¿Se acuerdan de Momo, aquella novela de Michael Ende en el que unos hombres vestidos de gris y bombín y que fumaban puros nos proponían ahorrar nuestro tiempo a cambio de un futuro bienestar material que nunca llegaba? Para un niño, un entretenido cuento. Para un adolescente, una fantástica novela.
Para un adulto, un relato de terror que describe su día a día.
La última vez que uno de esos Hombres de Gris se me apareció me ofreció el siguiente trato: Una mejor vivienda en periferia, más barata que el apartamento céntrico en el que vivo, y donde además mi familia podría tener mejor calidad de vida. El precio: tardar más en llegar al trabajo. Pero ¿acaso no merece la pena ese pequeño precio?
La respuesta es no.
Para un adulto, un relato de terror que describe su día a día.
La última vez que uno de esos Hombres de Gris se me apareció me ofreció el siguiente trato: Una mejor vivienda en periferia, más barata que el apartamento céntrico en el que vivo, y donde además mi familia podría tener mejor calidad de vida. El precio: tardar más en llegar al trabajo. Pero ¿acaso no merece la pena ese pequeño precio?
La respuesta es no.