Seguro que muchos habéis identificado alguna vez algún modelo concreto de coche con una manera de conducir más macarra o más peligrosa. Según nos contó una vez alguna aseguradora, es cierto que los perfiles de riesgo prefieren modelos concretos (concretamente VW Golf o de un Seat León de cristales tintados, por ejemplo). Se trata de un caso en el que la personalidad del conductor se refleja en la compra de un determinado modelo.
En el caso de la bici también es fácil observar esa correlación entre tipo de bici y comportamiento, aunque quizá no quede claro hasta qué punto la bici es simplemente una elección a gusto de la personalidad del ciclista o si las características técnicas de la bici también influyen en la manera de circular.

Para averiguarlo, el banco de pruebas de EnbiciporMadrid ha realizado un experimento: coger a un usuario habitual de bici (el autor que os escribe) y darle a probar bicis con características distintas.
Cada bici se usó al menos un mes, con frecuencia casi diaria, en las mismas rutas y con climatología favorable (primavera-otoño). Se trató de sustituciones durante averías largas de su bici habitual en las que el sujeto no tuvo capacidad de elegir el modelo: simplemente usó lo que había a su disposición en cada momento. De esta manera se han podido descartar las afinidades entre personalidad y tipo de bici que mencionábamos.
El resultado de esta prueba individual fue muy concluyente: el cambio de tipo de bici provocó también un cambio en el comportamiento en bastantes más factores de lo que cabría imaginar, desde la elección de ruta hasta el número de infracciones.
Animamos a los lectores a que nos cuenten sus experiencias con el cambio de bici para corroborar las conclusiones que os contamos a continuación.
En el caso de la bici también es fácil observar esa correlación entre tipo de bici y comportamiento, aunque quizá no quede claro hasta qué punto la bici es simplemente una elección a gusto de la personalidad del ciclista o si las características técnicas de la bici también influyen en la manera de circular.

Para averiguarlo, el banco de pruebas de EnbiciporMadrid ha realizado un experimento: coger a un usuario habitual de bici (el autor que os escribe) y darle a probar bicis con características distintas.
Cada bici se usó al menos un mes, con frecuencia casi diaria, en las mismas rutas y con climatología favorable (primavera-otoño). Se trató de sustituciones durante averías largas de su bici habitual en las que el sujeto no tuvo capacidad de elegir el modelo: simplemente usó lo que había a su disposición en cada momento. De esta manera se han podido descartar las afinidades entre personalidad y tipo de bici que mencionábamos.
El resultado de esta prueba individual fue muy concluyente: el cambio de tipo de bici provocó también un cambio en el comportamiento en bastantes más factores de lo que cabría imaginar, desde la elección de ruta hasta el número de infracciones.
Animamos a los lectores a que nos cuenten sus experiencias con el cambio de bici para corroborar las conclusiones que os contamos a continuación.