Si hay un elemento en el equipamiento de un ciclista cuyo fin fundamental es la seguridad, ese es el casco. Fuera de los debates sobre su obligatoriedad, es importante que, si lo usas, lo hagas correctamente. Porque llevar puesto el casco incorrectamente no solo eliminará su capacidad de protegernos ante un impacto, sino que incluso puede llegar a ser perjudicial. Y llevar mal algo, de estética en general dudosa, es tontería.
Hace poco, en una caída de esas tontas, tuve la oportunidad de comprobar la importancia de llevar un buen casco, bien colocado, que sirvió como "tren de aterrizaje" en una caída que acabó "solo" en una mano rota pero que bien podría haber terminado en algo mucho más serio.
Por eso os queremos ayudar a usar mejor este elemento pasivo pero imprescindible en todas tus salidas MTB y Carretera, y opcional en ciudad (pero ya que lo tienes....).
Hace poco, en una caída de esas tontas, tuve la oportunidad de comprobar la importancia de llevar un buen casco, bien colocado, que sirvió como "tren de aterrizaje" en una caída que acabó "solo" en una mano rota pero que bien podría haber terminado en algo mucho más serio.
Por eso os queremos ayudar a usar mejor este elemento pasivo pero imprescindible en todas tus salidas MTB y Carretera, y opcional en ciudad (pero ya que lo tienes....).

Paso 1: Elige bien tu casco
El primer paso para ponerse bien el casco, es elegirlo bien. Es fundamental tener un casco cómodo y bien adaptado a nuestra cabeza. Un casco incómodo, seguramente no está bien ajustado, o no sea de nuestra talla, y es más fácil que caigamos en la tentación de llevarlo mal colocado, o no llevarlo.
Así pues, ¿Qué casco me compro? A la hora de adquirir nuestro casco hay tres puntos que conviene tener en cuenta:
Así pues, ¿Qué casco me compro? A la hora de adquirir nuestro casco hay tres puntos que conviene tener en cuenta:
Tipo de Casco:
En el mercado existen varias tipologías de casco, adaptadas a distintos usos, en función de la dureza y ventilación requeridas. Para las prácticas más extremas o con más riesgo de caídas (BMX, enduro, etc) los cascos serán más rígidos, sacrificando algo la ventilación, mientras para el ciclismo más deportivo/aeróbico (carretera, MTB), prima la ventilación. Te los resumimos a continuación de mayor a menor nivel de protección/dureza:
- Casco integral o Full Face: Los cascos integrales se usan exclusivamente en las disciplinas más salvajes: Downhill, Freeride, Enduro... Generalmente, acompañados de gafas, ofrecen un diferencial de protección, al incorporar protección de la mandíbula y boca. No obstante, por la misma causa, reducen mucho o totalmente la ventilación, por lo que son completamente desaconsejables si lo que vas a hacer es cualquier cosa distinta a tirarte por una cuesta abajo. Si tu ruta es de verdad, de "dar pedales" se convertirá en una sauna para tu cabeza. Y toda su capacidad de protección se esfumará en el momento en que agobiado por el calor, te lo quites. Así que, si lo tuyo es tirarte "a muerte" o hacer acrobacias en un tobogán, este es tu casco. Si no, evita la tentación (y la de tu madre, que te acolcharía de arriba abajo para que no te accidentes).
- Casco cerrado tipo DIRT (o "huevo"): Basados en los cascos de Skate, y son en general muy baratos, debido a que su construcción es muy fácil. El preferido por los acróbatas, aunque ofrecen una ventilación mejor que los integrales, sigue sin ser suficiente para recorridos más deportivos, sobre todo en días soleados. Puede ser un buen casco para tus rutas por ciudad camino del trabajo, y además, se fabrican con toda clase de diseños sobre la cubierta, lo que juega un punto a su favor, si te puedes permitir preocuparte por la estética.
- Casco abierto. Disponen de mayor ventilación gracias a los orificios por los que permiten entrar el aire. Entre los cascos abiertos, hay quien distingue entre los de MTB y carretera. Los de MTB suelen llevar una visera (útil para evitar el sol, y, sobre todo, el agua en días de lluvia y/o barro), mientras que los de carretera no, si bien, el diseño es muy similar y la frontera absolutamente permeable (si no te importa la visera, bien puedes usar uno de carretera para MTB y viceversa). También hay marcas que dentro del rango de cascos para MTB distinguen entre cascos Cross Country (XC) y los All Mountain (AM). Los segundos se supone que deben ser algo más rígidos, y suelen llegar más abajo por detrás, protegiendo la nuca. El límite entre unas categorías y otras es permeable, evidentemente.
