Francisco Rodríguez
La aventura de ir en bici por Madrid
Tengo que reconocer que, a pesar de haberme movido diariamente en bicicleta durante casi tres años en un país donde llegar a -15º en su largo invierno no es una novedad, me lo tuve que pensar mucho en Madrid antes de lanzarme a montar de nuevo. Por supuesto era debido al tráfico y a la falta de infraestructuras.
La llegada de la bici pública hizo que me replantease el tema, aunque ya llevaba meses con un amigo detrás para que me comprase una y sabía que tarde o temprano, y a pesar de no saber muy bien dónde iba a guardarla, iba a ceder.
Con lo cual, al ver las bicis aparcadas tardé poco en sacarme la tarjeta. Tras los muchos problemas que hubo en el arranque, por fin un día, sin confiar mucho en que fuese a funcionar debido a la experiencia de días anteriores, pasé la tarjeta y la luz verde pasó a roja: la bici era mía.
Fue un trayecto no muy largo, pero fue suficiente para darme cuenta de que tenía nuevo medio de transporte en Madrid. Decidí que a partir de entonces ese sería el principal. Fui sin destino, pues sólo quería probarla. Recorrí buena parte de Madrid Río y al aparcarla me despedí hasta la mañana siguiente, que tocaba ir a trabajar.
Tengo que reconocer que ese tema me ponía un poco nervioso, por el susodicho tráfico principalmente. También sabía que había mucha cuesta arriba en mi camino, pero el sistema eléctrico facilita enórmemente pedalear en pendientes.
Antes de acostarme repasé un mapa online buscando la mejor ruta y comprobando la dirección de las calles, ya que no quería liarla el primer día y tener una mala experiencia. A la mañana siguiente me fui decidido a buscar la bici, y nuevamente volvía a fallar y el enganche no la soltaba. Tocaba metro de nuevo.
Al salir de trabajar busqué de nuevo una estación, probé y finalmente hubo suerte. Me gustó mucho recorrer el centro de la ciudad, los laterales de la Castellana y desviarme de la ruta hacía mi casa para seguir pedaleando un rato más por el Madrid de los Austrias y continuar por La Latina.
Me encantó la experiencia, además el clima la hacía mejor aún. Desde entonces voy y vengo cada día a trabajar en bici - lo cual mejora el humor al llegar al trabajo - y cuando quedo con gente por el centro también la utilizo. He de que reconocer que al principio hubo algo de nervios, principalmente al ir por calles más transitadas, pero a los dos días ya montaba con total seguridad.
Ahora que parece funcionar casi correctamente, espero que pronto se extiendan las estaciones a zonas donde aún no hay para que todas las personas podamos disfrutar de este sano y sostenible servicio a lo largo y ancho de nuestra ciudad. Tan sólo falta la mejora del sistema de carriles bicis y más respeto por parte de algunos conductores, y por supuesto el de los propios ciclistas por las normas.
Madrid, ¡qué bonita estás con tanta bici por tus calles!
¿Has podido usar biciMAD sin problemas? ¡Cuéntanoslo en esta encuesta!
La llegada de la bici pública hizo que me replantease el tema, aunque ya llevaba meses con un amigo detrás para que me comprase una y sabía que tarde o temprano, y a pesar de no saber muy bien dónde iba a guardarla, iba a ceder.
Con lo cual, al ver las bicis aparcadas tardé poco en sacarme la tarjeta. Tras los muchos problemas que hubo en el arranque, por fin un día, sin confiar mucho en que fuese a funcionar debido a la experiencia de días anteriores, pasé la tarjeta y la luz verde pasó a roja: la bici era mía.
Fue un trayecto no muy largo, pero fue suficiente para darme cuenta de que tenía nuevo medio de transporte en Madrid. Decidí que a partir de entonces ese sería el principal. Fui sin destino, pues sólo quería probarla. Recorrí buena parte de Madrid Río y al aparcarla me despedí hasta la mañana siguiente, que tocaba ir a trabajar.
Tengo que reconocer que ese tema me ponía un poco nervioso, por el susodicho tráfico principalmente. También sabía que había mucha cuesta arriba en mi camino, pero el sistema eléctrico facilita enórmemente pedalear en pendientes.
Antes de acostarme repasé un mapa online buscando la mejor ruta y comprobando la dirección de las calles, ya que no quería liarla el primer día y tener una mala experiencia. A la mañana siguiente me fui decidido a buscar la bici, y nuevamente volvía a fallar y el enganche no la soltaba. Tocaba metro de nuevo.
