¿Que es un ciclocarril?
Según el ayuntamiento de Madrid, es un carril de la calzada con un marcado especifico en el que se indica que las bicicletas deben circular por el utilizando la parte central del mismo y los coches no deben superar los 30 km/h. Es decir es un carril compartido de bicicleta con el resto del trafico que suele ser el carril derecho (al margen del carril bus) en el que se debe circular por el centro.
Según la ordenanza de movilidad, la bicicleta debe circular por el centro del primer carril de la derecha exceptuando el carril bus, luego todos los carriles derechos son ciclocarriles pero solamente se llaman así los que están señalizados.
¿Para que sirve un ciclocarril?
La idea que se hace la mayoría de la gente es que un ciclocarril sirve para que las bicis puedan circular tranquilamente por las calles de Madrid sin ser molestados ni tener que preocuparse por el tráfico motorizado. Y por ello, mucha gente que no se plantea utilizar la bici en la ciudad por miedo al tráfico, lo haga.En la práctica, lo que ocurre es que el ciclocarril es un carril dentro del tráfico, con autobuses y taxis a la derecha, cuando hay carril bus, y el mismo tráfico de siempre a la izquierda. Además, como es un carril compartido, los coches también lo utilizan. Es decir no modifica en absoluto las condiciones de circulación: Los mismos coches, el mismo ruido y las mismas velocidades. Muy decepcionante para el que se espere otra cosa.
¿Entonces para qué sirve en realidad?
Su función es educativa. Situa al ciclista, donde dice la ordenanza que debe estar, en el centro del carril derecho y a la vez que confirma al resto de los vehículos que esa es la posición correcta dónde deben situarse las bicicletas. Es decir solamente es una forma de transmitir y dejar constancia de la ordenanza vigente en este aspecto.¿Por qué apenas se aprecian resultados positivos?
Estos primeros ciclocarriles se han implantado en calles muy transitadas de la zona centro. Puede ser que el ayuntamiento haya pensado que si se consigue que haya circulación normalizada de bicicletas por estas calles de tanto tráfico, que son muy visibles y representativas, automáticamente este fenómeno se vaya a extender a cualquier otra calle, y por eso se haya centrado en estas calles.Puede ser que que tuviera la incesante necesidad de reducir el volumen y velocidad del tráfico para complir con los criterios de contaminación impuestos desde Bruselas y pretendiese lograrlo mediante el aumento del tráfico ciclista
O puede ser simplemente, que iban a reformar este anillo para potenciar el transporte público y ya de paso se aplicaban políticas de promoción de movilidad ciclista.
Sea como fuere, no parece haber sido de gran ayuda para la movilidad ciclista. Es cierto atrae algunos nuevos ciclistas, pero muchos de los ciclistas existentes prefieren seguir utilizando itinerarios de calles tranquilas porque no ven mejora de las condiciones.
Estos días me he fijado en el ciclocarril de Recoletos tanto como peatón, como automovilista. Recorro a menudo ese tramo en bici y tengo que decir que, como ciclista urbano, no me ha aportado ningún beneficio, excepto la comodidad de poder colocarme más fácilmente el primero tras el semáforo, de hecho me distrae de colocarme en el carril más adecuado para mi trayectoria.

Sin embargo últimamente he realizado ese tramo tanto como conductor de automóvil como también peatón.
Como automovilista, no me he encontrado con ningún ciclista, lo cual me ha hecho muy difícil no superar la velocidad máxima del carril (30km/h). El carril derecho vacío y todos los demás circulando a 50 km/h, te empuja a seguir ese ritmo, la señal de 30 pintada en el suelo no tiene suficiente fuerza para vencer esa inercia y eso que yo iba con la idea en la cabeza.
Como peatón, desde la acera, se ve el Paseo de recoletos como una autopista a escala urbana, muchos coches circulando muy rápido y casi ninguna bici. El ciclocarril se aprecia diferente por la pintura, pero los coches pasan sobre el como sobre cualquier otro. Desde luego, en ese tramo no invita en absoluto a pedalear sobre el.
No está todo perdido

El ciclocarril como concepto tiene muchas limitaciones, aunque es inofensivo ya que no genera más peligro. En el peor de los casos no sirve para nada y además es muy barato.
Puede ser muy útil, pero debe empezar como lo haría un ciclista novato, por calles tranquilas. Así atraería a los ciclistas principiantes a recorrer calles tranquilas que es algo totalmente asequible para ellos, a la vez que les educaría para circular correctamente, con lo que se evitarían muchos problemas que generan esa sensación de peligrosidad.
También los coches verían las señales pintadas en el suelo e irían aceptando las bicicletas como compañeras de calzada.
Tampoco hace falta pintarrajear toda la ciudad, una pequeña marca en el inicio de algunas calles es suficiente.
Siempre con mesura y mucha cabeza, para evitar que se piense que a las calles sin marcar no les afecta la norma.
Si se consigue un tráfico ciclista normalizado por esas calles, y es donde hay mas opciones para ello, ese tráfico se irá extendiendo progresivamente, de forma natural, a otras calzadas mas transitadas hasta ocupar la ciudad entera.