Algunos ejemplos de cascos abiertos de nuestras rutas MTB
- Otros cascos: Hay otros muchos modelos de cascos, para usos más concretos, y en general, alejados del ciclismo "amateur", como los de contrarreloj que usan los profesionales y triatletas. En ellos en general, priman otros objetivos sobre la pura protección. En cualquier caso, antes de usar un casco, asegúrate de que es válido para su uso en bicicleta.
Casco de contrarreloj
Talla, Marca y modelo
- Talla:
- Extra-Small: Menos de 51 cm de circunferencia.
- Small: Entre 51 y 55 cm de circunferencia.
- Medium: Entre 55 y 59 cm de circunferencia.
- Large: Entre 59 y 63 cm de circunferencia.
- Extra-Large: Más de 63 cm de circunferencia.
Para realizar bien su función, el casco tiene que ajustarse bien a tu cabeza, eso es evidente. De lo contrario, seguramente te irá grande, o pequeño y casi seguro que te sea incómodo. Así que mi recomendación es: No te fíes de un casco “talla única”. No digo que no cumpla lo más básico de su función, pero el ajuste nunca será el apropiado. En general, los cascos indicarán en su interior el rango de tamaños de la “almendra” que les cabe dentro, si bien hay marcas que siguen la pauta de tamaños habitual. Esta tabla te puede servir de referencia:
Mi consejo: Siempre pruébatelo, o si no puedes (porque quieres comprar por internet) mídete bien la cabeza, y comprueba que es el apropiado para tu tamaño.
- Marca y Modelo:
- Diseño interior: Los cascos más básicos solo tienen el ajuste para adaptarse al tamaño, el perímetro de la cabeza. Cascos más sofisticados, tienen ajustes micrométricos, que permiten un ajuste más fino y, a veces, otros ajustes verticales, y longitudinales. Con ello se consigue mejor ajuste y mayor confort.
- Seguridad: Aunque casi todos los cascos tienen como integrante fundamental el poliestireno con una cobertura exterior, en general, los de mejores calidades cohexionan el poliestireno con mallas de nylon, aramida, o incluso con grafeno.
- Diseño Exterior: Obviando lo puramente estético, y suponiendo que todos cumplen su función de protegerte, piensa que quizá lo vas a usar muchas horas. Es un peso sobre tu cabeza, por lo que cuanto más ligero mejor. Cien gramos en tu cabeza más o menos, durante 6 horas pueden provocarte dolores en el cuello y afectar a tu confort. El número y orientación de los orificios de ventilación también tiene mucho que jugar en favor de tu confort. Cuantos más tengas, más fresco irás, lo que ayuda a que vayas cómodo en las largas rutas de verano, y a que no llegues totalmente sudado si vas a trabajar en bicicleta. Evidentemente, conjugar la seguridad con el menor peso, y el mayor número de orificios de ventilación no es una tarea fácil. Es como si quisieras diseñar una catedral capaz de resistir un terremoto. Evidentemente, una iglesia románica se hace fácilmente, pero es incómoda para el que la va a usar. Imagina lo que puede ser diseñar una catedral gótica, llena de agujeros y fabricada con poliestireno para que sea capaz de soportar un trompazo a 25 km/h. Las marcas de cascos buenas dedican importantes departamentos al diseño y eso se paga.
Para gustos se hicieron los colores, y aquí es donde entran en juego. Estudia, dentro de lo que necesitas los que mejor te convengan, y dentro de tus gustos y presupuesto. La diferencia en precio, puede ser mucha, ya que, por ejemplo, para cascos “abiertos” (los que seguramente usarás en tus desplazamientos y/o rutas puedes encontrarlos desde 20 € hasta los 220€. Y, ¿dónde está la diferencia?:
Fecha de caducidad:
El poliestireno expandido con el que se fabrican los cascos requiere ser almacenado fuera del calor o del sol, ya que estos pueden a la larga afectar a su capacidad de absorción de impactos. Por ello, los fabricantes recomiendan siempre revisar la fecha de fabricación, y es importante (y será síntoma de que el casco que compras es de una marca fiable que esa fecha venga consignada) revisar que no sea demasiado viejo. Un casco no debería usarse si el material está reseco, o agrietado. Por supuesto, nunca debes usar un casco con el que hayas sufrido un accidente incluso si no ves daños “evidentes”. Una vez que el poliestireno absorbe un impacto no recupera nuevamente su forma original y -por ende- tampoco brinda la protección necesaria. Aparte de mis remilgos higiénicos, yo tampoco te recomendaría comprar un casco de segunda mano, a no ser que puedas asegurar que no sufrió accidente alguno (porque el vendedor sea de tu absoluta confianza).