Al salir de trabajar busqué de nuevo una estación, probé y finalmente hubo suerte. Me gustó mucho recorrer el centro de la ciudad, los laterales de la Castellana y desviarme de la ruta hacía mi casa para seguir pedaleando un rato más por el Madrid de los Austrias y continuar por La Latina.
Me encantó la experiencia, además el clima la hacía mejor aún. Desde entonces voy y vengo cada día a trabajar en bici - lo cual mejora el humor al llegar al trabajo - y cuando quedo con gente por el centro también la utilizo. He de que reconocer que al principio hubo algo de nervios, principalmente al ir por calles más transitadas, pero a los dos días ya montaba con total seguridad.
Ahora que parece funcionar casi correctamente, espero que pronto se extiendan las estaciones a zonas donde aún no hay para que todas las personas podamos disfrutar de este sano y sostenible servicio a lo largo y ancho de nuestra ciudad. Tan sólo falta la mejora del sistema de carriles bicis y más respeto por parte de algunos conductores, y por supuesto el de los propios ciclistas por las normas.
Madrid, ¡qué bonita estás con tanta bici por tus calles!
¿Has podido usar biciMAD sin problemas? ¡Cuéntanoslo en esta encuesta!
Secundo el final... Madrid, ¡Qué bonita estás con tanta bici por tus calles!
ResponderEliminarEnhorabuena por pasarte a la bici, a pesar de la locura del tráfico motorizado de Madrid. Pero como habrás visto, no es tan difícil convivir con los coches, aunque sí un poco molesto.
ResponderEliminarY como muy bien dices, hay que hacer un riguroso estudio de las calles por las que vas a ir, antes de aventurarte a ir en bici, lo cual demuestra que Madrid aún es una ciudad en la que no se cuida al que quiere usar la bici, por lo que uno tiene que buscarse la vida como pueda, a diferencia de otras ciudades más modernas y europeas como Barcelona, donde hay infraestructuras ciclistas y carteles indicadores por todas partes, con lo cual, el que va en bici se siente arropado y no abandonado como un perro. De todas formas, algo se ha avanzado en Madrid. Hace 20 o 30 años esto era impensable.
¿20 o 30?... ¡hace 2 ó 3!
ResponderEliminarBueno, hace 2 o 3 años era más difícil ir en bici que ahora, pero se podía. Pero es que hace 30 años si ibas en bici casi que te detenían por "irresponsable", aparte del cachondeo general de la gente. Yo desde luego entonces no me atrevía.
ResponderEliminarNo creo que tengas que tener un carril bici o señales con bicis para sentirte arropado. Cierto es que el mensaje institucional es muy valioso, y por eso BiciMAD es muy importante, pero el sentirse legitimado o en tu derecho a ir en bici debe ser ajeno a todo eso.
ResponderEliminarYo a esto lo habría titulado:
ResponderEliminar"El miedo está en la cabeza: El placer de ir en bici por Madrid"
Bienvenido!
ResponderEliminarEl otro día hablé con uno que iba en una bici loca de esas y estaba encantao también. Con esto ya son 2 los usuarios contentos, como mínimo. No está mal.
Era usuario habitual de la bici en Madrid y ahora lo soy en Barcelona. Mi experiencia me dice que son más cómodas las carreteras de Madrid que los carriles bici de Barcelona. Puede que sea algo personal.
ResponderEliminarHace 30 años fui yo con mi orbea (la equivalente a la bh happy) desde la Glorieta de Iglesia hasta Herrera Oria por todos los carril bus que encontré ( el de Bravo Murillo, el de Castellana, el de Monforte de Lemos). Claro que tenía 12 ó 13 años, la inconsciencia propia de la edad y el tráfico de entonces.
ResponderEliminarPues es admirable, ya que el tráfico en el Centro era parecido al actual, o sea una demencia, y con coches en general más contaminantes que los actuales aunque también más pequeños, no los tanques descomunales de ahora.
ResponderEliminarYo por esas fechas más o menos y con la Happy heredada iba al Pardo por la carretera de Fuencarral y volvía por la carretera de la playa...
ResponderEliminarVuelvo a ponerlo por que seguro no lo habéis leído.
ResponderEliminar«Los peores enemigos de la bicicleta en el medio urbano no son
los coches, sino los prejuicios en contra de su uso como medio
de transporte habitual»
Margot Wallström
(Comisaria europea de Medio Ambiente de 1999 a 2004).
