Escrito por Almudena, con motivo del Bificinde que tuvo lugar el 28 de Octubre de 2013. Sentimos que se nos haya traspapelado este relato.
Desde siempre me ha gustado montar en bici, pero hasta este año nunca lo había hecho por Madrid. Todos los años, con la vuelta al cole me decía a mi misma lo bueno que sería venir a trabajar en bicicleta. Trabajo muy cerca de casa, por lo que tenía mucho ganado. ¡Al menos tenía que probarlo! Hace poco construyeron un carril bici cerca, así que en septiembre me lancé.
He de confesar que hasta ahora, sólo circulaba por carril bici y por aceras anchas. Hasta que llegó Manolo, de En bici por Madrid, y me informó de que está prohibido circular en bicicleta por las aceras, incluso aunque sean anchas.
Hicimos una ruta muy parecida a la que utilizaba yo hasta entonces. Antes de empezar, vimos algunos detalles importantes sobre seguridad, a tener en cuenta cuando se circula en bicicleta por Madrid. Cosas de simple lógica pero que al ir en el sillín se nos olvidan (al menos a mí):
Y tras unos comentarios sobre la importancia de hacerse notar (con luces, chalecos reflectantes, etc), comenzamos la ruta.
Ver Alfonso XIII - Barrio Concepción en un mapa más grande
Empezamos en la calle Santa Hortensia, a la puerta del edificio IBM y a continuación recorrimos la calle Padre Claret hasta llegar a una bocacalle (Pasaje de Doña Carlota), que nos lleva a una pasarela para cruzar la M-30. Atravesamos esta pasarela y llegamos a la calle Rafael Bergamín.
Continuamos a la derecha por esta calle, que tras una curva y una pequeña rotonda pasa a llamarse Ramirez de Arellano. Por aquí el recorrido se hizo más pesado al ser cuesta arriba. Llegamos en primera y con algún que otro descanso, a la calle Arturo Soria.
Nos limitamos a cruzar esta ancha avenida, para evitar circular rodeados de coches. La continuación de Ramirez de Arellano, después de Arturo Soria se llama Torrecilla del Puerto, y por ahí fue por donde seguimos. Tras pasar el Centro Comercial Arturo Soria y el pequeño parque que hay detrás, Manolo me descubrió un atajillo que no conocía, girando a la derecha, por la calle Asura, y cruzando Gregorio Benitez, hay una estrecha pasarela que cruza la Carretera de Barcelona. Una alternativa estupenda y de lo más tranquila para evitar la temida Arturo Soria.
Así, haciendo una pequeña S, enlazamos con la calle General Aranaz, que es muy estrecha y poco transitada. Circulamos por esta calle varias manzanas hasta Lopez de Aranda, que nos llevó hasta Arturo Soria, de nuevo la cruzamos y nos metimos enseguida en el carril bici de la calle José del Hierro.
Esta zona la conocía ya de antes, así que, al circular por carril bici iba aún más tranquila. Pasamos, en el carril bici, por el polideportivo de la Concepción hasta llegar al Parque de Calero. Por este parque por las mañanas resulta muy agradable circular, el olor de los pinos se agradece y se mezcla con la música de un grupo de vecinos que practica tai chi en una zona de césped. Hay que reconocerles el mérito, el tai chi no es una gimnasia muy movida que ayude, a primera vista, a entrar en calor. Aún así, en otoño, con temperaturas invernales y con esa neblina húmeda de la mañana siguen haciendo sus movimientos suaves y llenos de armonía, ambientados con su música oriental y todo… a 1º bajo cero!!
Salimos del Parque de Calero y continuamos por el carril bici de la Avenida Donostiarra, armados de paciencia, pues es habitual que el carril esté invadido de peatones que esperan el autobús, vecinos que comentan las jugadas del partido del sábado, cubos de basura atravesados o puertas de furgonetas a medio descargar. ¡Paciencia!