En muchos incluso podrás ver tanto la fecha de fabricación como la vida útil, así que intenta comprar aquellos fabricados lo más cerca posible a la fecha de compra. Si lo haces con los yogures en el Super, que menos que con el casco...
En general, se recomienda no usar cascos más allá de 5 años desde la fecha de fabricación. Hay quien argumenta que es una estrategia de los fabricantes para aumentar sus ventas. Está en tu decisión. En cualquier caso, sí es recomendable escrutarlo periódicamente para ver el estado del material.
Paso 2: Póntelo bien
Bien, ya lo has conseguido. Tras seguir mi retahíla de consejos, has decidido qué casco comprar, fuiste a la tienda, elegiste uno de tu color favorito, súper seguro e híper ventilado y de la talla necesaria para dar cabida a tu preciosa cabeza. Y ahora ¿qué? Solo falta que después de gastarte tus ahorros, no te lo pongas bien.
Para que el casco cumpla su función que es proteger tu cabeza de lesiones serias debe estar correctamente ajustado. No es difícil.
Colócate el casco centrado. Para ello, es útil usar algún referencia del centro del casco (la visera, el orificio de ventilación central, si lo tiene, etc) para alinearlo con el centro de nuestra cara (la nariz, o el punto entre las cejas, por ejemplo). El casco debe ir casi perpendicular con el eje vertical de la cabeza, quedando la parte frontal a dos centímetros de las cejas aproximadamente.
De manera análoga, lateralmente debe quedar nivelado. Para ello, puedes ayudarte de un espejo, o bien, palpar al tacto que la distancia con ambas orejas sea igual.
Una vez centrado, en ambas direcciones, el sistema de ajuste debe realizar el apoyo en la nuca, y lo apretaremos (con el sistema de rueda micrométrica o similar) hasta ajustarlo a nuestro cráneo. El ajuste ha de ser suave, de manera que no sea incómodo, pero que el casco quede sujeto a nuestra cabeza, incluso sin necesidad de las cintas laterales. Si está bien colocado y ajustado, debemos notarlo ciñéndonos, pero sin llegar a molestar.
Las cintas suelen ser objeto de dudas, sobre todo porque hay mucha gente a la que le molestan, lo que hace que as lleven muy sueltas.
Para llevarlas bien, mi consejo es ajustar primero las cintas bajo las orejas, desplazando los pasadores/cierres, hasta que queden justo bajo el lóbulo, ligeramente por debajo. Una vez ajustado, el cierre del mentón debe ceñirse de manera que abriendo la boca al máximo (como si fueras a bostezar con ganas) notes que te toca, pero que no te oprime. Con esto, tendrás la holgura justa para ir cómodo y seguro.
Ajuste de las cintas
Este casco va demasiado atrás
Un casco mal ajustado puede provocar que se tuerza con los baches
Cinco maneras erróneas de colocarse el casco, y la correcta (abajo a la derecha)
Si a pesar de estas instrucciones, el casco baila o se mueve en los baches, no sigas, detente y asegúrate de colocarlo bien. Si te resulta incómodo, te presiona, quizá lo has apretado demasiado o no has jugado apropiadamente con los ajustes. Comprueba si tu casco incorpora varias almohadillas de diferentes tamaños (muchos de los de mejor calidad lo hacen) y cámbialas por otras más apropiadas.
Es importante que recuerdes también que el casco debe ajustar bien incluso cuando llevas un gorro o similar para protegerte del frío. Es muy habitual que cuando el frío aprieta, nos coloquemos un gorro, braga o bufanda en la cabeza, echando a perder el ajuste de nuestro casco. Procura que tu protección del frío no sea demasiado gruesa, y siempre, asegúrate realizar los ajustes necesarios para que tu casco ajuste bien.
