Actualizado diciembre 2020
Muchos de los accidentes que suceden en ciudad involucrando a un ciclista y otro vehículo repiten un mismo patrón. Son bastante predecibles, y por lo tanto, fácilmente evitables siguiendo unas sencillas reglas.
El principal error: la ciudad no es la carretera
En carretera los ciclistas nos apartamos lo más posible a la derecha para facilitar el adelantamiento de vehículos a gran velocidad. En ciudad, el temido alcance por detrás es realmente raro, pero aparecen peligros por los lados que no existen en carretera.
Por ello, como norma general
es más seguro circular en vías urbanas ocupando el carril entero de la calzada y no arrimarse al borde. Como no siempre es legal circular en esa posición*, hemos querido informar a los lectores de los problemas que pueden surgir del cumplimiento estricto de las leyes y ordenanzas que no tienen en cuenta las siguientes recomendaciones, para que extremen las precauciones y sepan de dónde les puede venir el peligro para prevenirlo:
*En Madrid capital sí está permitido, ver normativa.
1. Un vehículo que gira a la derecha cierra el paso al ciclista
(Impacto fronto-lateral, 45% de los accidentes ciclistas en ciudad, DGT 2010, pag 29)
¿Por qué sucede? El ciclista está circulando a la derecha de vehículos que pueden girar, bien porque no está ocupando el centro del carril, o porque el carril por el que circula está vetado a dichos coches (por ejemplo un carril-bici en calzada o un carril-bus compartido*). El vehículo no ve al ciclista porque está en su punto ciego.
*El uso del carril-bus por ciclistas está autorizado en algunas ciudades, pero no en Madrid.
¿Cuándo es especialmente peligroso? Si el vehículo que va a girar es un camión largo barrerá al ciclista aunque éste esté parado dejándole pasar. La combinación con un carril bici estrecho en calzada es muy peligrosa, pues invita al ciclista inexperto a situarse en esa posición.
¿Cómo evitarlo? Si como ciclistas circulamos por el centro del carril, obligamos al vehículo que gira a quedarse detrás, o bien a adelantarnos teniéndonos en cuenta.
En el caso de circular por un carril reservado, hay que negociar con los coches que van a girar varios metros antes para asegurarnos de que no cortan nuestra trayectoria, situándonos delante o detrás de éstos y no a su derecha. En el caso de que esta maniobra sea difícil o no esté permitida, lo mejor es pararse gradualmente unos metros antes del cruce para asegurarse.
2. Un vehículo impacta lateralmente contra un ciclista
(Impacto lateral, 12% de los accidentes ciclistas en ciudad. DGT 2010) (18% en el caso de Madrid, 2019-2020)
¿Por qué sucede?
El conductor no frena a tiempo cuando un ciclista se cruza en su
trayectoria de manera inesperada, bien por exceso de velocidad de
cualquiera de los dos vehículos, bien por falta de visibilidad del
cruce.
Esta falta de
visibilidad se da por coches aparcados o calles estrechas, y suele
involucrar a un ciclista que circula muy arrimado al borde derecho,
desde donde hay menor ángulo de visión de lo que sucede en la calle
perpendicular..
¿Cuándo es especialmente peligroso?
Circulando por acera o aceras-bici al llegar a un paso de peatones,
sobre todo cuesta abajo. Los vehículos de la calzada esperan a un peatón
cruzar, pero no tienen tiempo de reacción si el que se cruza es un
ciclista al triple de velocidad.
Los ciclistas que usan
las aceras o aceras-bici no siempre tienen la experiencia para saber
que están cruzando demasiado rápido y se confían creyendo que la
prioridad les protege. Especialmente inseguro si el cruce no tiene
semáforo o lo tiene en ámbar intermitente.
¿Cómo evitarlo?
Yendo por calzada por el centro del carril y cruzando a velocidad
moderada. Situarse en el centro del carril permite ver y ser visto antes
y tener más espacio de reacción en caso de despiste o exceso de
velocidad.
En caso de circular por acera o acera-bici,
lo recomendable es cruzar como un peatón, mirando antes y entrando en la
calzada despacio, sin presuponer que el coche que esté cruzando nos ha
visto.
