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martes, 28 de febrero de 2017

El proceso de Plaza España: algunas lecciones para el futuro



Se acabó: El proyecto X será el que se ejecutará tras más de un año de proceso de participación complejo, con varias fases y que ha provocado varias quejas en el camino.
Tómese este concurso como una experiencia piloto de participación: lo más importante es tomar nota para ir rectificando el proceso. Y eso es lo que hemos hecho desde EnbiciporMadrid, aquí va nuestro diagnóstico de las cosas que salieron bien y se deben mantener, las que se torcieron y nuestras propuestas de mejora.







 

 

 

 

 

 

Fase 1. La elaboración del cuestionario (navidades 2015-2016)

El Área de Participación del Ayuntamiento de Madrid tomó la decisión de no limitar el concurso a una selección de proyectos: las bases también deberían de responder a cuestiones que los ciudadanos hubieran considerado esenciales mediante votación popular.

La idea del Ayuntamiento: Se convoca a asociaciones para que determinen sobre qué temas hay que preguntar a la gente.

Lo que sucedió:
  • No se entendía la necesidad de reforma de la plaza. No se aclaró, lo cual motivó suspicacias sobre intereses ocultos.
  • Las asociaciones no aceptaron hacer sólo preguntas, querían dar soluciones y que fueran vinculantes.  El Ayuntamiento no podía aceptar que la opinión de los asociados, que no dejan de ser una minoría, estuviera por encima del conjunto de ciudadanos que tenían derecho a opinar.
  • Muchas cuestiones requerían una respuesta técnica que tardaría semanas en llegar. Sin embargo, se impusieron unos plazos que obligaban a tomar decisiones antes de obtener esa respuesta. No llegamos a entender nunca el por qué de esas prisas.
Estos temas provocaban constantes polémicas en cada sesión e incluso amenaza de ruptura.


Recomendación para la próxima:
  • Se ha de explicar claramente la motivación del proyecto a realizar, sin agendas ocultas.
  • No se debe partir desde cero. Los informes técnicos que puedan condicionar el proceso han de estar realizados antes de empezar, aunque sea en versión preliminar gruesa.
  • Las asociaciones tienen que tener un papel vinculante para completar el diagnóstico técnico.
  • En cambio, se ha de dejar claro que una asociación no puede pretender decidir por encima de la voluntad popular antes de empezar esta fase. 




Fase 2. El cuestionario se vota (enero 2016)

Finalmente lo que salió (para enfado de las asociaciones) no fueron soluciones vinculantes, sino preguntas que los ciudadanos tenían que refrendar o rechazar, y cuyo resultado conformaría las bases del concurso.

La idea del Ayuntamiento: Las cuestiones planteadas respondían a los temas que habían surgido recurrentemente en la fase 1. Por tanto bastaba saber si la gente apoyaba o no para determinar unas bases del concurso que respetaran la voluntad ciudadana.

Lo que sucedió:  
  • La propia necesidad de la reforma no tenía siquiera una horquilla de lo que vienen a costar obras así, lo que pudo condicionar el resultado por falta de información. Las críticas a la necesidad de gastarse el dinero sólo han aparecido al saberse el coste en fases posteriores.
  • Las preguntas no implicaban consecuencias, por lo que era posible pedir aumentar el espacio de todos los usos sin que los metros cuadrados creciesen. 
  • Algunas cuestiones afectaban a otras, por lo que al votarse como propuestas independientes dieron resultados incompatibles: ampliar aparcamiento de visitantes dificultaba plantar más árboles y reducir tráfico en la zona.
  • Otras preguntas eran genéricas y no dejaba claro qué implicaban: ¿Hay que reducir el impacto ambiental aunque eso sea más caro?
Recomendación para la próxima:
  • Toda pregunta ha de venir asociada a un mínimo de información sobre la cuestión sobre la que se vota, y una mínima explicación de la consecuencia de elegir una u otra opción.
  • Las decisiones más caras han de mostrar una aproximación de costes.
  • No todas las preguntas se pueden resolver con un Si/No. Pueden funcionar mejor otros sistemas como la distribución por porcentajes o las de tipo "A qué estaría dispuesto a renunciar a cambio de ganar tal".



