Holanda 2020, la ciudad modelo de la movilidad sostenible. O al menos eso es lo que nos venden aunque sus cifras de contaminación y de circulación de automóviles sean similares o incluso peores que las de las ciudades españolas. Pero cuando vemos fotos con tanta gente circulando en bici, no podemos por menos que imaginar una ciudad del futuro, nuestra ciudad, llena de bicis moviéndose de un lado para otro, con la presencia apenas testimonial de coches y autobuses.
Y lo hacemos porque la movilidad en bici es una tendencia al alza en prácticamente todas las ciudades del mundo tengan infraestructura ciclista y/o algún tipo de promoción o no. En países sin tradición de ciclismo urbano representa una tendencia clara alcista, pero si miramos la evolución de los países tradicionalmente ciclistas la tendencia es descendente. En todas partes, lo que en cada época entendemos como progreso se va adueñando de las preferencias de la sociedad y en este caso se fue abandonando el uso de la bici como transporte en favor vehículos a motor cada vez mas asequibles y cómodos.
Solamente la conciencia ecológica que últimamente ha arraigado en la sociedad y sigue creciendo con fuerza es capaz de contrarrestar las tentaciones de la comodidad y eficacia que ofrecen los llamados avances tecnológicos que nos ofrece el mercado.
Pero no hay que engañarse,
la bici es básicamente una de estas cinco cosas:
Un juguete, material deportivo, una moda, un vehículo de bajo coste y un símbolo ecologista.