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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Carril bici y movilidad urbana

Escrito el 12 de diciembre por Wheels

El carril bici se ha convertido en el símbolo inequívoco del apoyo al ciclista. Es la primera imagen que viene a la mente de los ciudadanos cuando se piensa en potenciar el uso de la bicicleta. Hoy en día esta imagen mental es tan fuerte, que prácticamente nadie se detiene a valorar la utilidad que puede aportar en el día a día. Sus mayores defensores tienden incluso a tomarlo como la solución a todos los problemas de la bici en la ciudad, una panacea universal tan sencilla y fácil de implementar que resulta insultante que no se haya aplicado hace años.

Carril bici y movilidad urbana
Pero ¿qué puede aportar el carril bici a la movilidad ciclista urbana?


Ventajas del carril bici urbano


Carril exclusivo

Teoría:

Es un carril exclusivo por el que se puede circular sin restricción de velocidad, se puede
ir tan rápido o despacio como se desee, sin molestar ni ser molestado por el resto de
vehículos motorizados.

Realidad:

Cuando no está segregado de la acera, su imagen de alfombra lisa atrae poderosamente a los peatones a caminar placenteramente por él. También es utilizado por patinadores y corredores y siempre hay ciclistas circulando demasiado rápido, en sentido contrario o parados en cualquier punto del mismo. La ausencia de regulación de velocidad termina dificultando la circulación segura. Al final lo sensato es circular con precaución para no chocar con nadie

Carril bici y movilidad urbana
A salvo de los coches

Teoría:

El carril bici está libre de vehículos motorizados y cuanto más segregado y alejado del tráfico más seguro es.

Realidad:

No existe el carril bici continuo infinito, en algún momento se interrumpe y debe interaccionar con el “resto del mundo”: cruces, pasos de peatones, final del carril. En ese momento, el ciclista debe pasar de su mundo aislado del carril al de la interacción y compartición del espacio con peatones y resto de vehículos. Por otra parte el tráfico no se espera la aparición de ciclistas saliendo inesperada y rápidamente de “entre los arbustos”.

Un caso típico es el ciclista que cruza (con preferencia o no) el paso de cebra en que se ha convertido su carril. Si lo hace a velocidad superior a la de un peatón caminando, los vehículos de la calzada nunca lo van a ver a tiempo  La única manera de afrontar este problema es reduciendo la velocidad en cada interacción con el tráfico.

A salvo de los imprevistos

Teoría:

Un carril bici es como la vía del tren. Un espacio reservado libre de obstáculos

Realidad:

Un carril bici se parece mas a una carretera que a una vía férrea, los imprevistos ocurren con cierta facilidad por error humano, fallo mecánico o condiciones ambientales. El caso es que al ser estrecho, el margen de maniobra es muy limitado.

Podemos compararlo con un carril de circulación estándar, tres veces más ancho, y entender la seguridad que aporta este a las bicicletas ante los imprevistos.

Análogamente podríamos imaginar que la Gran Vía tiene un solo carril por sentido en lugar de tres, ¿a qué velocidad se podría llegar circular?. Una vez más vemos que la velocidad en el carril bici debe ser inferior a la de cualquier otro carril.

Carril bici y movilidad urbana

Utilidad o esparcimiento


Según lo expuesto, un carril bici siempre será más lento que la calzada estándar. Por él se debe circular con tranquilidad, sin correr y con mucha prudencia. Además es preciso saber circular por la calzada. La circulación se hace más compleja ya que hay que seguir unas reglas u otras según se circule dentro o fuera del carril y cambiar de unas a otras tan rápidamente como se entra o sale del él mismo.

Los ciclistas no acostumbrados al tráfico urbano buscan la tranquilidad de la carretera solitaria o de los caminos forestales, que es lo que disfrutan con sus bicis. Por eso les encanta la idea a priori y lo demandan con fervor.

Sin embargo la realidad de la ciudad es otra, los desplazamientos tratan de ser rápidos, siempre hay prisa y cuando no, se intenta llegar lo antes posible, no hay tiempo que perder, el ritmo de la ciudad es así, el pasear no se lleva, no al menos en los desplazamientos cotidianos. Por eso cuando se anuncia un nuevo carril bici hay mucha expectación. El día del estreno resulta estupendo, pero en seguida se hacen patentes las limitaciones anteriormente mencionadas y aparecen las críticas. El carril resulta prácticamente inútil para la movilidad urbana, algo falla ¿está mal hecho? ¿hay que cambiarlo? ¿hacen falta más?...