De la Avenida Donostiarra pasamos a la Avenida de Brasilia, hasta la rotonda de la salida de la M-30. Aquí giramos a la izquierda y subimos, de nuevo por la calzada, por la calle de Bonn. Continuando por calles prácticamente sin coches, como La Poveda y Francisco Remiro hasta llegar a una más grande, Camilo José Cela. Aquí hemos de aumentar precauciones, pues entramos en la glorieta Jaime Campmany donde el tráfico es mucho mayor, estamos cerca del punto de partida, el edificio de IBM (que alberga a muchos trabajadores), y de la Avenida de América o la calle Corazón de María. Se nota que es una zona más céntrica por la densidad de tráfico.
Ha terminado nuestra ruta y le doy las gracias a Manolo por su paciencia y buen hacer.
Este recorrido tuvo lugar hace cosa de un mes y pico. Desde entonces, he seguido viniendo a trabajar tres o cuatro veces por semana con mi bicicleta. Por cierto, me he comprado una alforja-bolso muy cómodo, que me sirve para engancharlo al transportín o para usarlo como bolso colgado al hombro. Aunque estuve buscando en diversas tiendas españolas, no encontré nada parecido y tuve que encargarlo a una marca holandesa, se nota que allí las bicicletas están a la orden del día y tienen equipaciones específicas muy prácticas y para todos los gustos.
Hacer la ruta con Manolo me ayudó a ganar confianza a la hora de salir del carril bici y empezar a circular por la calzada, pero todavía me veo “muy verde”, tengo que rodar más. Se me sigue acelerando el corazón cada vez que oigo que un coche arranca, me da miedo que vaya a salir por mi derecha y no me vea.
La semana pasada medio presencié un accidente en la glorieta de Jaime Campmany. Aunque no lo ví directamente, oí un frenazo y luego un choque. Al volverme, ví a un ciclista en el suelo y un taxi parado en medio de la glorieta. Seguramente el taxista no vió al ciclista, o no respetó el ceda el paso, el caso es que el chico de la bici se llevó un buen golpe. Por suerte se levantó por su propio pie y recogió su bicicleta del suelo. En fín, hay que extremar precauciones.
Espero que a pesar de estos sustos, la gente se anime, nos animemos todos a utilizar más la bici. Ojalá ciclistas y automovilistas aprendamos a respetar a los otros y a compartir de verdad la calzada. También espero que la señora Botella nos ponga más carriles bici, en Arturo Soria, con lo ancha que es, y en otros cientos de calles. ¡Que el ayuntamiento apueste de verdad por la bicicleta!
¡Muchas gracias a Enbicipormadrid y en especial a Manolo!
Desde siempre me ha gustado montar en bici, pero hasta este año nunca lo había hecho por Madrid. Todos los años, con la vuelta al cole me decía a mi misma lo bueno que sería venir a trabajar en bicicleta. Trabajo muy cerca de casa, por lo que tenía mucho ganado. ¡Al menos tenía que probarlo! Hace poco construyeron un carril bici cerca, así que en septiembre me lancé.
He de confesar que hasta ahora, sólo circulaba por carril bici y por aceras anchas. Hasta que llegó Manolo, de En bici por Madrid, y me informó de que está prohibido circular en bicicleta por las aceras, incluso aunque sean anchas.
Hicimos una ruta muy parecida a la que utilizaba yo hasta entonces. Antes de empezar, vimos algunos detalles importantes sobre seguridad, a tener en cuenta cuando se circula en bicicleta por Madrid. Cosas de simple lógica pero que al ir en el sillín se nos olvidan (al menos a mí):
- Buscar calles estrechas y poco transitadas
- Circular por el centro del carril y no pegados a la derecha, para evitar sustos en caso de que un coche aparcado en paralelo abra la puerta, o que uno aparcado en batería intente salir marcha atrás.
- Señalizar correctamente, extendiendo la mano derecha para torcer a la derecha, o la izquierda para torcer en esa dirección; o en diagonal hacia abajo para indicar que vamos a parar.
Y tras unos comentarios sobre la importancia de hacerse notar (con luces, chalecos reflectantes, etc), comenzamos la ruta.
La ruta: Padre Claret - Barrio de la Concepción
Ver Alfonso XIII - Barrio Concepción en un mapa más grande
Empezamos en la calle Santa Hortensia, a la puerta del edificio IBM y a continuación recorrimos la calle Padre Claret hasta llegar a una bocacalle (Pasaje de Doña Carlota), que nos lleva a una pasarela para cruzar la M-30. Atravesamos esta pasarela y llegamos a la calle Rafael Bergamín.
