Track de la ruta en wikiloc
Aunque nuestras rutas transcurren casi siempre por los alrededores de Madrid, y son accesibles en transporte público, de vez en cuando nuestros avispados "exploradores" llegán más allá. Gabriel Perezzan, compañero inestimable en nuestras rutas ha aprovechado sus visitas a Mallorca para prepararnos una ruta expectacular y... cuasi imposible (ya sabéis, nos encantan los retos). Así que en estas fechas que ya asoman estivales en las que quizá estés pensando en las vacaciones y puede que, incluso Mallorca entre en tus planes, te dejamos esta fantástica propuesta:
Quiero
proponeros una ruta a nuestro pasado aún no tan lejano. Una ruta en la
que juntos tomaremos contacto con el contexto natural y antropológico de
diversas culturas mediterráneas, todas juntas en un pa’ amb oli Mallorquín. Ojalá podamos organizar algún día una escapada a la parte más desconocida de la isla de Mallorca: La serra de la Tramuntana.
El caso es que el calor y las especialísimas condiciones de los caminos y senderos de la isla hacen casi imposible poder realizar excursiones prolongadas como las que hacemos todos los sábados la gran familia de Enbicipormadrid. Aún así los caminos y senderos que uno va encontrando por la Tramontana Mallorquina nos transportan a tiempos pretéritos, de cuando las gentes de estos lugares (payeses, labradores y arrieros) solo podían viajar por estas escarpadas montañas en burro, asnos o caballos por senderos de herradura, muchos de los cuales aún se conservan casi intactos desde hace 100-200-300-400... vete tú a saber cuantos años más. En este sentido es increíble como, junto con algunas de sus gentes, se ha conservado esta parte natural de
la isla, sobre todo si la transitas a través de este tipo de caminos,
ya que hasta no hace demasiados lustros eran las únicas vías que
conectaban los inaccesibles pueblos de la Tramontana.
Para imaginaros lo intrincado de la orografía solo pensar que hasta que se inventó la dinamita el pueblo de Sóller a finales del SXIX se comunicaba con el resto de la isla más fácilmente por mar que por tierra, lo que hizo que fuera mucho más rentable comerciar directamente con la ciudad de Marsella que con la capital de la isla: Palma de Mallorca. Es por este motivo que algunas de las familias de Sóller mantienen como idioma común el Francés.
Senderos y caminos que transcurren entre cientos de miles de bancales construidos en seco (sin usar cemento alguno) y todos hechos a mano, piedra a piedra, bancales que han ido transformado poco a poco, desde la época de los Fenicios, el agreste paisaje romántico de la Tramontana en un inmenso y milenario huerto-jardín que se ha preservado casi intacto a lo largo de los siglos. La piedra por lo tanto es uno de sus protagonistas absolutos de estas rutas ¡cuanto he echado de menos mi Trek Fuel de 29” y su doble suspensión! ya que muchos tramos son como auténticas torrenteras, casi pistas de trial.
Y es que los caminos de tierra realmente ciclables
son prácticamente inexistentes porque en esta isla casi todos los
caminos y senderos públicos de la tramontana se han terminado por
privatizar y vallar, y solo el enorme esfuerzo de algunas pocas
asociaciones conservacionistas consiguen hacer frente a la presión de los nuevos colonizadores de la isla: los Alemanes, a los que no les da la gana asumir que los caminos antiguos son un bien común con derecho de paso inalienable (no sé donde he leído que se calcula que 25-30% de la isla es propiedad de estos nuevos conquistadores). Hace algunos años un partido político local Alemán propuso segregar parte de la isla y convertirlo en un Land Alemán. El caso es que esta isla fue primero conquistada y colonizada por los fenicios, después por los Romanos, luego vinieron los Árabes, Cristianos, en los años 60 del pasado siglo los madrileños y ahora sus últimos conquistadores son nuestros amigos europeos comunitarios. Así se entenderá porque los payeses mallorquines son tan reacios a abrirse a lo que ellos llaman forester. Aunque también es verdad que una vez que te abren su corazón son la cosa más tierna y amigable que te puedes echar, sobre todo porque son gente que ama, entiende y defiende por encima de todo esta joya de la naturaleza, su tierra. He tardado años, pero ahora uno de mis mejores amigos es un payes mallorquín. Pero a lo que vamos, es muy difícil hacer rutas como las que en Enbicipormadrid nos hacemos los sábados, por eso la mayoría de los ciclistas de la isla son de carretera. Te encuentras muy pocas bicis de montaña, y cuando encuentras alguna que no sean eléctricas dan ganas de pararlos y abrazarlos. Y es que hacer bici de montaña por estas tierras tan abruptas es una auténtica heroicidad, porque si no tienes que poner pie a tierra y subir 150 metros de desnivel arrastrando y/o escalando por las piedras, son los propietarios los que algunas veces te hacen bajarte o directamente te echan de caminos centenarios que pasan por sus propiedades... como no estoy dispuesto a rendirme, a veces pienso que me he convertido en un furtivo del MTB mallorquín...
