Se ha filtrado a los medios de comunicación que la DGT está barajando la instauración de un carné para conducir bicis por las vías destinadas a la circulación de vehículos. Acto seguido todas las asociaciones y particulares ciclistas se han llevado las manos a la cabeza.
Yo debo ser muy raro, porque me parece una medida lógica y razonable. Es lógico que todos los elementos que comparten la calzada se rijan por el mismo código y tengan los mismos derechos y obligaciones (salvo pequeñas adaptaciones debidas a su particularidad). Todos los demás vehículos, conforme se han ido popularizando, han sido reglados, de forma que se garantizase la formación de sus conductores, por su seguridad y la de los de su alrededor.
La bici en cambio ha quedado olvidada por los organizadores del tráfico, propiciando el caos circulatorio ciclo-urbano actual en el que unos van por el centro del carril como un vehículo más, mientras que otros van por las aceras, otros por el lateral del carril o por el carril bus o saltándose todas las reglas.
En este sentido, podríamos clasificar el ciclismo en cuatro tipos, principalmente: ciclismo de carretera, urbano, de montaña y BMX. Los dos primeros utilizan las calles y carreteras y son los que necesitan ser reglados. El ciclismo de montaña solo debe obedecer las leyes de conservación de la naturaleza y el BMX como se realiza en terreno acotado, ha de regirse como cualquier otra actividad ciudadana.
Quizá la primera referencia al pensar en el carné de bici, sea el caro y difícil de obtener carné de coche. Sin embargo por similitud, debería de estar más cerca del carné de ciclomotor. Aunque yo lo veo más como una especie de bicifinde, con teoría y práctica que debería hacer cualquiera, tenga carné B1 o no.
¿Qué beneficios podría tener este carné?
• Enseñar a los ciclistas principiantes, que con frecuencia están bastante desorientados.
• Contrarrestar en los ciclistas veteranos los malos hábitos que han ido adquiriendo por su cuenta.
• Atajar los comportamientos antirreglamentarios. No es de recibo que conociendo las normas, no se cumplan a propósito y encima se exija su cumplimiento a los demás conductores, como pasa actualmente.
• Infundir en los ciclistas una gran confianza al contar con el respaldo institucional. Quedará patente que la bici está en la calzada por decisión de las autoridades.
• Ayudar a la aceptación de la bici por parte de los demás conductores, considerándola como a un igual.
• Ayudar a la difusión de la normativa de circulación ciclista que actualmente no es conocida ni tan siquiera por todos los agentes de tráfico.
Por otra parte es muy probable que, al tener adentrarse más en el mundo ciclista, la DGT entienda mejor algunas de sus peculiaridades y continúe adaptando la legislación en el sentido de permitir pequeños beneficios o evitar que sufra grandes perjuicios derivados del diseño centrado en los vehículos a motor.
Sé que todos los ciclistas lo están viendo como una traba al ciclismo, pero creo que el respaldo que ofrece, va a traer muchos mas ciclistas de los que puede dejar fuera por tener que pagar (es un pago único) y superar este trámite. Curiosamente, el carné de conducir de automóvil, pese a ser muy caro, costoso y difícil, no supone un gran impedimento para que cada mes se examinen decenas de miles de personas en toda España.
Siempre existe un rechazo inicial cuando se crea un trámite donde no existía, se cobra o se aumenta el control sobre los actos del ciudadano, pero en este caso la reacción parece desproporcionada. Se me ocurren dos motivos para ello. Uno es la total pérdida de impunidad para circular al margen de la ley que existe actualmente. El otro es que el mensaje que se recibe de la existencia de este carné es la antítesis del carril bici. Es decir se está regulando para poner la bici al mismo nivel que el coche reafirmando la circulación de bicis por la calzada, ¿en que lugar deja esto al carril bici?