Etapa 4 Sahagún - Astorga (León).
Volando bajo...
Día:02/09/2014
Track:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7770733
Kilómetros: 107
Desnivel positivo:472 metros
Tiempo total: 9 horas 51 minutos
Relajados tras haber alcanzado la "autopista" francesa del Camino sobrados de tiempo y con la intención de alcanzar bien Astorga,bien Hospital de Órbigo, nos levantamos. El desayuno esta vez, en el propio Sahagún, porque la noche anterior le hemos echado el ojo a una pastelería y hay que disfrutar de lo que el Camino nos ofrece.
Atravesamos rápidamente Sahagún, saliendo por su puente sobre el río Cea, para salir a nuestros últimos terrenos llanos, camino de Bercianos del Real Camino. En la ruta, innumerables peregrinos en bici, a pie. Para todos ellos, nuestro "¡Buen Camino!"
Es un terreno llano,que pica ligeramente hacia arriba, pero el fresco de la mañana nos anima y rodamos en muchos tramos por encima de los 30 km/h.
Es una zona de grandes rectas, muy pesada para los peregrinos de a pie, pero en la que nuestros "galgos" Antonio y Fernando se fajan a lo grande aunque lo mejor vendrá por la tarde.
Temprano aún, llegamos a El Burgo Ranero. Un pueblo pequeño que ha sabido ponerse en el mapa con un gran Albergue, el Domenico Lafi, del que los que repetimos Camino guardamos un gran recuerdo. Aunque esta vez no haremos noche, la parada es obligada.
El albergue de El Burgo Ranero. "La casa de barro". Uno de los mejores por el cariño de los hospitaleros voluntarios |
La carretera, que coincide con el antiguo Camino,transcurre con poco tráfico junto a una pista que se ha dispuesto para menor riesgo de los peregrinos. A tramos por ella y a tramos por la pista (procurando no molestar a los muchos caminantes),pronto llegamos a Mansilla de las Mulas, donde es día de mercado, con lo que el centro esta lleno. Otro pueblo que huele y sabe a Camino ya desde su entrada.
Mansilla y su bonito homenaje a los peregrinos en uno de los típicos cruceros que jalonan el Camino |
Mercado en la Plaza Mayor de Mansilla de las Mulas |
El Camino hasta León, nuestra segunda capital y la primera con tiempo para disfrutarla es una cuesta arriba por pistas de tierra, bajo el sol, aunque mejor que la antigua ruta entre carreteras y polígonos industriales.
La entrada y salida de las ciudades suele ser lo peor del Camino, pero esta vez, y tras la mencionada cuesta arriba, tenemos un carril bici que bajando nos lleva a las afueras de la ciudad. Orientados por un grupo de voluntarios de protección civil (con sello de credencial incluido) nos dirigimos hacia el centro, presidido por la catedral gótica, personalmente mi favorita en España por el triunfo de la luz. Lamentablemente, desde la última visita, han empezado a cobrar por la entrada a este monumento algo que me parece un craso error, porque se la ve vacía, los peregrinos no entran y estoy seguro de que sería más la recaudación fiándola a la voluntad del que ya ha entrado y disfrutado de la luz colándose por las vidrieras.
Lauranieves y los siete enanitos.... o eran los hermanos Dalton? |
Exquisita la morcilla y las primeras copas de vino del Bierzo.
Imprescindible el tapeo por el Humedo |
Disfrutamos con la tranquilidad que nos da saber que todo lo que hagamos por la tarde estará ya sobre el plan de ruta, pero intentamos que la comida no sea muy pesada.
Salimos finalmente, no sin antes pasar por el Hospital de San Marcos, antaño hospital para peregrinos, luego cárcel del ilustre Francisco de Quevedo y hoy parador de Turismo.
El Hospital de San Marcos, hoy Parador de Turismo |
León es una ciudad llena de monumentos y de vida. Yo creo que habrá que apuntarla para alguno de los retos del año que viene. Total, solo esta a 300 km ;-)
La salida de León es muy pesada. De nuevo cuesta arriba, por la carretera nacional, con bastante tráfico se hace muy larga. La guia que llevamos sugiere una alternativa que decidimos tomar. Más larga, pero por carreteras más tranquilas y caminos y alejada del tráfico,
Saliendo desde Fresno, y atravesando Oncina, Chozas de Abajo, Villar de Mazarife y Villavante. En esta última vivimos algo bastante habitual: Flechas que se desvían del Camino, "engañando" al peregrino para que entre en el pueblo a restituirse o mejor aún quedarse, en un bar/albergue, privado, posiblemente artífice de las flechas,y ya que esta, dejarse el dinero.
