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miércoles, 26 de agosto de 2015

Cómo guardar las distancias en bici

Unos simples consejos para circular más seguros


No nos cansamos de repetir que, más allá de los debates sobre la seguridad que el casco o que el carril bici nos puedan aportar al circular en bicicleta por la ciudad, existen unas simples medidas que, si las aplicamos a diario, permitirán que nuestros desplazamientos cotidianos sean seguros y confortables.

Circula por el centro de tu carril

La primera y más importante de las distancias que has de guardar es la que te separa lateralmente del resto de los vehículos, ya estén estos circulando o aparcados. Si circulas por el centro de tu carril impedirás que los coches intenten adelantarte (pues no tendrán espacio para ello) y evitarás además chocar de frente con las puertas abiertas de los que están aparcados. También tendrás más tiempo de reaccionar si un peatón irrumpe en la calzada sin mirar.

Recuerda que es una norma que rige en la ciudad de Madrid y en otras muchas, y que más tarde o más temprano se contemplará en el Reglamento General de Circulación.


Mantén una distancia de seguridad con los demás

Los vehículos están obligados a mantener una distancia mínima de cinco metros respecto a las bicicletas que les precedan, al menos en Madrid, pero nosotros deberíamos también guardar cierta distancia respecto a los vehículos que tengamos delante, porque de esta manera evitaremos aspirar en vena sus malos humos y también podremos sortear las irregularidades del terreno que el coche de delante nos impide ver, como socavones, baches, rejillas de ventilación, etc.

No te arrimes a los vehículos grandes

Autobuses, camiones y furgonetas grandes son los vehículos cuya cercanía debemos evitar en la medida de lo posible, pues su gran volumen comparado con el nuestro y, sobre todo, los ángulos muertos, pueden suponer un peligro totalmente conjurable. No te sitúes nunca entre ellos y la acera y mantén una distancia trasera superior a la que dejas con coches y motos.

Presta mucha atención a las motos 

Nuestras amigas las motos no dejan de sobresaltarnos, pues aparecen de repente y en muchas ocasiones nos adelantan a toda velocidad, por la izquierda o por la derecha, y sin guardar un espacio lateral de seguridad. En este caso ser previsor es bastante difícil, a no ser que uses un retrovisor y lo estés mirando cada cinco segundos, pero puedes aplicar el primero de los consejos: circula por el centro y déjalas pasar solo cuando no comprometas tu propia seguridad. Y ¡ojo!, que el mismo susto que te dan ellas lo damos nosotros por duplicado si adelantamos a otro ciclista sin avisar. En esas ocasiones, un timbrazo o un "voy por tu izquierda" nos permitirá adelantar sin riesgos.


Si a todos estos consejos le añades cierta moderación en tu velocidad, sumarás un plus a tu capacidad de reaccionar y evitarás caídas y percances varios.


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