Fase 3. El concurso: De 75 a 5 propuestas (junio 2016)

Con los resultados de la encuesta como parte fundamental de las bases, se lanzó el concurso internacional. 75 elaboradas propuestas se recibieron para ser votadas.

La idea del Ayuntamiento: Un jurado elegiría las 5 mejores propuestas para pasar a la siguiente fase en función de varios criterios, uno de los cuales sería la votación popular. La más votada tendría que estar sí o sí en la siguiente fase.


Lo que sucedió: 
  • La documentación resultó ser inmanejable. No había manera de tomar una decisión fría para votar un proyecto, de tantas opciones que se presentaron.
  • Varias propuestas incumplían las bases. El jurado no realizó un filtro previo que hubiera reducido el número y evitado votos a propuestas que no tenían ninguna posibilidad.
  • El formato no ayudó nada. Las láminas A1, herencia de los proyectos fin de carrera, son muy prolijas en detalles para verse en directo y prácticamente inservibles para consultarse a través de la web, no digamos un móvil.
  • Las propuestas tenían una elaboración muy alta para lo que debía de ser simplemente una presentación de ideas. Eso dificultaba centrarse en los aspectos relevantes, existiendo una cantidad de detalles inapreciables para el gran público.
  • Al final, se decidía por la calidad del fotomontaje, lo único fácil de entender. 
  • Muchas presentaron presupuesto, lo que pudo haber sido determinante frente a otras que no lo hicieron. Sin embargo, muchas cifras eran irreales y no pasaron un filtro por parte del jurado. 
  • En este punto se pudo ver las divergencias entre el jurado y la votación popular. De las 5 propuestas más votadas, el jurado sólo consideró 2 de ellas con calidad técnica suficiente. Y al contrario, llegó a considerar que la que estaba en el puesto 25 era merecedora de ser considerada.
Recomendación para la próxima:
En esta fase no parece que la participación ciudadana aporte mucho, vista la criba del jurado. Parece sensato que sea el jurado técnico el que en exclusiva concluya qué 5 propuestas tienen más sentido.

En todo caso, si finalmente se mantiene esta fase y va a haber un gran número de propuestas a elegir, se propone:
  • El formato ha de ser mucho más ligero y comunicativo: Mejor 4 tuits o un folleto de dos caras resumiendo las claves de lo que se propone. 
  • La elección no debería de depender de la calidad del fotomontaje. Se debería de limitar en esta fase la información a esquemas sencillos que expliquen qué se quiere hacer.
  • El jurado ha de realizar un filtro previo para eliminar las que incumplan bases
  • El presupuesto quizá no debe formar parte de esta fase. En todo caso, o todos o ninguno. Y si es todos, el jurado ha de filtrar las propuestas demasiado mentirosas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fase 4. La final: de 5 a 2 propuestas (octubre 2016)

Los finalistas desarrollan su idea con más detalle. El jurado finalmente elegirá a 2, que serán sometidos a votación popular.

La idea del Ayuntamiento: El filtro del jurado en esta fase aseguraría la idoneidad técnica de los 2 finalistas, teniendo en cuenta el apoyo de las más populares.

Lo que sucedió:
  • La propuesta más votada fue eliminada por el jurado en esta fase, ya que en la anterior no pudo hacerlo por las bases ¿para qué sirve esa norma, entonces? Este tema ha generado descrédito.
  • No se realizó un filtro técnico para determinar que los presupuestos presentados fueran correctos.
  • Las dos propuestas finales no responden a planteamientos demasiado diferentes en temas sustanciales. El filtro técnico ha eliminado la diversidad.
Recomendación para la próxima: 
  • Con una fase 3 que dependa exclusivamente del jurado se garantiza la idoneidad técnica de los finalistas. Evitamos así el esperpento de que la más votada se caiga por el camino.
  • A cambio, la fase 4 debería de ser 100% consulta ciudadana vinculante. El papel del jurado aquí debe ser garantizar una información veraz (sobre todo el presupuesto).
  • Igualmente, dicha fase 4 ha de generar una documentación explícitamente divulgativa, con unos formatos idénticos establecidos en las bases. Se trata de evitar el problema descrito en fase 2 de una información que oscila entre lo abrumador técnico y lo superficial del fotomontaje. 
  • También en esta fase debería ya solicitarse un presupuesto con unas normas claras de obligado cumplimiento que el jurado debería validar.