Como podréis ver en algunas de las imágenes,
estos senderos están llenos de piedras imposibles que hace que en
muchas (demasiadas) ocasiones tenga que poner pie a tierra y acompañar a
mi burrita como hacían los antiguos arrieros. En verano además hace mucho calor, por lo que intento salir a las 07 am y volver antes de las 12-13, después de esa hora se hace imposible por lo que voy haciendo rutas cortas de 25-40km, pero casi siempre con desniveles de más de 1000m. Es tanta la belleza de estas montañas que no desisto de intentar descubrir poco a poco estos atávicos senderos.
Ciclar por senderos te obliga muchas veces a tener que hacer acercamientos previos por carretera y dependiendo de la época puede haber algo de tráfico. Pero si te organizas bien la ruta, no es muy dificil organizar un buen recorrido como el que os propongo ya que, una vez que te metes en un antiguo camino, nada más rodar unos metros, de repente, te sientes abducido por el túnel del tiempo y en unos segundos retrocedes décadas, o siglos enteros. Senderos silentes, conservados como si estuvieran todavía en uso, idílicos parajes de otra época, posesiós (casas de labranza) enormes y esplendorosas, entornos naturales que no han cambiado nada en siglos, con algarrobos y olivos milenarios que han visto caminar todo tipo de gentes, culturas, lenguas y religiones.
Rampas con subidas imposibles que cocinan tu resistencia a fuego lento, muy lento y que, sin embargo, ¡vaya si merecen la pena! Enseguida te das cuenta de que la mayoría de estos caminos son para hacerlos a pie, con animales de herraduras o directamente con el piolé. Por eso hacerlos en bici e montaña a veces es una auténtica heroicidad, y de eso un enbiciado sabe algo…
Por aquí me dicen que estoy loco, que esos caminos son solo para las cabras o para hacerlos a pie en invierno, pero yo sé que no estoy loco, por eso comparto con vosotros estas experiencias.
Camino Viejo a Valldemosa |
Valldemosa |
El proyecto de ruta es invitaros a que algún día vengáis a Es Capdellá en el poniente Mallorquín y hagamos esta maravillosa ruta, por lo que os presento: ¡¡El PUIG DE GALATZO!!
Es el 2º pico más alto de Mallorca (1027 metros), de aspecto imponente, una montaña de aspecto cinematográfico rodeado de bosques antiquísimos y barrancos inaccesibles. Pertenece a 3 municipios distintos: Es Capdellá (donde tendremos la suerte de poder parar), Puigpunyent y Estellencs, en cuya vertiente el pico cae casi en vertical hasta el mar. Veréis de fondo al Galatzo en muchas imágenes y desde muchos puntos de vista distintos. No habiendo rutas ciclables es un reto difícil pero pienso que no imposible.
Como el sentido de Es Capdella a Estellencs (GR221 o Ruta de Pedra en Sec GR221) es extremadamente abrupto y rocoso y con una subida larguísima con cuestas de bastante más del 25-30% de piedras sueltas (la 1ª parte de la subida a Es Clop la he hecho caminando muchas veces con mi amigo Joan), decido intentar el sentido contrario con la esperanza de que de esa manera las partes peores sean en bajada de tal manera que se puedan hacer montado en la bici, por lo que, desde el precioso pueblo de Es Capdella empezaremos subiendo por una preciosa carretera de montaña estrecha y con muy poco tráfico, y que en apenas 2 kilómetros nos introduce de lleno en la maravillosa Sierra de la Tramontana.
