"Me recuerda un poco a mi pueblo en Cuenca, Valparaíso de Arriba".
Juan de Saavedra, 1535, camino de la conquista del Perú
Quizá no haya lugar tan peculiar en su urbanismo y la manera de resolver la movilidad en toda Sudamérica como esta ciudad congelada en el tiempo. La bici busca su sitio, y no es fácil encontrarlo entre los trolebuses más antiguos del planeta, inclinados ascensores victorianos, buses con narradores, locos taxis colectivos, colaboración vecinal para realizar el transporte de las mercancías a los ancianos de los barrios altos y un censo oficial de 7000 perros vagos.
Su declaración de los barrios altos como Patrimonio de la Unesco como reacción ciudadana a la construcción de un edificio en el puerto volvió a poner a Valparaíso en el mapa internacional tras un siglo de decadencia, pero a su vez deteniendo artificialmente la espontaneidad de una ciudad "desgreñada, que nunca acaba de peinarse", en versos de uno de sus habitantes de aquellos barrios, Pablo Neruda.
EnbiciporMadrid ha estado allí.