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jueves, 25 de septiembre de 2014

En bici de Madrid a Santiago (7/8)


Etapa 7 Sarria-Melide (La Coruña)

Ruedas torcidas y Una de Pulpo!!


Día:05/09/2014
Track:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7770747
Kilómetros: 67.88
Desnivel positivo: 1126 metros
Tiempo total: 10 horas 43 minutos


 Hoy tenemos nueva compañera en el grupo. Se nos une Auxi, que tras toda la noche durmiendo en el autobús, con una breve escala en O Cebreiro, nos espera en la calle, ya con las alforjas montadas. Nos desperezamos y salimos a desayunar en una cafetería cercana.  Mientras lo hacemos y le contamos las aventuras de los últimos días, vamos viendo como una auténtica riada de peregrinos pasa a nuestro lado. 
Faltan menos de 150 km, y la confluencia de Caminos junto con el hecho de que mucha gente solo haga el tramo final (lo mínimo para ganar la Compostela son 100 a pie y 200 en bici) hace que cada vez la densidad sea mayor. Más y más peregrinos pasan a nuestro lado mientras tomamos café.
El desayuno en Sarria. Tostadas y bizcocho casero
Antes de salir de Sarria hago una pequeña parada (que me retrasa de mis compañeros) en el Monasterio de la Magdalena, con una tradición de 800 años cuidando de los peregrinos. Allí, tras una breve cola, uno de los monjes del monasterio,  además de sellarte la credencial, te pregunta por tu Camino, y te da su bendición.
Albergue y Monasterio de la Magdalena

Pronto descubriremos que la primera parte de nuestra ruta va a ser un auténtico slalom, mientras adelantamos a cada grupo de peregrinos caminantes por unos paisajes 100% gallegos. Bosques entre brumas, musgo y helechos, por pequeñas pistas de tierra  en un continuo sube y baja. Hoy haremos muchas fotos, porque los parajes son mágicos, pero la mayor parte saldrán movidas: Los árboles que ocultan la luz suponen un reto para la cámara. El terreno es un auténtico rompepiernas, muy divertido para la bici, pero sobre todo, bonito para la vista.
En Galicia el llano no existe: Cuestas arriba imposibles y cuestas abajo divertidas
Rodar por estos bosques es como un carril bici cruzando el Paraiso
 Hemos de tener eso sí, mucho cuidado con los otros peregrinos, sobre todo en las bajadas. Los mojones, ya omnipresentes, van bajando a cifras ya abordables. Pronto pasamos el emblemático. 100 km. Solo 100 km nos separan de Santiago. Nada puede pararnos.
El Camino es un continuo de peregrinos. Rodar despacio para esquivarlos no es problema cuando el paisaje invita a disfrutar como este
Estos parajes te dejan sin palabras.
De vez en cuando,el terreno se abre, y deja ver paisajes bucólicos, y los típicos huertos gallegos con sus berzas.
El verde, en todas sus modalidades y matices
Los paisajes son increíbles. Tras los páramos de Castilla, esto se antoja un paraíso de verdor. Pasamos por una infinidad de pequeñas aldeas. Primero la subida hasta A Serra, para luego seguir hacia A Pena y Peruscallo. A Brea, Ferreiros... Y por fin,una divertida bajada hasta Portomarin.
Donde no hay peregrinos que esquivar algunos encuentran su parque de juegos.
Cruzamos el puente, sobre las aguas del embalse de Belesar que sumergió al antiguo Portomarin para llegar al nuevo. A la entrada, el antiguo puente medieval precedido de una escalinata.
Primer cruce del puente.

