Escrito por un redactor anónimo
Me he saltado un cruce en bici que tenía el semáforo en rojo. Dos agentes de movilidad han presenciado la escena y han venido a mi encuentro.
No es la primera vez que me para un agente por cometer una infracción de tráfico, pero cuando uno va en coche, el trato es bastante distinto, de autoridad a infractor. En este caso, más bien parecía de director de colegio a alumno... y de los pequeños, además: "Os creéis que por no tener carnet no tenéis que..." "Mucho exigir derechos y luego...".
Yo: "Por favor, no generalice. Yo respondo de mis actos, no de lo que hacen otros cuando van en bici."
Y ahí me ha empezado a contar que justo antes había pillado a otro ciclista saltándose otro semáforo y que éste le ha soltado todas las excusas típicas, que si no pasaba nadie, que si no tenía carnet de conducir, que si había mirado bien, que si los coches lo hacen peor, que si las normas no están pensadas para bicis y tal y cual.
Yo me he negado a entrar en ese juego del lloriqueo del otro ciclista. Le he dejado claro asumía mi falta, y he puesto mi identificación a disposición del agente desde el primer momento para que me sancionase. No he intentado justificarme ni quejarme, le he pedido que hiciera lo que tuviera que hacer.
Y ahí es cuando ha empezado la parte Padre riñe a Niño: "No le voy a multar, pero a cambio me va a tener que escuchar mi bronca". A continuación me ha hablado del error que supone creer que porque no venga nadie cruzar sea seguro, que no sólo es un problema mío, y que en un accidente hay terceros afectados por mis decisiones.
En fin, aunque la diferencia de trato según vaya conduciendo un coche o una bici no la entiendo, la parte de bronca sobre las consecuencias de mis actos me ha resultado bastante humillante, porque encima yo he ayudado en bicifindes varias veces a que otros aprendan a circular e insisto mucho en esos temas de respetar los semáforos a quien empieza con bici urbana.
Siendo sincero, la humillación ha sido efectiva. No soy un gran infractor, pero alguna vez sí que me salto normas. Y últimamente estaba empezando a ser más indisciplinado que cuando empecé a moverme en bici. Así que no me viene mal que me den un toque de vez en cuando.
Agradezco ahorrarme los 200€ de multa, pero no deja de ser un trato de favor que no me gusta que los agentes hagan cuando es otro quien comete la infracción, así que supongo que lo correcto es no celebrar ese gesto que tuvieron los agentes conmigo.
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