Continuamos a la derecha por esta calle, que tras una curva y una pequeña rotonda pasa a llamarse Ramirez de Arellano. Por aquí el recorrido se hizo más pesado al ser cuesta arriba. Llegamos en primera y con algún que otro descanso, a la calle Arturo Soria.
Nos limitamos a cruzar esta ancha avenida, para evitar circular rodeados de coches. La continuación de Ramirez de Arellano, después de Arturo Soria se llama Torrecilla del Puerto, y por ahí fue por donde seguimos. Tras pasar el Centro Comercial Arturo Soria y el pequeño parque que hay detrás, Manolo me descubrió un atajillo que no conocía, girando a la derecha, por la calle Asura, y cruzando Gregorio Benitez, hay una estrecha pasarela que cruza la Carretera de Barcelona. Una alternativa estupenda y de lo más tranquila para evitar la temida Arturo Soria.
Así, haciendo una pequeña S, enlazamos con la calle General Aranaz, que es muy estrecha y poco transitada. Circulamos por esta calle varias manzanas hasta Lopez de Aranda, que nos llevó hasta Arturo Soria, de nuevo la cruzamos y nos metimos enseguida en el carril bici de la calle José del Hierro.
Esta zona la conocía ya de antes, así que, al circular por carril bici iba aún más tranquila. Pasamos, en el carril bici, por el polideportivo de la Concepción hasta llegar al Parque de Calero. Por este parque por las mañanas resulta muy agradable circular, el olor de los pinos se agradece y se mezcla con la música de un grupo de vecinos que practica tai chi en una zona de césped. Hay que reconocerles el mérito, el tai chi no es una gimnasia muy movida que ayude, a primera vista, a entrar en calor. Aún así, en otoño, con temperaturas invernales y con esa neblina húmeda de la mañana siguen haciendo sus movimientos suaves y llenos de armonía, ambientados con su música oriental y todo… a 1º bajo cero!!
Salimos del Parque de Calero y continuamos por el carril bici de la Avenida Donostiarra, armados de paciencia, pues es habitual que el carril esté invadido de peatones que esperan el autobús, vecinos que comentan las jugadas del partido del sábado, cubos de basura atravesados o puertas de furgonetas a medio descargar. ¡Paciencia!
De la Avenida Donostiarra pasamos a la Avenida de Brasilia, hasta la rotonda de la salida de la M-30. Aquí giramos a la izquierda y subimos, de nuevo por la calzada, por la calle de Bonn. Continuando por calles prácticamente sin coches, como La Poveda y Francisco Remiro hasta llegar a una más grande, Camilo José Cela. Aquí hemos de aumentar precauciones, pues entramos en la glorieta Jaime Campmany donde el tráfico es mucho mayor, estamos cerca del punto de partida, el edificio de IBM (que alberga a muchos trabajadores), y de la Avenida de América o la calle Corazón de María. Se nota que es una zona más céntrica por la densidad de tráfico.
Ha terminado nuestra ruta y le doy las gracias a Manolo por su paciencia y buen hacer.
Un mes después
Este recorrido tuvo lugar hace cosa de un mes y pico. Desde entonces, he seguido viniendo a trabajar tres o cuatro veces por semana con mi bicicleta. Por cierto, me he comprado una alforja-bolso muy cómodo, que me sirve para engancharlo al transportín o para usarlo como bolso colgado al hombro. Aunque estuve buscando en diversas tiendas españolas, no encontré nada parecido y tuve que encargarlo a una marca holandesa, se nota que allí las bicicletas están a la orden del día y tienen equipaciones específicas muy prácticas y para todos los gustos.
Hacer la ruta con Manolo me ayudó a ganar confianza a la hora de salir del carril bici y empezar a circular por la calzada, pero todavía me veo “muy verde”, tengo que rodar más. Se me sigue acelerando el corazón cada vez que oigo que un coche arranca, me da miedo que vaya a salir por mi derecha y no me vea.
