En sólo 4 años llegaron a estar en 20 ciudades europeas
En el reciente campus festival de Ciclologística organizado por Mares en Madrid pudimos conocer la terrible historia de la mayor empresa de paquetería en bici de Europa de la mano de su creador, Ben Rieder. Sentado en el suelo del escenario, Ben nos contó su historia en castellano boliviano* y sus reflexiones sobre lo que hizo que todo se torciera para acabar con un sueño que casi alcanzó: hacer desaparecer los camiones de reparto del centro de las ciudades.
Fue una de esas experiencias grandes que sólo te das cuenta de que la estás viviendo cuando ya está a punto de acabar. Merece la pena que los que no estuvieron también la conozcan.
*Si alguien quiere saber por qué un belga habla castellano con tal acento, hemos encontrado el motivo en esta entrevista
Gante es quizá la ciudad más bonita de Bélgica, seguro que varios lectores la conocen. Quien no la haya visitado o la haya visitado poco se habrá llevado esta impresión:
Ben Rieder ha vivido allí los suficientes años para saber que esa imagen bucólica llena de bicis y y calles peatonales escondía un reverso tenebroso: Gante siempre ha sido una ciudad llena de coches y furgonetas.
Esto es una calle no peatonal del centro...
...y esto es lo que hay fuera del centro.
Sí, es cierto. En todas las imágenes se ven muchas bicis, tranvías y gente paseando. Pero también muchos coches, demasiados. Gante tiene un reparto modal de mierda. Hagamos una pequeña clase de neerlandés con este gráfico:
- Te voet: A pie
- Fiets: Bici
- Auto... pues auto
El gráfico viene de este reporte del ayuntamiento de 2012, que es cuando comienza nuestra historia.
Capítulo 1. Te llevamos gratis en bici
Ben se planteó que si desaparecieran parte de esos coches igual lograba un mundo mejor. Se le ocurrió aprovechar que Gante era una ciudad fácil para la bici, y junto a sus amigos Michel De Waele y Anthony Viaene creó un sistema de bici-taxis para recorrer el centro que funcionaba de la siguiente manera: el cliente llegaba en coche hasta cualquiera de los parkings del entorno del centro (ver mapa) habiendo reservado un bici-taxi que le recogía y le llevaba a su destino.
El viaje era gratuito, la empresa se financiaba sólo con la publicidad que mostraba el bicitaxi. Era una pequeña revolución dentro del sector de bici-taxis, que siempre se habían destinado al turista y no a cambiar hábitos de transporte del residente.
Se llamó Bubble Taxi (el taxi-burbuja), y empezaron con esta flota de 6 bicis en forma de burbuja, pero su mayor inversión fue un gran camión para redistribuir las bicis entre los aparcamientos según fueran demandándose.
En cuatro meses el sistema funcionaba con un gran éxito de público. La gente que antes hubiera cogido un tranvía desde su casa para ir al centro ahora iba en coche hasta un aparcamiento sabiendo que un taxi gratuito les llevaba a su destino. "¿Qué estamos haciendo?" se preguntaron Ben, Michel y Anthony reunidos en la calle, tomando tartas de un puesto callejero donde solían hablar de la empresa. Esto no estaba ayudando en nada a quitar coches y encima habían metido un camión más por el centro, llevando bicis de un parking a otro.
Capítulo 2. La vendedora de tartas que no podía andar
El puesto de tartas tenía mucho éxito entre los ganteses del centro, y recibía muchos encargos a domicilio que en condiciones normales hubiera podido llevar la misma dueña andando. Pero la mujer tenía dolencias en las piernas y tenía que repartir en una furgoneta que le resultaba una sangría entre gasolina y reparaciones, desatendiendo entre tanto el negocio.Así que a los chicos de Bubble Taxi se les ocurrió que igual podían ayudar a la señora a repartir y a a la ciudad a evitar esa furgoneta absurda. Llegaron a un acuerdo para probar a llevar las tartas dos semanas en uno de los bicitaxis, no sin angustia de la dueña que les hizo firmar que pagarían con su sangre si alguna de las tartas se dañaba de camino.
Y la prueba resultó: la señora vio que era más barato repartir en bici que en furgoneta, no tenía que dejar el puesto para hacer el reparto y además las tartas llegaban en buen estado. Las bicis-burbuja que llevaban gente se reconvirtieron en bicis-burbuja que llevaban cosas. Así en 2013 murió Bubble Taxi y nació Bubble Post. Si a alguien le interesa el dominio web, BubbleTaxi.com sigue en venta.
Aquí podemos ver la transformación del vehículo, todavía conservando la parte delantera y conducido por el propio Ben Rieder.
En poco tiempo, aparecieron más clientes que vieron que era más rápido y barato confiar en el reparto en bici que hacerlo en furgoneta. Uno de los factores de éxito fue el empleo de la tecnología para avisar al repartidor por sms y generar la ruta más óptima sobre la marcha. ¿Sabíais que el 10% de las entregas no se realizan porque el cliente no está en el momento de la entrega? Gracias a este sistema se consiguió reducir los servicios no entregados a la mitad.
