¿Se puede ir a hacer la compra en bici? Sí, desde luego. Se puede.
A veces voy a comprar en tiendas de barrio o en el mercado municipal, otras veces voy al hipermercado. Depende de las circunstancias del momento.
En esta ocasión quiero mostrar cómo se puede ir a comprar con la bici acudiendo a un gran centro comercial. Vamos a necesitar una bici (obviamente), unas alforjas traseras acopladas a un transportín, una pata de cabra resistente fijada al eje trasero (importante) y ganas de hacer las cosas de una forma diferente, entre otras cosas.
En el centro comercial al que acudo hay unos aparcabicis muy útiles. Metemos la rueda trasera en la guía al efecto y la sujetamos con un candado junto con el cuadro de la bici. El candado, un Abus plegable de acero endurecido. La rueda delantera también la sujetamos al cuadro con otro candado tipo "U", y el asiento, o nos lo llevamos o lo candamos con un candado tipo cable. El resto de accesorios de valor que tengamos, si son de enganche y desenganche fácil, también nos los llevamos con nosotros (luces, cuentakilómetros).
Nos hacemos con un carrito de esos de la compra que hay que liberar con una moneda y ahí metemos las alforjas. A la entrada al centro comercial, probablemente tendremos que embolsar las alforjas, pues no nos dejarán pasar sino. En todos los centros comerciales suele haber una máquina a la entrada de esas de embolsar y si no, suele haber unas taquillas donde dejarlas. Yo no soy partidario de hacerlo, pues ya corre el rumor de que hay gente que se hace con las llaves de las taquillas, hacen una copia y luego te sacan lo que has dejado fácilmente, sin esfuerzo ni sospecha. A veces, los mismos empleados de seguridad te hacen el favor de quedarse con ellas y guardártelas en su despacho. De cualquier manera, lo mejor, embolsarlas y llevarlas con nosotros en el carro.
Una vez dentro hacemos la compra como cualquier otra persona. Tendréis que tener en cuenta la capacidad de vuestras alforjas para comprar lo necesario y suficiente. Al hacer la compra de este modo, tendremos que ir más frecuentemente. Ya no se trata de hacer la compra para 10 días o más, sino para un día, dos, tres a lo sumo. Ya digo que es cuestión de cambiar hábitos, para aquel que lo desee y pueda permitírselo.
Cuando hayamos terminado de hacer la compra, pasamos por caja, pagamos y volvemos a nuestra bicicleta. Allí meteremos los alimentos en las alforjas y de vuelta a casa. Es fácil y rápido (no buscas aparcamiento). En este caso, mi compra ha sido de unos 35 euros y el peso total de las alforjas 20 kgs.
Por ahora no he sufrido ningún robo ni acto de vandalismo en la bicicleta. En el mercado municipal al que acudo a comprar, siempre he sido bien recibido con la bici y en algunos puestos me han ofrecido quedarse con ella mientras hacía el resto de compras... ¡Yo sólo encuentro ventajas!
Además, ya se me hacía pesado mover un vehículo de 1500 kgs para realizar actividades que requieren de SIMPLICIDAD y LIGEREZA.
Deberíamos ser conscientes de que un estado mental apacible y más acorde con la vida siempre pasa por la simplicidad. Viajar con demasiada carga en esta vida, hace que no podamos observar el camino ni disfrutarlo.
Un abrazo a todos.