El camino alternativo hasta allí, es un llano de suaves rectas interminables, de nuevo bajo el sol, en el que nos separamos. Por delante Antonio y Fernando arrastran a Laura (literalmente). Por detrás el resto nos hemos retrasado a coger agua en Oncina. El grupo de perseguidores, a relevos como los mejores profesionales, hicimos los 15 kilómetros que separan Oncina y Villavante en menos de media hora. Cuando llegamos, sorprendidos por no haber enlazado, nos confiesan que han rodado a casi 40 km/h. ¡Con Alforjas y viento en contra!!
Tras tomar unos refrescos en Villavante (caras, muy caras opinamos), seguimos, hasta otra localidad "clásica" del Camino: Hospital de Órbigo, cuyo nombre viene del Hospital de Peregrinos que en él había.
Hoy, el mayor monumento es el Puente medieval, "del Paso Honroso" en el que don Suero de Quiñones rompiera 300 lanzas por el amor de su dama, contra los mejores caballeros de su tiempo y que Cervantes loara por boca de Don Quijote.
Lejos ya aquellos tiempos, el puente sigue siendo un espectáculo, bajo el que multitud de pescadores hacen su agosto con las truchas del lugar. Hospital de Órbigo mantiene su tradición hospitalaria con otro de los Albergues clásicos de Camino el Albergue Parroquial Karl Leisner. Otro imprescindible si vas a pie, donde seguro que al entrar te animarán a sentarte un poco y tomar un trago de agua en su patio.
Por culpa de mi parada (le debo unas disculpas a mis compañeros porque siempre anduve retrasándoles) el grupo se vuelve a partir. Mientras unos van por carretera, los "rezagados" por mi culpa tomamos la ruta "guay" que Fabian nos recomendó a la salida de Madrid.
La ruta alternativa nos lleva a dehesas con encinas primero, pasando por un extraño monumento "hippie" del Camino y bosques de chopos. Curioso monumento. El muñeco es una componenda de toda la ropa que a algún peregrino le ha sobrado. |
La flecha más grande que vimos en el Camino |
Ese monumento no es sino la antesala de "La casa de los Dioses" un lugar en el que un ermitaño ayuda a los peregrinos con bebidas y abalorios a cambio de la voluntad.
Otra de esas curiosidades de la mística que suscita el "Camino de las Estrellas". Desde ahí, apenas un paseo hasta la Cruz de San Toribio, desde la que disfrutamos ya de una espectacular vista sobre Astorga
Bajamos y encontramos, una curiosa fuente que representa a un peregrino, y que al accionarla le ofrece agua a él y a nosotros. De ahí al Albergue municipal, apenas nos queda nuestra ya habitual "cuestecita" antes de llegar, donde ya nos esperan el resto de compañeros.
En el albergue, "Siervas de María", un curioso vericueto de habitaciones en varias plantas que bien parece el laberinto del Minotauro, nos advierten de que mañana hay que Madrugar, y que no puede haber nadie dormido a las 8. Pronto sabremos porqué. En todo caso, es otro albergue de esos con regusto a Camino clásico, en el que hospitaleros y peregrinos se afanan por ayudar al que lo necesita, dando masajes, consejos para curar las dolencias.
Ducha, y a disfrutar de la ciudad. Nos hemos prometido un gran premio en la capital de la maragatería: Un cocido Maragato. Antes, paseamos junto al ayuntamiento con el reloj de los maragatos, la Catedral, y el palacio episcopal, proyectado por Gaudí.
En el albergue, "Siervas de María", un curioso vericueto de habitaciones en varias plantas que bien parece el laberinto del Minotauro, nos advierten de que mañana hay que Madrugar, y que no puede haber nadie dormido a las 8. Pronto sabremos porqué. En todo caso, es otro albergue de esos con regusto a Camino clásico, en el que hospitaleros y peregrinos se afanan por ayudar al que lo necesita, dando masajes, consejos para curar las dolencias.
Ducha, y a disfrutar de la ciudad. Nos hemos prometido un gran premio en la capital de la maragatería: Un cocido Maragato. Antes, paseamos junto al ayuntamiento con el reloj de los maragatos, la Catedral, y el palacio episcopal, proyectado por Gaudí.
Ayuntamiento de Astorga. |
El Palacio Episcopal es también museo de los Caminos de Santiago |
Lo del cocido para cenar, por si a alguno le apetece repetir nuestra aventura, es complicado. La mayor parte de los sitios que lo ofrecen no lo hacen para cenar, seguramente porque lo copioso (un verdadero reto no apto para estómagos delicados) no lo aconseja antes de dormir.