Fase 5. El ganador (febrero 2017)


Durante una semana, los ciudadanos han elegido cuál de las dos propuestas debe ejecutarse.

La idea del Ayuntamiento: La votación responde a una información clara suministrada a los ciudadanos y por tanto es resultado de una inteligencia colectiva. El resultado es el que mejor compatibiliza todas las cuestiones planteadas.

Lo que sucedió:
  • La votación en papel no venía asociada a ninguna información sobre los proyectos, que había que buscar por otro lado.
  • La documentación on-line era prolija. Sin embargo, siendo sólo 2 proyectos, algunos pudimos hacer algún análisis sectorial. Se echó de menos debates especializados desde otros ámbitos.
  • Aunque cada proyecto hizo su video promocional, ninguno contó qué quería hacer en concreto.
  • Los proyectos tenían demasiadas similitudes. No había posibilidad de no hacer un túnel bajo Bailén que dispara el coste, evitar las aceras-bici o no perforar la plaza para hacer una gran entrada al metro que otros proyectos eliminados por el jurado sí permitían variar. El alto porcentaje de voto en blanco final (18%) es reflejo de esto.
  • No hubo filtro del jurado para garantizar la veracidad del presupuesto, un dato muy crucial.

Recomendación para la próxima:
  • Es necesario mejorar la manera en la que se ofreció la información final. Un listado de los 10 puntos relevantes de cada proyecto, redactados por los autores, o fotomontajes de mismos sitios para poder comparar, es una información fácilmente difundible tanto a los votantes de papel como en marquesinas o publicidad institucional. Igualmente se ha de solicitar que los vídeos incluyan una información concreta de acciones, y no ser meros anuncios de "sensaciones".
  • El filtro de la veracidad del presupuesto ha de existir, bien sea por parte del jurado, que determine previamente unas condiciones idénticas para medir, bien sea por establecer mecanismos en las bases que eviten bajas temerarias de cara a ganarse a la opinión pública.
  • Han faltado debates de los que la prensa pudiera hacerse eco. No sabemos nada de la calidad botánica de las propuestas o de lo que implican los cambios de tráfico previstos, por poner dos ejemplos.
  • La propuesta ganadora ha incluído un proceso de participación extra para corregir errores. Nos parece una idea excelente que debería de introducirse por norma. 
  • Hay que contemplar la posibilidad de que mucha gente sólo entre en el proceso en esta fase y que ninguna de las propuestas les convenza. La opción de "ninguna de las dos se hace" debería de contemplarse aquí, máxime cuando en este punto el presupuesto final será ya un dato cercano a la realidad. 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Ha merecido la pena hacer esto, con la de fallos que ha habido? Sí, sin duda

De vez en cuando la NASA envía sondas a estrellarse contra los gigantes gaseosos: aunque parezca que el esfuerzo de tanta ingeniería se hecha a perder con su destrucción, gracias a su viaje temerario pueden emitir señales valiosísimas que no se podrían conseguir quedándose en zona segura.

De igual manera, el proceso de Plaza España ha arriesgado mucho más de lo necesario, cometiendo por ello numerosos errores y descréditos que nos han lanzado datos importantísimos de cara a la participación ciudadana. Y lo bueno es que varios de estos diagnósticos permiten hacer correcciones fáciles de implantar de cara a una futura participación en procesos similares.

No desesperéis, gente de Participación, que esto es un camino de largo alcance.








 


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