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miércoles, 19 de octubre de 2011

Mi recorrido en bici con BiciFindes y la lucha por vencer experiencias desagradables

Ruta desde el Paseo del Prado hasta Nueva Numancia en Vallecas

Escrito el 19 de octubre por Iñaki

Mi recorrido en bici con BiciFindes y la lucha por vencer experiencias desagradables
Ante todo, decir que el proyecto Bicifinde, así como el plano de calles tranquilas, me parecen dos estupendas iniciativas que ciertamente ayudan a aumentar el número de ciclistas urbanos en Madrid, de manera lenta quizá, pero segura. Vaya por lo tanto en primer lugar mi agradecimiento a todos los involucrados, por mí como posible ciclista, pero también como peatón y ciudadano.

Tras años planteándome usar la bicicleta como medio de transporte, y con envidia de otras ciudades europeas donde eso puede hacerse con bastante seguridad gracias a las medidas de promoción de sus Administraciones, por fin me decido a comprar una bicicleta puramente urbana. Me informo extensamente en los no pocos blogs y foros específicos, me equipo con la seguridad pasiva en mente, y me apunto sin dudarlo a la oferta de los Bicifindes de este blog.


Dos percances


Debo decir que días antes de nuestra cita, impaciente por empezar, tomo el plano de calles tranquilas y me lanzo a ir hasta mi oficina, combinando la bici plegable con el metro. Desgraciadamente, y a pesar de seguir todos los consejos sobre los que leí, un día tengo dos experiencias desagradables que me hacen plantearme seriamente el balance entre los beneficios y los riesgos de usar la bici en Madrid. Esa mañana tuve una colisión trasera que afectó ligeramente a la bici y nada a mi cuerpo, por la tarde un conductor de furgoneta decide saltarse un semáforo en rojo mientras hablaba por teléfono y casi colisiona lateralmente conmigo.

La primera conductora se deshizo en disculpas, ofreciéndome su teléfono para hacerse cargo de cualquier problema mecánico o de salud, el segundo se encaró conmigo (fotografié su matrícula ante su desprecio por mi recriminación, y eso le molestó) y con otro conductor testigo que también le recriminó su acción, con argumentos que dejaban ver a las claras que ni se arrepentía ni dejaría de conducir así por la ciudad, del tipo “¿Tú cuántos años tienes?”, “debería darte vergüenza por ser tan exagerado”, “me lo he saltado porque he querido, y cuando te he visto luego ya me he disculpado”, “¿Qué crees que me va a hacer la Policía?”, “si nunca te has saltado un semáforo en rojo es que no eres conductor”. Sinceramente, este segundo conductor es el que me dejó de verdad con una tremenda sensación de fragilidad, quien me hizo pensar que son ellos los que dan de comer a los chapistas de Madrid, y que “mi chapa” tiene más valor que los beneficios que la bici me aporta a mi y a mi ciudad. Este tipo de episodios son los que hacen que mucha gente que te aprecia te aconseje usar la bici sólo para ocio, incluido algún amigo ex-ciclista urbano que también tuvo que ver cómo huía el conductor que le derribó al suelo produciéndole una lesión leve. Me planteé hacerles caso, y aún lo estoy pensando.

Paseo del Prado-Nueva Numancia


Mi recorrido en bici con BiciFindes y la lucha por vencer experiencias desagradables
El sábado había quedado con nuestra guía de bicifinde, Katie, y no falté a mi cita no obstante. En el Paseo del Prado me junté con ella y otros dos ciclo-urbanos principiantes como yo: Victor e Iván. Katie nos explicó las normas básicas que ya todos conoceréis: usar y reclamar con la posición central el carril que nos corresponde como vehículo (evitando el efecto apertura-repentina-de-puerta), buscar el contacto visual con los conductores con los que nos crucemos, respetar al peatón y a nuestra propia seguridad cruzando a pie aceras y pasos de cebra, señalar los giros, etc, y nos pusimos en marcha por la ruta que previamente nos había presentado y que incluía un muy agradable paseo por el Retiro. En cierto modo, agradecí que nuestra guía fuera una anterior guiada bicifindera, pues nos ofreció la visión de alguien que no lleva años sino meses al manillar, y animaba verla con esa confianza en la calzada.

El recorrido fue tranquilo (ida y vuelta), quizá el menor tráfico de fin de semana, y el hecho de ir acompañado ayudó a eso. Apenas nos encontramos con dificultades en el recorrido, quizá alguna cuesta que exigió un sobreesfuerzo para mis poco entrenadas piernas, o algún giro a la izquierda que requirió cambiar de carril dos veces en poco espacio. Nada que no pueda solventarse pasando a modo peatón si no se tiene la confianza o capacidad física necesaria. El tráfico motorizado se portó bien en general, con la excepción de alguna conductora que reclamaba con claxon un espacio para adelantarnos en una calle de un único y ancho carril. Noté que mi prudencia me hacía detenerme bastante en los cruces, aún disponiendo de prioridad, mientras mis compañeros, más confiados o quizá con mejor visión por su estatura, avanzaban por los mismos a mayor velocidad.

El recorrido final, entre la ida y la vuelta, lo hicimos en menos tiempo que el empleado habitualmente en el recorrido de Metro sin transbordos, lo cual me sorprendió bastante y me hizo pensar lo estúpidos que son nuestros políticos al despreciar la bicicleta como medio de transporte diario.

Agradezco mucho haber tenido la oportunidad de disfrutar de este bicifinde, cuya buena experiencia sumo como contraposición a la nefasta que anteriormente tuve. En verdad, mi corazón me dice que tengo en casa, por primera vez, un medio de transporte personal agradable y útil a la vez, pero mi razón me advierte del peligro que un entorno poco preparado supone a mi integridad física. Soy de la opinión de que una red de carriles-bici útiles marcarían una gran diferencia en una ciudad como la motorizada Madrid, aún sabiendo que no resultarían tan buenos como una política de calmado de tráfico, cosa que no confío que surja en nuestra ciudad a lo largo de esta década.

Tras despedirme de Katie y los dos compañeros, y hacer una actividad por el Retiro, volví a casa en bicicleta por el recorrido que aprendimos, esta vez solo. Aún estoy negociando con mi razón la posibilidad de hacerlo como rutina en los días laborables para ir y volver del trabajo.

Si tú también quieres ir en bici por Madrid, escribe a bicifindes@espormadrid.es