3. Un vehículo aparcado abre una puerta cuando está pasando un ciclista
(Dentro de "otros impactos", 12% de los accidentes ciclistas en ciudad. DGT 2010) (Dentro de "choque contra obstáculo fijo, 5% de accidentes en Madrid, 2019-2020)
¿Por qué sucede? El conductor del vehículo aparcado no ha mirado antes de abrir y el ciclista circula muy pegado al borde. Una variante es el coche que sale del aparcamiento sin mirar demasiado.
¿Cuándo es especialmente peligroso? En puertas que se abren por el lado derecho (el copiloto suele mirar menos).
Otra situación son los carriles-bici: Aunque muchos dejan una distancia de seguridad para evitar este problema, hay algunas aceras-bici sin ese margen en tramos donde teóricamente no se puede aparcar, pero en los que puede parar un coches o hay aparcamiento ilegal.* La escasa anchura de estas vías impide esquivar la puerta del copiloto.
*Véase carriles bici en Av. Donostiarra o en rotondas del Campo de las Naciones
¿Cómo evitarlo? Yendo por calzada, basta con separarse algo más de 1 m, algo más si queremos ir rápido. Si vamos por un carril-bici demasiado estrecho como para tomar esta separación no hay muchas alternativas: o nos salimos de él o circulamos despacio para poder frenar en caso de que se abra una puerta.
4. Un vehículo adelanta a un ciclista sin dejar distancia de seguridad
¿Por qué sucede?
El conductor que viene por detrás de un ciclista ve un hueco para
adelantarle y se mete sin comprobar si hay separación lateral
suficiente, que debería ser en torno a 1,5 m. No es en sí mismo un accidente, pero puede provocar alguno de los anteriormente descritos.
¿Cuándo es especialmente peligroso?
Si hay otros peligros laterales en ese momento, un ciclista no puede
esquivarlos si un coche le adelanta muy pegado. Hablamos de los
descritos en otros puntos: puertas que se abren, peatones despistados
que cruzan sin mirar, coches que salen de garajes, cruces estrechos, o
el mismo coche que nos cierra el paso girando a la derecha.
Los carriles bici en calzada estrechos legalizan esta situación al
permitir el adelantamiento sin distancia de seguridad.
¿Cómo evitarlo?
Circulando por el centro del carril, el ciclista obliga al otro
vehículo a adelantarle cambiando de carril si lo hubiera y dispone de más espacio a su derecha para maniobrar para esquivar un imprevisto.
En calles
estrechas, le obliga a mantenerse detrás sin dejarle sitio para
adelantar.
Esta última situación pone nervioso a no pocos ciclistas, que
sistemáticamente querrán echarse a la derecha para dejar pasar,
situándose así en la situación de peligro que queremos evitar. Quien quiera hacer esta
maniobra debe hacerlo sólo en tramos suficientemente anchos, sin
acercarse demasiado a la derecha y nunca en las inmediaciones de un
cruce.
5. Un vehículo alcanza a un ciclista por detrás
(Dentro de "Otros", 12% de los accidentes ciclistas en ciudad. DGT 2010) (Dentro de "Alcances" 23% de accidentes de Madrid, 2019-2020)
¿Por qué sucede? Principalmente, por falta de visibilidad. El miedo a sufrirlo es el principal causante de que la gente con poca experiencia se ciña a la derecha, incurriendo así en mayores riesgos.
¿Cuándo es especialmente peligroso? De noche, en tramos sin iluminación o por falta de luces del propio ciclista. También con el sol de frente al amanecer o al atardecer. En subidas en las que el diferencial de velocidad puede ser grande.
¿Cómo evitarlo? Claramente, con las obligadas luces y reflectantes en el caso nocturno. En este caso y el del sol de frente, evitando vías rápidas. Aquí sí, el carril-bici nos puede ayudar no sufrir este alcance, siempre que estemos atentos para evitar los demás accidentes descritos, más frecuentes. En caso de no haberlo, se recomienda buscar alternativas por calles más tranquilas, especialmente en subidas.
En resumen
Por lo general, exceptuando casos de poca visibilidad, la posición en el centro del carril es más segura en ciudad que el borde o el uso de una vía paralela separada del tráfico.
Las recomendaciones e incluso obligaciones de circular ceñidos a la derecha, usando el carril-bici o la acera son poco seguras por norma general. El lector deberá extremar las precauciones en las situaciones descritas si la ley vigente no le permite desarrollar una posición de seguridad en la calzada.