Chequeo de la rueda de Antonio. Después Fernando también le dio una vuelta a las bielas de una pareja de ciclistas.
El puente medieval del viejo Portomarín.
El embalse y el puente de Portomarín. La mañana ha sido excelente.
 Allí nos espera tras una corta subida, y cerrada, eso sí, su iglesia fortificada, trasladada piedra a piedra desde el viejo Portomarín. 
La iglesia fortificada de Portomarín,una joya gótica. El coche, otra joya.
Se nota en nuestras caras. Se acerca Santiago.
 Entre unas cosas y otras se nos ha hecho la hora de comer, y, estirado el grupo por efecto de los caminos,no hemos hecho compra. Pablo nos hace una propuesta "deshonesta". Desviarnos un par de kilómetros para visitar un restaurante que conoce, donde degustar las mejores anguilas fritas y el típico churrasco. Nos dejamos caer en la tentación (aunque nos desvíe de la ruta) y acudimos allí. El restaurante "Río Loyo" esta junto a las aguas del embalse.
Basta entrar por la puerta para que te embriague el olor de la leña de roble ardiendo. La comida, tradicional: Pimientos de Padrón, Anguilas fritas, y churrasco de ternera gallega y de cerdo. Todo ello regado con el vino de la casa.

Vuelta al puente. Vamos a comer!!!
Fernando es capaz de tirar de carros y carretas.
La anguila frita... deliciosa.


Y el churrasco. Para repetir, y tripitir y...
El churrasco, servido a la manera típica. La camarera sale con una bandeja de carne recién sacada de las brasas y ofrece una y otra vez, a quien le pide más carne. Esta exquisita, así que repetimos varias veces,  y disfrutamos muchísimo de este "homenaje" al que encima Pablo nos invita. Doblemente Gracias Pablo!!. Acabamos con postres, igualmente deliciosos, y licores de hierbas y de café. Evidentemente, cuando salimos a por las bicis rezumamos "alegría".

Volvemos tranquilamente a Portomarin cruzando de nuevo el puente, para salir directamente e iniciamos camino por una cuesta, que no llegamos a acabar. De repente, Antonio se para. Su rueda trasera ha dicho  basta, después de tantos días de bailoteo,y aparece doblada, casi como una "C". Intentamos enderezarla, y avisar a Fernando, que ha tirado por delante, pero sabemos que no tiene solución. Está demasiado deformada.
Reparación imposible. Hay que buscar alternativas.
Tenemos que buscarnos la vida. Buscamos por internet (ventajas de la era moderna y los smartphones) un taxi que le transporte a él y a su bicicleta, y un taller en Melide donde le puedan cambiar la rueda por otra. Antonio vuelve caminando a Portomarín, a buscar su taxi y nos deja,solo temporalmente. El resto, algo pesarosos, seguimos camino.
Auxi supera el primero de los muchos "cuestarrones" de esa tarde

Con Antonio ya subido en el taxi, para los demás, continúa el paisaje. Una lenta y "suave" subida, de unos 8 km por colinas soleadas, nos lleva hasta Gonzar. 

Allí, mientras estamos parados tomando unos refrescos, vemos pasar a Antonio y su taxi. Mientras los kilómetros siguen bajando. Por la mañana pasamos la barrera de los 100 y ahora la distancia se acorta.
Cada kilómetro,un mojón nos recuerda que Santiago esta cerca. Muy cerca.
Sigue la subida hasta Hospital. A partir de ahí, el terreno suaviza. Una breve bajada por una carretera poco transitada nos lleva a Palas de Rei. Allí paramos a reagruparnos y sellamos en la Iglesia de San Tirso. Fernando nos confirma que ya esta con Antonio en Melide y que todo está arreglado. Eso nos tranquiliza, aunque aún nos faltan casi 15 km para llegar. 
Bajamos hacia Palas de Rei. Otra gozada.
Uno de los muchos hórreos que nos encontraremos

La iglesia de San Tirso en Palas de Rei.
No nos demoramos demasiado en Palas. Salimos de  nuevo a las corredoiras, entre  bosques de carballos (robles diríamos en Castilla) , eucaliptos otras veces,riachuelos, castaños, tupidos helechos, y musgo cubriéndolo todo... El sol empieza a caer, y reduzco el ritmo. Quiero disfrutar de los bosques silenciosos que con el atardecer adquieren un ambiente mágico. Pablo se queda conmigo a acompañarme, y hacemos los últimos kilómetros disfrutando de cada recodo que esconde siempre un paraje idílico.