Otro factor de éxito fue lograr mantener la cadena de frío gracias a sus vehículos térmicamente aislados y la optimización de tiempos, algo en lo que los transportistas tradicionales suelen fallar o incurrir en costes astronómicos. No es de extrañar que farmacéuticas o alimentación confiaran en ellos desde el primer momento.
Unos meses después, Ben, Michel y Anthony quedaron en el puesto callejero de tartas para hacer cuentas: el negocio marchaba viento en popa, los 6 taxis eran ahora 6 bicirepartidores que por fin estaban logrando de verdad un impacto real en el planeta, reduciendo el uso de vehículos a motor. Gracias a ellos, en Gante había ahora 3 furgonetas menos... una ridiculez.
Así no se cambiaba el mundo, era necesario ser más grandes.
Capítulo 3. Conquistar el mundo
Publicado en Niewsblad 3 de julio de 2014SAN NICOLÁS - El depósito de 1500 m² de Bubble Post a las afueras de la ciudad en el Parque Industrial Oeste 41 ya está acabado. Desde aquí, esta joven y dinámica empresa transporta paquetes de manera ecológica con sus bicis de cargo con asistencia eléctrica, o con una Ford Transit eléctrica.
"Empezaremos por San Nicolás, Temse y San Gillis-Waas, dice el director Benjamin Rieder y Yan Ketelers de Bubble Post.
Tras un año y medio de actividad en Gante, Bubble Post ha estado repartiendo en Kortrijk desde Mayo y ahora en San Nicolás. En breve la empresa empezará en Bruselas y Antwerp, dando servicio a cinco ciudades.
Contra los atascos
"Este método de transporte alternativo es la solución sostenible perfecta para los crecientes atascos, la mayor exigencia para reducir tiempos de entrega y el problema de las emisiones de CO² en el interior de las ciudades", señala Carl Hanssens (N-VA), que se encargará de San Nicolás. Aquí Bubble Post colaborará con la web Nuvonet. Los precios de entrega varían entre 5-8 euros.
¿No es sorprendente que en sólo año y medio unos repartidores de tartas estén ya operando en cinco ciudades, planeen expandirse a otras dos más y además tengan este peazo almacén?
Además empezaron a desarrollar su propio modelo de bici de carga, que lo del bici-taxi cortado por la mitad no era lo mejor. Empezaron a desarrollarlo con una empresa británica, pero ¡alas! la empresa quebró. Un segundo intento con la vitoriana Evolo logró finalmente desarrollar esta maravilla, el Z2. Desde Evolo aseguran que es el mejor que existe en Europa ahora mismo.
Los clientes de Bubblepost presionaron para que este servicio llegara a otras ciudades donde tenían sucursales. Con el negocio asegurado ¿quién no se atrevería con nuevas expansiones? Avancemos unos meses con unos extractos de este reportaje de la European Cyclist Federation (EFC).
Los paquetes se envían al almacen de las afueras de Bubble Post, donde se clasifican para su entrega según el tipo de vehículo más adecuado. El algoritmo creado por ellos calcula el modo más eficiente de entrega incluyendo la elección del tipo de vehículo. [...]
BubblePost ha creado 120 puestos de trabajo, la mayoría jóvenes menores de treinta. Su meta para este año es llegar a los 200 empleados. Algunas empresas de este tamaño correrían el riesgo de atascarse con jerarquías y cuadros de mando, pero no aquí. Tienen una organización horizontal altamente colaborativa que involucra a todos los empleados que comparten así la responsabilidad para lograr el éxito de la empresa. Todos los "Héroes de Bubble" (como se hacen llamar) trabajan juntos para identificar las dificultades inmediatas y los retos futuros.
La eficiencia de la bici en zonas urbanas densas se refleja en los ahorros de los clientes de Bubble Post: la última milla les cuesta de media un 25% menos. [...]
El modelo de Bubble Post es fácil de replicar e implantar. Quieren prestar el servicio de reparto en todas las grandes ciudades de Europa. Para ello están buscando alianzas con empresas locales de la Unión Europea para compartir su modelo de negocio, esto es: acceso al diseño de sus triciclos, su tecnonolgía, algoritmo de rutas y organización laboral para ayudar a sus aliados a florecer en sus propias ciudades. [...]
Capítulo 4. Todo se va al garete
Si ahora les digo que a esta empresa le quedan 18 meses de vida posiblemente no me crean. Lean el último párrafo del reportaje de la EFC:"Y los inversores creen en Bubble Post: su expansión por Valonia y los Países Bajos ha sido financiada hace poco con una inyección de capital de 2,35 millones de euros. Con esa trayectoria de éxito y la industria de la ciclologística haciéndose cada vez más presente, no falta mucho para que Bubble Post envíe un paquete por tu zona."
