Si tú fueses el pequeñajo, ¿Preferirías ver un culo o el paisaje?

En España, lo habitual en sillitas de niño son las que se llevan detrás del sillín de la bici. Son tan habituales que, hasta que no vi cómo circulaban en Holanda y otros países, no sabía ni que existiera otra opción. Pero existe, y cuando vi sillitas colocadas entre el manillar y el padre, me gustaron. Mucho. No voy a tratar aquí de las soluciones para varios niños que ya mostró Wheels en el artículo de “Al cole en bici” . Trataré solo de la duda que normalmente no tenemos, pero que creo que deberíamos plantearnos para llevar en nuestra bici a un pequeñajo: ¿niño delante o niño detrás?
Hasta este verano, había utilizado sillitas traseras muchas veces, en una bici de montaña, y tenía dos problemas:
Uno era que para subir y bajar yo solo con el niño era bastante delicado. Entre que la bici no tenía pata, la posición del niño, tan alto detrás del sillín y la barra central de la bici, hacía muy recomendable el moverse con cierta ayuda para subir y bajar. ¿Por dónde paso la pierna para subir o bajar?¿Cómo aseguro que no se cae la bici mientras tanto?
El otro problema era que al estar el niño tan lejos, no podía hablar con él, enseñarle cosas ni saber cuándo le pasaba algo o si se quedaba dormido. Y supongo que para el pequeñajo, las vistas no eran las mejores posibles.

Cuando vi cómo circulaban en Amsterdam y en otros sitios con los niños sentados tras el manillar, me pareció, sobre todo, muy bonito. Llevaban a los niños entre los brazos, circulando mientras hablaban con ellos, o por lo menos diciéndoles cosas a los pequeñajos que aún no saben ni hablar. Y los niños encantados. El aire en la cara, atentos a todo, señalando todo lo que les llama la atención, saludando y tocando el timbre. Tan contentos viendo el paisaje.
Pero al querer comprar una sillita delantera, casi todas las tiendas me decían que no tenían. Incluso a veces me miraban un poco con cara de marciano. Alguna tienda grande sí que tenía algo, pero muy caro y de un modelo que no me gustaba. Hasta la fiesta de la reina de holanda de este año que me enteré de que en Otero sí que vendían el modelo que me había gustado mirando por internet, el yepp mini . Es mucho más cara que las sillitas traseras normales, del orden del doble (99 €), pero aún así me la compré. Lo tenía bastante claro y creo que hice una buena compra.

Os cuento mi experiencia.
Lo primero es que el invento aquí llama la atención. Con el niño delante, te miran. Y te señalan. Y normalmente con cara de “mira que chulo”. Especialmente si , como en mi caso, la pequeña F va riéndose, tocando el timbre y señalando todo, que suele pasar sobre todo si ve un perro u otros niños.
Aparte, la sillita va bien con distintos modelos de cesta delantera, que para mi es la forma más cómoda de llevar cosas en bici urbana. Siempre caben bien los pies, aunque llevar cesta obliga a que si vas a comprar el pan le tengas que dar siempre un trocito, pero no es problema. ¿Pa? -Sí, toma-
En cuanto a conducción, te acostumbras en seguida a llevar algo más de peso en la rueda delantera y se hace sin problemas. La mayor altura del niño y por lo tanto del centro de gravedad, no se si da mayor o menor estabilidad (no lo veo tan claro), pero al parar y poner pie a tierra, sujetas directamente el manillar y al niño. Es mucho más seguro que sujetar la bici con la sillita trasera y que el manillar se gire. Como muestra de estabilidad, se puede mantener el equilibrio en parado, como se indica en el artículo del equilibrio en parado usando la técnica 1, con bastante facilidad y sin que el niño cabecee. Lo único que realmente no se puede es subir un escalón.
En un par de segundos puedes quitar la sillita de la bici y luego volverla a poner, por si vas tú solo. Es una operación segura e incluso tienes una llave para bloquearla, por si no quieres que se pueda quitar. Aquí te enseñan como se monta y como queda con (demasiado) detalle.
Por el espacio que ocupa la sillita, interesa que la bici sea más bien grande. Además, interesa que la bici sea tipo híbrido o, mejor, típicamente urbana para que tu postura sea bastante vertical. La sillita que tengo necesita para sujetarse un tramo libre de barra de manillar de unos 5 ó 6 cm. En una de montaña no lo he probado, aunque hay adaptadores y tal, pero creo que estar tan horizontal hacia el niño puede ser incómodo. Seguramente por eso no suelen verse en Madrid. En cualquier caso, es posible que tengas que abrir un poco las rodillas para que no choquen pero, si no vas a hacer una enorme ruta, no es gran problema.

Se puede usar con o sin barra central, aunque es mejor sin ella. Con barra, es posible que el giro del manillar se vea un poco limitado en los extremos por tocar el soporte de los pies en la barra. Hay algún otro modelo de silla delantera más barato (unos 45 €), como el Guppy pero no lo he probado y el aspecto es algo más aparatoso. No se cómo se llevara con barra central y cesta.
Se supone que servirá hasta los 15 kg (3 años). Eso dicen. Ya veré hasta cuando aguanta, pero está claro que a partir de un tamaño de niño solo se le puede llevar detrás del sillín. Hasta ese momento, la pequeñaja y yo seguiremos disfrutando de los paseitos y de esas conversaciones con F sentada en su sillita:
- ¡Mira, un perro!
- ¡¡¡ Babau!!!