La Catedral de Astorga. Llegando tan tarde evidentemente no pudimos entrar. |
La primera de las tres fuentes ("saltos") de que se compone el cocido maragato. 1º Carnes. 2º Garbanzos y verdura. 3º Sopa de fideos. Tomadas además al revés de lo habitual. |
Cosas del Camino: Porqué el Camino
Sin pretender hacer una apología de las muchas razones por la que hacerlo, personales, religiosas, culturales... El Camino es de todos y para todos y cada uno tendrá su razón para hacerlo. No obstante, y prescindiendo de lo espiritual, para los aficionados a la bicicleta, constituye una ruta muy ventajosa para iniciarse en el cicloturismo. Es barato. Esta perfectamente señalizado, incluso en rutas "alternativas" como el Camino de Madrid, y cuenta con una infraestructura de Albergues y alojamientos, tanto públicos como privados,que aportan una flexibilidad casi infinita. Sabes que tengas el percance que tengas alguien pasará a socorrerte, y que siempre encontrarás una cama (o al menos un techo) esperándote para dormir. Con eso, permite iniciar la ruta sin apenas planificación, sin necesidad de mucho más que la Credencial, la bicicleta (si eliges ese medio) y unas alforjas pequeñas (al no necesitar tienda de campaña). Si quieres vivir una gran aventura de ruta MTB pero sin acometer grandes riesgos o dejarte la economía en ello, esta es una buena elección. He de decir que el Camino desde Madrid es ciclable casi al 100%. Apenas evitamos los arenales de Valladolid, el resto, aunque en alguna ocasión obligue a echar el pie a tierra (no más de 100 metros) se puede hacer perfectamente con una bici de montaña con alforjas.
Además, el Camino (que no por casualidad se escribe con mayúsculas) es algo muy especial. Compartirlo con amigos es algo que te une a ellos para siempre, una experiencia vital única.
No hay pérdida. Solo tienes que seguir las flechas amarillas ...
escrito por Agustín Felipe Farelo
Quieres seguir la historia? Sigue las flechas amarillas aquí:
Etapa 1, Etapa 2, Etapa 3, Etapa 4, Etapa 5, Etapa 6, Etapa 7, Etapa 8, Epílogo Finisterre.
Nuestra cuarta etapa en el Camino de Santiago, la que nos llevaría de Sahagún a Astorga pasando por León, la recuerdo como una gran jornada gastronómica.
ResponderEliminarEmpezó con un gran desayuno en una pastelería de Astorga, comida de tapeo en el Húmedo de León, y para acabar el día ese impresionante cocido maragato de Astorga. Otra etapa por encima de los 100 km, en la que había que reponer fuerzas... no todo iba a ser dar pedales.
Lo cierto es que fue un día muy completo. Y que se hizo divertido. Esto del ciclismo gastronómico es una opción que muchas agencias de viajes deberían de considerar!
ResponderEliminarHay cientos de anécdotas que nos iban sucediendo en cada jornada y no caben todas en estos relatos, pero me gustaría recordar una.
ResponderEliminarAl llegar a la recepción del Albergue de Astorga para dar nuestros datos y Credenciales, recuerdo que delante de nosotros iba una familia curiosa, con la que más tarde compartiríamos habitación: una madre con dos hijos, una chica de 18 y un chico de 11 años. Venían desde su ciudad, en Alemania... andando!!!
Más de 2.000 km recorridos a pie llevaban estos tres peregrinos y muchas semanas de Camino. A su lado, nuestros 4 días rodando en bici, y nuestros 450 km parecían una broma.
Para mí, además de la cuestión gastronómica, fue el día en que pude volar, gracias a que Antonio cortaba el viento, y Fernando empujaba constantemente. Lo decimos muchas veces, pero este grupo hace que cualquier cosa sea fácil, cosas que nunca te plantearías sola.
ResponderEliminarYo de estos cuatro primeros días recuerdo la voz machacona de Fernando por detrás diciéndome una y otra vez "Antonio, baja un poco la velocidad que les perdemos"
ResponderEliminarPor suerte en esta etapa con unas rectas interminables me dejaron darle caña a la bici. Con viento de frente, Laura detrás pegada a unos centímetros de mi rueda, y Fernando empujando (literalmente) a Laura, rodábamos los tres como un tren compacto casi a 40 km/h casi sin enterarnos... como si fuésemos de paseo. Compenetración total :-)
Muy bonita crónica. Un par de preguntas. ¿Es cierto que en estas etapas ya hay mucho tráfico de peregrinos? ¿No tuvisteis problemas para conseguir hospedaje en los albergues? Gracias
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