Dos ejemplos de ajuste del casco con protección para el frío. En vede (correcto) y en rojo (incorrecto, el casco queda demasiado alto y atrás)
En todo caso, el casco en la cabeza, no colgado del manillar. Ahí no te protege de nada.
Mejor que no llegues a usarlo, pero si lo haces, una y no más, Santo Tomás
Los cascos de bicicleta están hechos para absorber los impactos en caso de una caída, deformándose. Por eso, son de poliestireno, y no de metal (que sería, sin duda, más resistente), y lo que tu madre desearía que protegiera tu cabeza. Su correcto funcionamiento se basa en la absorción plástica del impacto. Eso significa que el poliestireno va a deformarse, absorbiendo y dispersando las fuerzas causadas por un impacto a través de la deformación plástica, logrando que no recibamos la fuerza del impacto directamente sobre nuestra cabeza. Esta capacidad de absorción se pierde tras un fuerte golpe y también, por el paso del tiempo, de ahí que siempre debemos sustituir nuestro casco por uno nuevo tras un impacto considerable o aproximadamente a los 5/6 años de vida como máximo ya que podría dejar de realizar su función correctamente y no protegernos de forma adecuada. Esto es importante. Puede que tras un golpe los daños no sean visibles claramente. Pero eso no quiere decir que no los haya. Por ejemplo, el casco de las fotos anteriores sufrió un accidente. A primera vista, solo unas rozaduras en el frontal.
Una inspección más detallada muestra como el poliestireno se comprimió para absorber el golpe.
Un examen más detallado (y retirar las almohadillas) permite ver algo más, una fractura. La cosa se pone seria ¿Y por dentro?
Aproveché la circunstancia para satisfacer mi curiosidad (y la vuestra ;-) ) cortando en dos el casco. Vemos como la carcasa exterior, más rígida ha hecho su función de facilitar el deslizamiento y permitir a su vez, el reparto del impacto a la capa de poliestireno.
Pero un vistazo nos permite ver como el poliestireno ha perdido parte de su volumen, y, en el punto del impacto, incluso aparecen grietas, mostrando que en la expansión tras el golpe, no es capaz de recuperar su forma.
Es que el poliestireno es malo? No, al contrario, simplemente, está hecho y pensado para eso, para que se deforme el casco, y no tu cabeza. Sí es importante que pese a la absorción, el casco mantenga su cohesión. Una fractura de este te dejaría desarmado ante un eventual rebote. No fue ese mi caso pero el casco lo habría resistido, gracias a la malla de aramida y grafeno (en otros de Nylon) -los puntos claros visibles entre el poliestireno- como prueba la solidez posterior a pesar de lo importante del golpe (caída a 20 km/h directa al frontal del casco).
Así que nunca, nunca vuelvas a usar un casco con el que hayas sufrido un golpe. No siempre podrás ver bien cuan afectado está.
Conclusión
Mi consejo será siempre que compres el mejor casco que puedas pagar. No escatimes, porque puede salvar tu vida. Un buen casco implica mejor ajuste y más confort, y con ello, evitar la tentación de no ponértelo. Sí, ya sé lo que piensas, gastar dinero en algo que esperas no usar... La desgracia te espera detrás de una esquina, donde menos te lo esperas, y cuando caigas es posible que "casualmente" te des el testarazo (este interesante artículo explica como es más probable golpear la cabeza en caso de una caída que otras partes del cuerpo). Es pura física, lo mismo que la tostada y la mantequilla. Ya lo sé, tú nunca te caes. Vas con mucho cuidado, no como tus amigos que hacen el cabra. Subiendo vas despacio y no te vas a caer. El casco es solo para las bajadas... Eso mismo decía yo... hasta que me caí en el carril bici (sí, esas cosas pasan) . El casco mejorará tu seguridad sí o sí. Hasta los niños saben que puede salvar tu vida.
Yo lo tengo claro. Después de averiar un excelente casco (regalo de mi mujer) solo pensé en que quería uno igual. Después de que salvara mi vida solo podía conformarme con lo mejor, y el mío lo probé a conciencia.
Ahórrate el susto y el gasto, y sigue estos consejos. Irás más seguro para poder disfrutar de la bici muchos años más