Una subida no muy empinada que sin embargo enseguida coge altura y nos ofrece unas vistas impresionantes tanto de la montaña como del litoral, y a los 8 kilómetros llegamos al bello pueblo de Galilea. De allí bajamos a Puigpunyent desde donde volveremos a subir por una carretera de montaña, con muy poco tráfico también, que nos llevará al Coll es Grau, desde por fin cogeremos nuestro primer tramo de tierra, que ya no abandonaremos hasta el final de la ruta.
Nos adentraremos en una finca privada hasta llegar a la conexión con el Camí Vell de Estellencs un antiguo camino de herradura del que me hablaron maravillas, por lo tanto este primer camino guarda derecho de paso. Por este motivo
aunque hay carteles que indican la privacidad del lugar la cancela se
mantiene siempre abierta (algo que consiguieron los grupos ecologistas
de la isla después de mucho litigar con los dueños y el Govern Balear). Este camino nos adentrará por el magnífico Bosc de Sa Coma. Una vez dentro nos empezaremos a encontrar estas maravillas solo apto para montar con bicis de doble amortiguación o para personas muy hábiles con las rígidas:
Un camino construido hace cientos de años por gentes muy especiales conocedores de los secretos más insondables de la montaña. Las mismas personas que los mantuvieron y arreglaron a lo largo de los siglos con técnicas ancestrales de talla y colocación de la piedra en seco ¿qué historias y personajes habrán transitados por ellos?... y viendo estas dos fotos de aquí arriba ¿porqué hacer dos muros tan gordos, uno a escasos metros del lado de otro? ¿quizás para canalizar las aguas en las feroces y ruidosas tormentas de la Tramuntana?... a pocos kilómetros de allí, en las laderas de Deiá, durante una tormenta de verano cómo una canalización en piedra de una torrentera que siempre había visto seca, pude ver cómo en cuestión de minutos aumentaba el brutal flujo del agua, y de repente, esta construcción rupestre se activaba y tomaba vida como si fuera el entramado mecánico de un reloj antiguo, demostrando que mediante un conocimiento ancestral de esta orografía salvaje, el ingenio del hombre era capaz de dominar por un momento las fuerzas incontroladas de la naturaleza mediante el desarrollo de una ingeniería rupestre construidas siempre en seco, lo que ha permitido construir estos infinitos y maravillosos huertos-jardínes. Pero esta construcción que veis no era igual. ¿Quizás son los lindes de dos posesiós?... Mira que he preguntado a varios Payeses y ninguno me ha sabido contestar. Seguiré preguntando y al final espero conseguir desvelar su misterio... Mientras cavilo estos pensamientos continúo por el camí vell entre bancales, olivos, encinas y algarrobos...
Muros de piedra paralelos en las postrimerías del Bosc de Sa Coma |
...una orografía salvaje domesticada poco a poco a lo largo de siglos, un colosal esfuerzo para mover ingentes cantidades de tierra y piedra tallada para ubicar apenas un olivo, un algarrobo, un almendro, una encina, (todos árboles que encontramos sirven para alimentar a las personas o animales), un precioso entorno natural sostenible con lindes, pasos extraños (quizás cercados? puertas?), geometrías inexplicables que solo pueden responder a usos ancestrales que todavía se me escapan...
A lo largo del camino encontraremos restos de construcciones circulares como este enorme y vacío horno de cal, como todo lo de por aquí también hecho en piedra, más adelante os hablaré de ellos...
Durante el recorrido no hay muchas fuentes, pero hay un método ancestral que tanto humanos como las cabras seguimos utilizando, solo hay que conseguir arrancar los tallos centrales del palmito y chupar la parte más tierna. El palmito es una planta autóctona muy extendida en la montaña. Hay que tener mucho cuidado de no pincharse porque para llegar al centro de la planta hay que apartar con sumo cuidado los pinchos de las hojas y arrancarlas con fuerza. Son difíciles de extraer y si te pinchas estas heridas pueden llegar a infectarse y ser dolorosas.
Seguimos ascendiendo y descendiendo entre y barrancos inaccesibles hasta que el camino nos conduce a esta maravilla de bosque de encinas y madroños, estamos a más de 650 metros y la especial ubicación de este bosque lo hace único en la isla. Nunca había estado en un bosque tan asalvajado como este en el que se hace evidente que la mano del hombre no la ha tocado desde hace lustros, los árboles no son muy altos pero sí es muy frondoso y con una luz muy tenue, casi como un hayedo una selva silenciosa y oscura.
