque habíamos quedado con dos ciclistas en Morata y ya íbamos con retraso.

Aquí empezábamos a ver lo que sería la Vía Verde: una pista asfaltada, pintada de rojo, con el firme en muy buen estado y encajonada en el terreno en lo que era el paso de la vía del tren... bueno, realmente algunos tramos no estaban pintados de rojo, otros no estaban tan bien conservados, incluso había algún punto negro muy peligroso.

El camino suele estar protegido con barreras en los terraplenes para evitar accidentes. La seguridad está muy cuidada salvo en los peligrosos bolardos que hay colocados en el cruce con caminos para evitar la entrada de coches. El espacio que te queda para pasar con la bici es muy escaso, y un pequeño error de cálculo puede provocar que te golpees con uno de ellos. Precisamente ayer pudimos presenciar un accidente de un ciclista de otro grupo que chocó violentamente con un bolardo. Deberían eliminarlos o al menos poner solo uno en el centro del camino.

La bajada desde la Cementera a Morata de Tajuña es una sucesión de curvas muy rápida y divertida, aunque nos hacía pensar cómo sería a la vuelta con más de 100 km en las piernas. Seguro que no nos perecería tan divertida.

En Morata, km 15 de nuestra ruta, primera parada para descansar, reagruparnos y aumentar el número de miembros del grupo con dos que habían ido en coche hasta allí y otro dormilón que salió más tarde y consiguió cogernos. Ya éramos un grupo de 22 ciclistas.
El siguiente tramo, hasta Perales de Tajuña, son unos 7 km un poco rompepiernas, con continuas subidas y bajadas ¡Quién dijo que iba a ser una ruta muy planita!

El punto negro que os comentaba está en el km 24, tras pasar bajo la A3. Son 300 metros por el arcén de una carretera con mucho tráfico, pero lo peor es que hay que cruzarla en un punto muy complicado, con poca visibilidad y saltándote la continua. Seguro que aquí más de uno se ha llevado un buen susto, si no algo peor.

El tramo Perales-Tielmes-Carabaña, que discurre junto al río Tajuña, es el más plano de toda la ruta, con lo que aprovechamos para darle un poco de caña a la bici. En el grupo había dos bicis de carretera y cuatro urbanas, que rodando tenían mucha ventaja frente a las pesadas bicis de montaña.

Nueva parada en Carabaña, km 35 de nuestra ruta. La verdad es que vamos haciendo muchas paradas en nuestras rutas, lo que sirve para descansar, comer y beber algo, charlar...
En esta parada de Carabaña hay dos compañeros que van más justitos de fuerzas y deciden volverse a Arganda. Ellos habrán hecho una ruta de unos 70 km. No está mal, y seguro que la próxima vez que lo intenten hacen la Vía Verde completa.


El tramo de Carabaña a Ambite, de unos 14 km, va subiendo y subiendo poco a poco casi sin que nos demos cuenta. Bueno, las piernas sí que lo van notando.
Es un tramo muy agradable con puentes que cruzan sobre el camino y con los campos muy verdes. Cómo se notan las lluvias de las últimas semanas (o meses).
En esta zona encontramos un pequeño tramo en obras en el que están reparando el camino. A los de las bicis de carretera no les gustará mucho esta zona de piedras.

Los últimos kilómetros hasta Ambite son por el interior de un pinar, una zona muy agradable que debe ser fresca hasta en verano. Como premio a los que hagan la ruta en verano, la antigua estación de Ambite se ha reconvertido en un restaurante y una piscina. Un buen chapuzón seguro que da más fuerzas para la ruta de vuelta.

Nosotros aprovechamos para descansar y comer algo antes de empezar la ruta de vuelta. Hemos completado la Vía Verde del Tajuña, ya llevamos 49 km en las piernas, y nos quedan al menos otros 49 hasta Arganda.

Al llegar al desvío hacia la Vía Verde del Tren de los 40 días, una nueva parada en la que intento arreglar el freno trasero de mi bici. Llevaba la bici frenada desde el inicio de la ruta y el sobreesfuerzo ya iba notándose en mis piernas. Después de pelearme un poco con las pastillas gastadas veo que tengo dos opciones, o quitar directamente el freno o seguir frenado el resto de la ruta. Como quedan bajadas muy largas, finalmente opto por soltar un poco el freno, ir un poco más despacio, y dejar que vaya sonando y frenándome un poco. Toca sufrir.

La Vía Verde del Tren de los 40 días tiene unos cuestarrones que hacen que nuestro grupo se separe en dos. 10 ciclistas se vuelven hacia Arganda, y otros 10 seguimos para completar este nuevo reto.

El camino discurre entre grandes trincheras excavadas para el paso del ferrocarril, y la pendiente es bastante más fuerte que lo que habíamos recorrido hasta ahora, pero vamos a un ritmo tranquilo para llevar mejor la subida.

En el tramo final paramos en un área de descanso a comer algo, y llegamos hasta la gasolinera de Estremera para hacer una parada técnica y llenar los bidones de agua el que lo necesite.
Habíamos completado la segunda Vía Verde y sólo nos quedaba volver sobre nuestros pasos hacia Carabaña, Tielmes, Perales, Morata y Arganda. Una vuelta muy dura, sobre todo por los kilómetros acumulados y la interminable subida desde Morata a la Cementera, pero que see hizo más liviana sabiendo lo cerca que teníamos el final del camino.

Si no las conoces, merece la pena hacer la Vía Verde del Tajuña y la Vía Verde del Tren de los 40 días, no todo va a ser rodar por el campo con barro, pedruscos, trialeras y saltos. también hay que tomarse algún día un descanso ;-)