Una ruta ideal para hacer en otoño
Como complemento al artículo que publicábamos ayer con la ruta del Anillo Verde Ciclista a la Presa de El Pardo, queremos publicar hoy la opción de llegar hasta la base de la Presa por la margen derecha del río Manzanares.
Aunque los datos de la ruta están tomados esta misma semana, las fotos que acompañan al artículo son del pasado mes de octubre. La ruta es muy apetecible en cualquier época del año, aunque es especialmente bella en otoño con la caída de la hoja y los colores que adquiere todo el paisaje.

- Datos de la ruta -
Fecha: Jueves 31 de mayo de 2012
Origen: Anillo Verde Ciclista, zona Herrera Oria. Madrid - Destino: Presa de El Pardo, llegando por la margen derecha, y vuelta al Anillo Verde
Distancia: 20.90 km
Hora de inicio: 8:09 - Hora finalización: 10:26
Duración: 2 horas 17 minutos
Velocidad media: 9.12 km/h
Desnivel acumulado: 239 m
Dificultad técnica: baja
Otros datos: La zona final por el margen derecho tiene tramos que pueden ser peligrosos para niños - Ver ruta en RunKeeper
Si ayer os presentaba una ruta muy sencilla, apta hasta para niños con bicis de ruedines, esta variante ya no es tan sencilla. Yo la hice el jueves pasado con mi hija pequeña (10 años), pero no la haría con niños mucho más pequeños porque tiene algunos puntos que pueden ser algo peligrosos.
El recorrido de los primeros 7,7 km coincide con el del Corredor Ambiental de ayer, pero al llegar al puente de la carretera que sube al Cristo del Pardo, hay que cruzar al otro lado del río y seguir hasta la presa por esa otra orilla.

Al cruzar el puente nos desviaremos a la derecha, y cogeremos el sendero que sale a la derecha de la caseta.
Pequeños carteles nos van indicando las distintas especies vegetales que encontraremos en el camino. La mayor parte son chopos, fresnos y olmos.
El estrecho sendero está protegido en muchos tramos con una barrera de madera para evitar una posible caída hacia el río. El desnivel es bastante grande.
El sendero sube y baja en varias ocasiones con una suave pendiente. El terreno está limpio, sin piedras, aunque sí que encontraremos alguna que otra raíz.
En otoño hay zonas del sendero que están completamente cubiertas de hojas. Hay que llevar cuidado porque si están húmedas pueden hacer que el suelo sea muy resbaladizo.
Algunas zonas no están protegidas por la barrera, algo que no debería cuasar ningún problema a un ciclista experto, pero que a un niño puede darle algo de miedo por la altura a la que estamos del río.
Según vamos avanzando, va cambiando la vegetación y el camino se va haciendo más ancho.
Hasta el verano de 2011, en esta zona final existía un puente que nos permitía pasar a la otra orilla. Por razones que desconocemos, ese puente fue derribado por las máquinas, y ya no es tan sencillo llegar hasta aquí.
Lo que hacía a tanta gente cruzar ese puente, saltándose la prohibición que había a la entrada, era la fauna que podía contemplarse tras la valla: muchos jabalíes, gamos y ciervos. Al amanecer y al atardecer es cuando más animales se concentran en esta zona. En septiembre-octubre cobra especial interés al iniciarse la berrea de los ciervos (el ciclo biológico de apareamiento).
Nuestra ruta acaba justo en la base de la presa de El Pardo. Allí podremos ver el chorro que permite desaguar el embalse y controlar el caudal del río Manzanares a su paso por Madrid.