
Así que un sábado por la mañana, de cielos despejados y temperatura perfecta, quedamos los tres: antes de iniciar el viaje, Martingala nos impartió unas nociones sobre circulación ciclista urbana. Se basaba en la experiencia y en el sentido común, pero nosotros, legos en la materia y cargados de los prejuicios habituales, sentíamos que nos estaba cambiando el chip: a veces no somos conscientes de que encima de una bicicleta somos un vehículo más, con las mismas obligaciones y derechos que motos, coches y camiones.
Tras esta refrescante charla, nos pusimos en marcha y descubrimos entonces que un discreto callejeo por las calles de Lavapiés, casi vacías a primeras horas de la mañana, nos permitiría sortear el agitado tráfico de las rondas y alguna que otra cuesta, demasiado dolorosa para cuerpos recién madrugados. A continuación, un leve ziz-zag por las calles de Arganzuela nos acababa llevando, casi sin darnos cuenta, a Madrid Río. Hay momentos de la semana (sábados y domingo, ya avanzado el día) en los que este parque está tan saturado de gente que convierte al ciclista en un insospechado peligro público. Por eso, es aconsejable cruzarlo a primera hora de la mañana, tal como hicimos nosotros. De esta manera, resulta delicioso recorrer este restaurado camino junto al río, hasta desembocar en la calle de Aniceto Marinas, que nos lleva finalmente al Parque de la Bombilla. Este parque está atravesado por la Senda del Rey, es decir, la misma en la que, unos cuantos minutos más arriba, se encuentra el edificio de Humanidades de la UNED.

Para el que está acostumbrado a llegar a la Ciudad Universitaria en coche, metro o autobús, es una feliz sorpresa descubrir cómo se vislumbran las facultades entre los árboles y, finalmente, frenar suavemente la bicicleta delante de su puerta.
Para la vuelta, Martingala nos sugirió distintas opciones, siempre con el fin de evitar las cuestas y las calles peligrosas o demasiado saturadas de tráfico. En cualquiera de sus alternativas, el recorrido es muy suave y puede hacerse en sólo media hora si uno no se entretiene demasiado. De modo que la tentadora posibilidad de ir a trabajar en bicicleta se había materializado, gracias a la ayuda de Martingala y Enbicipormadrid.
Enhorabuena a los dos y gracias por esta crónica tan bién redactada.
ResponderEliminar;)
Enhorabuena a ambos, a partir de ahora a disfrutar de Madrid en bicicleta
ResponderEliminarGracias por la crónica. Y a Martingala que es un gran guía!!
ResponderEliminarEmpezáis utilizando esta ruta al trabajo, y seguiréis utilizando la bici por toda la ciudad. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminar:) :) :)
Gracias por la crónica y a seguir. ;)
ResponderEliminar