O de cómo cuidar tu culo como se merece
Cuando vamos a adquirir una bicicleta solemos dar muchas
vueltas a la marca y al modelo que vamos a elegir, a la ligereza del cuadro, al
sistema de cambios que lleva o al tipo de cubiertas que queremos montar pero,
por alguna extraña razón, no le damos la importancia que deberíamos al lugar
donde se van a asentar nuestras posaderas durante miles y miles de kilómetros y
nos olvidamos de una parte fundamental de nuestra ciclante anatomía: el culo.