Y añadiría que también, los agentes de movilidad que no se enteran o no quieren enterarse. Confundiendo a los ciclistas como mandarlos al carril BUS o Aceras.
Piensa en lo que te ahorras, en salud dinero y amor por pedalear felizmente.
ResponderEliminarEso, tu tranquilo Riqui, solo uno de cada cien acierta a tirarte jajajaja.
ResponderEliminarCastellana, Paseo del Prado, Glorietas varias ect
http://www.dgt.es/Galerias/seguridad-vial/investigacion/estudios-e-informes/INFORME-ESTUDIO-SOBRE-LAS-ESTRATEGIAS-DE-PROMOCION-DE-LA-BICICLETA-9.pdf
ResponderEliminarDespués de 3 meses yendo a trabajar en bici (me atravieso prácticamente la ciudad de oeste a este), por mucha voluntad que le ponga y esfuerzo en respetar todas las normas de circulación, no hay día que no me hagan pirulas los demás coches:
ResponderEliminar- Vas por el centro del carril: Si tienes suerte, te pitan para que te apartes y les dejes pasar, la mayoría de los casos directamente te adelantan en el mismo carril, pasando a unos escasos 20cm de tu rodilla.
- Glorietas: he sido tan incauta de querer hacer las glorietas por los carriles habilitados para la bici...El resultado: siempre hay algún coche que se queja/te insulta/está a punto de atropellar. Mi favorita: la de Alcalá.
- Taxistas. Bueno, qué decir, no hay día que un taxista no intente atropellarme, me insulte, me achuche por detrás o me adelante peligrosamente en el carril habilitado para la circulación de bicicletas. Creo que son EL GRAN PROBLEMA de la circulación en bici por Madrid. Nos odian, y desde el BiciMAD, más aún. Si no fuera por ellos, para mi ir en bici por Madrid sería una delicia.
Parece que tu problema son los taxis, sin ellos dices que sería una delicia y no te importa el resto de puntos. Pienso que si te pitan es algo "positivo", porque te han visto y procurarán rebasarte contando con tu presencia. No te sientas intimidada, si puedes en el semáforo entrégale esto:
ResponderEliminarhttp://www.enbicipormadrid.es/2012/12/ciclista-si-un-coche-te-acosa-muestrale.html
Si persiste el acoso anota matrícula y llama al 092 o presenta denuncia voluntaria.
http://blogs.ciclismoafondo.es/leyciclista/denuncia-voluntaria/comment-page-1/
De lo que comentas lo más importante es el primer punto. Circular por el centro del carril debería enseñar y obligar a no adelantar sin distancia al resto de coches. Mi consejo es que te escores un poco más a la izquierda por donde crees que te rebasarán cerca.
En las glorietas la señalización de ciclocarriles ubica al ciclista en el ángulo ciego, haciendo que haga el perímetro del recorrido... lastra su velocidad y seguridad. Mejor centrarse cuando hay una salida y señalizar.
Yo voy de este a oeste 13 km (no uso Bicimad porque no llega a la M40) y tengo muchos menos problemas, aunque coincido contigo en que los taxistas son extremadamente temerarios al volante. Bien es verdad que voy bastante rápido, pero aunque me duele decirlo (y lo comento solo por si alguien del blog tiene ideas o datos al respecto) tal vez te increpen más por ser mujer... :(
ResponderEliminarLlevo unos dos años viviendo en Moscú, donde mi forma de transporte habitual es la bicicleta, que no uso por acera, sino por asfalto, durante todo el año. Creo que no es necesario a estas alturas explicar cómo es el tráfico en Rusia y la mentalidad de sus conductores.
ResponderEliminarCuando bajo a Madrid y pedaleo tranquilamente, TRANQUILAMENTE, por la Castellana, Cibeles o el Pº del Prado, no sé si reir o llorar... Cierto que habrá muchas cosas que cambiar... pero desde luego, cuando pienso en los problemas de circular en bici por Madrid tengo otros más serios en mente: cuestas ("Puerto" Delicias) y robos. Los conductores no son un problema, no más que cuando voy en moto o coche. En general, en Madrid hay respeto.
Y eso de poder/deber circular ocupando todo el carril es un lujo comparado con las normas de Londres, sin ir más lejos.
Creo que, por la razón que sea, en general vamos por buen camino...