La siguiente reunión no tuvo lugar en el puesto de tartas, sino en un despacho. Allí estaban por un lado Ben, Michel y Anthony y por otro los nuevos accionistas que estaban financiando la brutal expansión europea, que querían más rentabilidad para recuperar su inversión y no entendían por qué el negocio se limitaba al reparto en bici, y mucho menos su esquema laboral horizontal sin jerarquías. Todo eso era parte de la filosofía de cambiar el mundo que había llevado a crear esta empresa y ninguno de los tres creadores estaba dispuesto a traicionar sus principios.
Pero los accionistas eran mayoría y empezaron a tomar decisiones. En Julio de 2016 despidieron a Ben como director. La nueva dirección de Marc Morioux implantó un esquema de jerarquía tradicional de mando, con el único foco de rebajar gastos. Muchos de los empleados dejaron de creer en este nuevo modelo de negocio. En un año un tercio de la plantilla se había largado.
En enero de 2017, Ben vendió el resto de su participación y se salió de la compañía, no sin pagar otro precio a cambio: Para evitar que pasara conocimiento a la competencia, tuvo prohibido trabajar en el sector de la ciclologística hasta 2022. En toda la Unión Europea. Su renuncia fue noticia en los periódicos belgas.
Durante los meses que Bubble Post estuvo en manos de la nueva dirección no hubo innovaciones, ampliaciones, ni cambios de estrategia para retener a los empleados. Finalmente fue absorbida por el servicio postal belga en agosto de 2017, que tiene ahora unas cuantas bicis repartiendo correo, pero por supuesto no tiene ninguna intención de expandirse por Europa. Marc Morioux no duró en el cargo para ver el fin de año.
5 años para reflexionar ¿Qué he hecho mal?
En el campus de ciclologística en el que Ben contaba su historia alguien del público cogió el micrófono y se le dirigió con estas palabras:"Tu empresa sería un ejemplo de éxito. De la nada consigues una multinacional en cuatro años, la vendes y te forras. Pero tú nos cuentas esta aventura como un fracaso, porque finalmente no has conseguido el gran cambio que pretendías. Nadie de los que estamos aquí hacemos esto por dinero, porque no es un negocio fácil. Estamos aquí porque creemos en esto. Tú sí tuviste la oportunidad de hacer dinero de ello y retirarte, pero has preferido seguir estás aquí porque también crees en lo que haces. Bravo".
Ben sigue siendo un apasionado de la ciclologística. Es una de las personas más necesarias para que las ciudades cambien, y fíjense, no puede involucrarse en ninguna empresa europea que tenga que ver con esto hasta 2022. Aprovecha estos cinco años para hacer básicamente dos cosas:
1. Examinar sus errores: ¿Debería haber apostado por el transporte entre ciudades? Vale, no se puede cubrir con bicicletas, pero es mucho más rentable y le hubiera permitido una expansión sin necesidad de dejar Bubble Post en manos de accionistas que no compartían su filosofía empresarial.
Quizá el problema fue querer expandirse demasiado ¿Pero cómo logras un impacto si no sales de tu ciudad?
2. Viajar mucho: Ben busca por todo el continente proyectos que compartan sus ganas de lograr un mundo mejor para involucrarse en ellos, siempre que no tengan que ver con la ciclologística, claro. Para el mundo prohibido del reparto en bici, lo más que puede hacer es sentarse junto a gente del sector que comparte su código de valores, contar su experiencia y dar consejos de como lograr lo que él no logró.
Los consejos de Ben
1. Apostad por una tecnología propia que os permita ser mejores. El reparto de mercancías de última milla es poco rentable, tiene mucha competencia y está mal pagada. Sólo la tecnología (en su caso, un algoritmo para optimizar rutas y reducir las entregas fallidas), logró hacerla rentable y competitiva.
2. No salgáis del ámbito local. La bici tiene sentido en la pequeña escala, en el cliente que os conoce, en la ciudad en la que podéis conocer los cambios que se avecinan, en el tamaño de empresa que podéis controlar.
3. Aliáos. La conquista del mundo no se producirá convirtiéndose en una gran multinacional, sino con la alianza entre empresas locales. Aquí en España sucede algo que Ben no ha visto en ninguna otra parte de Europa, y es el espíritu colaborativo entre esas pequeñas empresas, que se está materializando en estos momentos en la Asociación de Empresas de Ciclologística de España, pero que ya existe desde hace años con lazos entre muchas de ellas. Es un capital valiosísimo que permitirá pensar en global actuando en lo local, la mejor fórmula para lograr el cambio.
* * *
Esta experiencia es una de tantas que tuvo lugar el pasado 4 de Mayo, con motivo del primer campus de ciclologística a nivel nacional. Gracias a que Mares Madrid confió en EnbiciporMadrid para llevar las redes, pudimos ser testigos de excepción de que una revolución está sucediendo y que es demasiado importante para que sólo los implicados en el sector se enteren. Aunque lo fuimos transmitiendo con alegría también por Twitter, esperamos que este artículo y otros que están por venir sirvan para abrir los ojos a muchos. Si conoces casos de ceguera (especialmente entre responsables de empresas o instituciones) pásale esta historia, igual le ayuda a ver.
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