De repente una luz horizontal nos atrae la atención, hemos llegamos a Es Pas, donde volveremos a experimentar una experiencia fenomenológica inolvidable. Es un paso en medio de un larguísimo muro de piedra que marca la linde de los municipios de Puigpunient y Estellencs. Con solo atravesar esa pequeña puerta, en solo un instante de luz, pasamos del sombrío Bosc de Sa Coma a darnos cuenta que estamos en lo alto de la montaña rodeados de precipicios y lejanos horizontes. Por fin podemos ver el pueblo de Estellencs y la inmensidad del mar de tramontana! todo desde un balcón natural extraordinario. La vista nos indica que comienza una vertiginosa bajada. Podremos elegir entre pasar a visitar el pueblo de Estellencs o esquivarlo por senderos alternativos. Su cala y su mar son espectaculares por lo que bien podrían merecer un refrescante baño de mar.
Una vez que hemos descendido a unos 250 metros, de nuevo una fuerte subida nos lleva hasta un collado en Sa Coma, en plena serra des Pinotells. Aquí echaremos una última mirada a las sobrecogedoras vistas que nos ofrecen las escarpadísimas laderas de las montañas donde se ubica Estellencs, y llaneando por unas pocas decenas de metros nos encontramos el refugi de Sa Coma d'en Vidal, restaurado en 2016 y con capacidad para 22 plazas (la gestión de reservas y las llaves se recogen en las dependencias de la Unidad de Refugios del Departamento de Medio Ambiente. Teléfono de reservas 971 17 37 00/31).
Nos toca de nuevo ascender por una empinada cuesta y fatigosamente llegaremos a La Mola de s'Esclop, una gran y redondeada extensión que se alza entre el mar y el Puig de Galatzó y que tradicionalmente los payeses utilizaron como pastos y como campos donde poder cultivar en tan pedregoso lugar. En este paraje llamado Sa coma d’en Vidal encontramos otro muro que marca de nuevo el límite entre municipios, esta vez entre Estellencs y la pedanía de Es Cap Dellá, donde se ubica la finca Galatzo (hoy de propiedad pública).
A partir de aquí una impresionante y dificilísima bajada pondrá al límite nuestras habilidades técnicas y nos hará poner pie a tierra en innumerables ocasiones, será
necesario tener mucha precaución porque algunas partes superan con
creces los 25/30/40º de desnivel con mucha piedra suelta, por lo que o
eres un experto trialero o muy fácilmente puedas caerte, así que es imprescindible prestar mucha atención y no emocionarse en exceso.
Emocionante, esa es la sensación que nos invade esta, peligrosa y bellísima bajada de unos 2 km. Una vez pasado el vértigo de la bajada, el final de etapa resulta mucho más placentero, los últimos 5 km son un falso llano descendente por un camino muy ancho y agradable que pasa por un bello desfiladero pedregoso que nos hará recordar la luz mediterránea de los bellísimos paisajes de Carlos de Haes, pintor del XIX (según mi opinión un protoimpresionista poco conocido). Pasaremos por Ses Sinies, donde encontraremos construcciones restauradas de antiguos hornos de cal y carbón, y si nos fijamos bien podremos encontrar un auténtico yacimiento arqueológico de la edad de Bronce, lo que nos indica que este territorio ha sido y sigue siendo un auténtico paraíso natural que ha albergado por milenios asentamientos humanos.
Forn de cal de Na Llaneres |
Una vez visitados los vestigios antropológicos y arqueológicos rápidamente llegaremos a ses cases de Galatzo y nos toparemos con el impresionante Palacio de Galatzó de una autentica joya de la arquitectura tardo-renacentista mallorquina. La Finca Galatzo en su momento fue una de las posesió más grande de toda Mallorca, por lo que merece la pena hacer una parada para visitar este majestuoso palacio de uso agrario que cuenta con una clastra, capilla, unos jardines construidos en el XIX y una enorme y centenaria tafona en la que se elaboraba tradicionalmente el maravilloso aceite Mallorquín.
Ya en el final del recorrido, cansados pero extasiados por las innumerables experiencias que ofrece la ruta pasaremos por varias puertas que dan acceso a la posesió y solo nos quedará apenas un kilómetro y medio hasta llegar al pueblo de Es Capdella, donde podremos reponernos con la sabrosísima comida mallorquina.
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