Pablo, en su casa. 
La Felicidad debe ser algo muy parecido a esto.
 



Uno casi puede oir música celta al pasear por estos parajes. Bueno, yo realmente la escucho, porque como siempre voy con los cascos...

No paramos de disfrutar hasta llegar a Melide. Cruzamos el Puente y nos dirigimos a Albergue. De nuevo, vamos a un Albergue privado, que han reservado ya nuestra avanzadilla. Es el Albergue "Pereiro". Seguramente el mejor, o casi, de los que hemos visitado en el Camino. Detalles como el tener una pequeña repisa junto a cada litera y abundantes enchufes hacen notar que está pensado con cabeza y adaptado a los peregrinos de hoy en día. Como casi todos, algo escaso de duchas, pero es habitual. 


El puente de piedra de Melide. De nuevo,¡Misión cumplida!
Descansamos un poco en el Albergue y nos dirigimos a tomar un buen pulpo, que en Melide es excepcional, en la típica pulpería, de bancos corridos. Corre el vino y nos sentimos felices. Otro día que ha pasado a pesar de las dificultades. Esto se acaba, mañana nos espera Santiago. 


Cosas del Camino: Cuanto cuesta?

Una de las innumerables ventajas del Camino es que es una aventura realmente barata. Lógicamente, cada uno hace su Camino,a su medida. Y siempre pueden surgir imprevistos (a las pruebas me remito).
Pero es realmente barato. Saliendo desde Madrid, además,te ahorras el autobús de ida. 

Costes básicos:
Desayunar: 2-3€ si lo haces en un bar. Mucho menos si te lo montas en el Albergue.
Comer: Hay menús del peregrino por unos 8-9€. Si te montas bocadillos por tu cuenta,puedes comer por mucho menos (3 o 4 €).
Refrescos/cervecitas: Sin duda tendrás que hidratarte. Nosotros paramos en muchos bares, para descansar ya de paso, pero bien se podría haber comprado en un super y descansar bajo un árbol.
Cenas: La mayoría de los Albergues tienen Cocina y utensilios. Solo tendrás que llegar pronto para poder ir a un super y comprar. Algo de pasta y condumios para arreglarla no deben costarte más de 3 € por persona.
Dormir: Solo si tienes tu credencial podrás dormir en los Albergues.  Los hay gratuitos, o que solo piden un donativo voluntario. Los públicos suelen costar entre 3 y 5€. Los hay que cuestan un poco más, sobre todo si son privados (6-10 €). Lo normal es que estén  por debajo de los 10€ salvo los privados en las grandes ciudades. Tienes más información aqui. Si vas justo de presupuesto, míralo antes, y procura llegar temprano, para asegurar tu plaza. Si el dinero no es problema, hay infinidad de Hostales o pensiones por menos de 35€ la noche en las que además te ahorrarás los ronquidos de otros peregrinos, pero te perderás parte del "espíritu".

Lavadora: Muchos Albergues tienen lavadora. Si quieres usarla, te costará un par de euros, puede que un poco más si tiene secadora y la usas (lo que es una opción muy a tener en cuenta). Lavar la ropa a mano es gratis, claro.

Otros lujos: De aquí en adelante, todo está a tu elección, porque, ¿vas a pasar por León sin comerte un cocido maragato? ¿O por Melide sin probar el pulpo?. Contando esos "lujos" nuestro Camino hasta Santiago no costó más de 250€, sin contar el autobus de vuelta. Porque claro, siempre puedes decidir volverte en bici ;-)

escrito por Agustín Felipe Farelo

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