Caminando y pedaleando por tierras de Madrid, Castilla y Galicia

Es una tradición decir que el Camino a Santiago puede comenzar en la propia ciudad donde reside el peregrino. Si iniciamos la ruta en la puerta de casa la peregrinación toma un carácter especial, distinto a otras alternativas como desplazarse a Roncesvalles. En esta ocasión vamos a recorrer un camino que cada vez tiene más adeptos: la Ruta Jacobea que parte desde Madrid. Los que conocen el Camino dicen que los mejores meses para hacerlo, sobre todo si estamos en año Xacobeo son mayo y octubre así que aún estas a tiempo de disfrutar de una experiencia unica e irrepetible.

La peregrinación a Santiago no es un simple recorrido a lo largo de una ruta cultural sino que el peregrino termina por considerarlo como un viaje interior, un excelente momento para reflexionar sobre su vida y compartir experiencias, con independencia de sus motivaciones religiosas. En realidad el Camino de Santiago es lo que cada uno desea que sea: una ruta religiosa, un itinerario cultural, un recorrido por numerosos ecosistemas y además –también- un complejo reto deportivo en bicicleta o caminando. Os vamos a dar una serie de recomendaciones para que en todos estos aspectos veáis satisfechas vuestras expectativas y para que seáis solventes desde el punto de vista de la preparación física.
Una breve pincelada de historia
Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela en el IX, la Ruta Jacobea se convirtió en el camino de peregrinación más importante de la Europa medieval. El paso de innumerables peregrinos procedentes de todo el continente fue sin duda el motor del desarrollo artístico, social y económico de los pueblos situados en el trazado de la ruta, aunque este flujo no fue constante a lo largo de los siglos. En la actualidad el Camino de Santiago se encuentra más vivo que nunca, renovado por el paso de los nuevos peregrinos y de nuevas inquietudes y motivaciones, no todas espirituales. En este año Xacobeo 2010 se batirán todos los récords de peregrinación y ya se baraja una cifra difícil de asimilar: 300.000 peregrinos habrán llegado a pie o pedaleando a las puertas del Apóstol. Con el paso de los siglos las motivaciones han cambiado pero el interés y la ilusión por llegar a Santiago se mantiene intacto.
Madrid-Santiago: Un viejo proyecto convertido en realidad
La Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid diseñó hace algunos años un atractivo itinerario jacobeo con unos valores culturales y paisajísticos únicos. Esta ruta permitía enlazar la ciudad de Madrid con el Camino Francés en la localidad de Sahagún para proseguir desde allí a Santiago. A pesar de que Madrid es una ciudad relativamente moderna y de escasa tradición Jacobea, la presencia en sus cercanías de varias localidades con peso histórico como Toledo o Alcalá de Henares sirvió para “redescubrir” una nueva Ruta Jacobea con trazado sur-norte y que evita en la medida de lo posible las modernas infraestructuras.
Una ruta muy atractiva para los deportistas
Gracias al trabajo de un grupo de entusiastas peregrinos, en 1996 se traza y señaliza lo que se conoce como el “Camino de Madrid a Santiago de Compostela” que es en realidad un ramal que conecta la capital con Sahagún (León) donde se entronca con el Camino Francés. Esta ruta sabiamente diseñada, conecta viejos hitos camineros como los pasos de montaña del Sistema Central, diversos tramos de calzadas romanas y numerosos puentes medievales. Además, el Camino se diseñó cruzando ciudades y enclaves de interés histórico. Además de su interés cultural, desde el punto de vista deportivo este itinerario es muy atractivo tanto para caminantes como para ciclistas de montaña ya que se suele ir por cómodos caminos y apenas se circula por carreteras.
Señalización, infraestructura y servicios
El Camino fue balizado por vez primera en 1996 y desde entonces las respectivas asociaciones repasan y mejoran la calidad de las señales. Abundan las tradicionales flechas amarillas, además de mojones, hitos de piedra y carteles. Además las autoridades regionales de Madrid junto con Castilla y León han realizado una importante tarea de señalización y apoyo institucional para difundir el trazado, incluida la campaña de promocion realizada en este 2010. En cualquier caso el Camino a Santiago desde Madrid aún no se ha masificado y esto se traduce también en la escasez de servicios al peregrino. No hay una gran oferta de albergues y debido al tamaño de los pueblos tampoco será frecuente encontrar hoteles, hostales o casas rurales.
¿Pedaleando o caminando?
Se trata de un itinerario perfectamente ciclable pero debido al estado de las pistas conviene transitar con una bici de montaña. El tipo de camino se divide en la siguiente proporción: camino/pista de tierra (70%) y carretera (30%). Si vas en bici es recomendable circular por carretera en los tramos que discurren por los bosques de pino resinero entre Nieva y Coca . Aquí las pistas son terriblemente arenosas y no se puede pedalear. Pensamos que la ruta es igual de atractiva tanto para caminantes como para ciclistas y que cada uno descubrirá la belleza del mismo en el rincón más inesperado.
¿Cuándo ir?
La única precaución a la hora de decidir las fechas para realizar la ruta debería ser la de evitar el frío extremo del invierno castellano y las altas temperaturas del verano. Sin embargo nosotros hemos realizado la ruta en mayo y nos fue muy bien y en otra ocasión en agosto y el calor no fue excesivamente elevado. El verdadero problema de hacer la ruta en verano es la aglomeración de peregrinos que encontraremos a partir de Sahagún, sobre todo en la primera semana de julio que es cuando la gente ajusta sus etapas para llegar a Santiago en torno al 25 de julio.
Sahagún ¿y ahora qué?
Después de recorrer 330 kilómetros por las solitarias pistas castellanas os veréis inmersos de repente una bulliciosa corriente humana que transita por el Camino Francés. A muchos les costará adaptarse a compartir camino y albergue con cientos de peregrinos de medio mundo. Además hay que mentalizarse de que aún quedan 350 kilómetros por delante. Seguro que en algún momento añoraremos la soledad de las etapas anteriores.