La semana pasada medio presencié un accidente en la glorieta de Jaime Campmany. Aunque no lo ví directamente, oí un frenazo y luego un choque. Al volverme, ví a un ciclista en el suelo y un taxi parado en medio de la glorieta. Seguramente el taxista no vió al ciclista, o no respetó el ceda el paso, el caso es que el chico de la bici se llevó un buen golpe. Por suerte se levantó por su propio pie y recogió su bicicleta del suelo. En fín, hay que extremar precauciones.
Espero que a pesar de estos sustos, la gente se anime, nos animemos todos a utilizar más la bici. Ojalá ciclistas y automovilistas aprendamos a respetar a los otros y a compartir de verdad la calzada. También espero que la señora Botella nos ponga más carriles bici, en Arturo Soria, con lo ancha que es, y en otros cientos de calles. ¡Que el ayuntamiento apueste de verdad por la bicicleta!
¡Muchas gracias a Enbicipormadrid y en especial a Manolo!
Gracias a Almudena por su relato.
ResponderEliminarConozco tu recorrido, un poco penalizado por la cuesta desde M-30 a Arturo Soria.
Circular por esas aceras bici tiene un mérito increíble, eso si que es difícil y no circular por la calzada :-)
Conozco el carril bici de José del Hierro y la acera bici de Donostiarra.Cuando trabajaba en Prosperidad iba por allí.Y sí, hay que armarse de paciencia!! Ánimo Almudena!!
ResponderEliminarHay un plan B para no tener que pasar por la acera-bici, no es muy complicado una vez has circulado por otras calles y has visto que no mueres:
ResponderEliminarhttp://img695.imageshack.us/img695/1752/2bic.jpg
Almudena, bienvenida al club. No me queda claro cual es el destino del itinerario, pero si te parece necesario un carril bici en Arturo Soria, quizás debas echarle un vistazo a esta propuesta y darnos tu opinión:
ResponderEliminarhttp://www.enbicipormadrid.es/2013/12/propuesta-de-bicilineal-para-un.html
¡Compartimos ruta! Al menos una parte. Yo también sigo ese carril bici, desde Avda de los Andes a la M-30, pero después me desvío a Avda de los Toreros. Eso sí, para mi resulta más seguro y saludable para los bajos utilizar la calzada. Creo que no es obligatorio utilizarlo (que me corrijan los expertos) aunque siempre hay alguien para recordartelo con sus pitidos (cómo les gusta a algunos tocarlo...) De hecho, esta mañana un cafre me adelantó en López de Aranda subiendo medio coche a la bici acera, porque como yo iba por el medio de la calzada, no vió otra manera. Y eso que el semáforo al final de la calle estaba en rojo.
ResponderEliminarDe todas formas, he aprendido a coger alguna calle alternativa donde no recibo esos pitidos "informativos".
Ya nos veremos por ahí, ¿no tendrás una plegable?
Jajaja, tienes razón, el carril bici no es bueno para os bajos.
ResponderEliminarNo, no tengo un plegable.
A ver si me lanzo de verdad a circular por la calzada!
Gracias a todos por vuestros comentarios. Miguel, a mi me parece mas mérito el vuestro por ir por calzada, hay que ser valiente por lo pronto!
ResponderEliminarSería genia que se llevara a cabo! Muchas gracias!
ResponderEliminarPor detrás del Mater? Eso tengo que probarlo, no recuerdo haber visto siquiera acceso al parking que dices, Alfredo. Lo miraré, muchas gracias!
ResponderEliminarPero en el recorrido parte lo haces por la calzada ¿no? ¿Qué problemas has encontrado en estos meses?
ResponderEliminarPues no puedo más que darte la enhorabuena y animarte. Ya verás como en cuanto te acostumbres no querrás más que ir en bici a todas partes XD.
ResponderEliminarSólo un comentario. Yo voy en bici a diario a trabajar, y siempre elijo las avenidas más grandes y con más carriles. Los coches se cambian de carril y voy la mar de tranquilo. Cuando tengo que meterme por calles "tranquilas", sufro los adelantamientos muy de cerca, porque si hay sitio, los coches te adelantan.
Además, los peatones cruzan a veces sin mirar (no será el primero al que le doy un susto) porque no oyen ruido de motor. Esto no ocurre en grandes calles. Nadie cruza sin mirar.
¿Calles tranquilas?...no gracias.