Fuente: madridciclista.org
Las mujeres de Madrid Ciclista estamos muy indignadas con un artículo de El País firmado por Miguel Ángel Medina. Queremos explicar por qué noticias como esta son las que aumentan aún más la brecha de género en el uso de la bici. Brecha que, aunque existe, es un asunto bastante más complejo que la frase «necesitamos carriles bici».
Sin embargo, estos son los datos que tenemos en España: en 2017, en ciudades con red de carriles bici «protegidos», como Sevilla y Barcelona, el porcentaje de mujeres que utilizan la bicicleta ronda el 30%, igual que indica el barómetro de la bicicleta a nivel estatal.
Dado que a las integrantes de Madrid Ciclista nos influye directamente como mujeres y más aún como mujeres ciclistas, vamos a desarrollar las posibles causas más allá del simplismo de la necesidad de infraestructura segregada.
1. Según el barómetro de la bicicleta, un 18,58% de mujeres no sabe montar en bici, frente a un 3,95% de hombres. Es decir, el acceso a la posibilidad de utilizarla como medio de transporte está sesgado desde el momento en que muchas mujeres ni siquiera han aprendido. Y eso sin contar las mujeres que sí saben pero llevan tanto tiempo sin hacerlo que no se sienten seguras. Mientras que la gran mayoría de los hombres ni siquiera se plantea que no puedan, aunque lleven 20 años sin haber pedaleado. Eso nos lleva a otra posible causa.
2. La (auto)percepción. En un estudio de UK, ante la pregunta “¿Por qué no vas al trabajo en bici?” un 25% de mujeres decía no estar en forma, frente a un 13% de hombres. ¿Están los británicos más en forma que las británicas? Dudoso, pero las mujeres se perciben en peor forma. Por otro lado, un 41% de mujeres mencionaba la seguridad como motivo. En cambio, solo un 25% de los hombres lo percibía así. ¿Son las calles más inseguras para nosotras? No debería y, si es así, ¿por qué? ¿Es cuestión de segregar el espacio público o de hacerlo inclusivo?
3. Los desplazamientos en ciudad. Los hombres suelen ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, mientras que las mujeres más habitualmente vamos de casa al colegio, del colegio al trabajo, del trabajo a la compra, luego al colegio de nuevo y después (por fin) a casa. Las mujeres nos responsabilizamos en mayor medida que el hombre del cuidado de los hijos y de las tareas del hogar. Es decir, los hombres realizan trayectos pendulares, mientras que las mujeres realizamos trayectos múltiples. Cabe preguntarse por qué (nos tememos que va más allá de la problemática de la infraestructura segregada) y si el medio de transporte ideal para eso es la bicicleta.
Si nos fijamos en Madrid, los datos de la encuesta de movilidad de la Comunidad de Madrid dicen que las mujeres somos mayoría en el transporte público, sobre todo en el autobús. De hecho, no entendemos por qué no se hacen autobuses para ellos, algo habrá que hacer con esa brecha de género.
4. Educación. Cada vez hay más conciencia en que hay que educar en igualdad y se ponen más medios en ello. Sin embargo, es algo que hay que revisar constantemente, dado que hay muchos factores que influyen. ¿Reciben los niños los mismos mensajes implícitos que las niñas?
Si ponemos el foco en la publicidad o los productos disponibles, cabe mencionar a cierta cadena de material de deporte cuyas bicis de niño suelen ser deportivas, con colores fuertes, mientras que las de las niñas presentan sillitas para bebé y colores pastel. ¿Cómo influye eso?
No podemos pasar la oportunidad también de enseñaros uno de nuestros anuncios «favoritos» de bicis. No hace tanto de ello, es de 2017. Desde luego da que pensar en cómo la publicidad puede instaurar ciertas ideas en cuanto a género en el imaginario de los peques.
5. Micromachismos. El propio titular del artículo de El País es uno de ellos. No es casualidad que el periodista aproveche para resaltarlo, ya que lo ha dicho una mujer. Resulta muy conveniente que sea una de nosotras la que se apropie del mensaje de que necesitamos un cuidado especial. En general, la escasa presencia de mujeres en el mundo de la bici, tanto en el activismo como a nivel institucional, tiene como consecuencia que se hable en nuestro nombre, amparados siempre en valores anticuados. Esto entronca con otra posible causa.
6. El paternalismo, que subyace de manera implícita en gran parte de las medidas que, con supuestas buenas intenciones, continúan relegando a la mujer a los clásicos roles de género. Diciéndonos que no somos capaces y que necesitamos ayuda continúan negándonos el espacio público.
En conclusión, las mujeres de Madrid Ciclista apostamos por la autonomía y el respeto a la mujer, tanto como mujeres como ciclistas. Y sin ir más lejos, según conteos realizados por la asociación, la distribución espacial por género de las bicis que circulan en Madrid es similar.
Mujer, tú que nos lees: eres capaz, eres válida, lucha para cambiar el espacio público y los roles clásicos de genero desde la raíz, no segregando el espacio ni aceptando sin revisarlos planteamientos paternalistas que nos niegan la participación completa.
Recuerda que circular en bicicleta es mucho más seguro de lo que te han hecho creer hasta ahora. Requiere cierto entrenamiento, solo eso. Que no te vendan ideas simplistas acerca de lo que necesitas o no. Dale una vuelta.
Como corolario, comentar que todo lo anterior no quiere decir que no haya que cambiar muchos aspectos en la ciudad. Sin ir más lejos, la ocupación del espacio público por parte del coche es un problema enorme y estamos cansadas de que nos utilicen de excusa para evitar abordarlo de frente.
Aquí tenéis el artículo completo. Es una pena dar difusión a un periodista que en numerosas ocasiones nos ha tildado de violentas, pero tenéis derecho a leer el despropósito por vosotras mismas. Y aquí tenéis el hilo de Twitter en el que hemos basado el presente artículo.
Las mujeres de Madrid Ciclista estamos muy indignadas con un artículo de El País firmado por Miguel Ángel Medina. Queremos explicar por qué noticias como esta son las que aumentan aún más la brecha de género en el uso de la bici. Brecha que, aunque existe, es un asunto bastante más complejo que la frase «necesitamos carriles bici».
Sin embargo, estos son los datos que tenemos en España: en 2017, en ciudades con red de carriles bici «protegidos», como Sevilla y Barcelona, el porcentaje de mujeres que utilizan la bicicleta ronda el 30%, igual que indica el barómetro de la bicicleta a nivel estatal.
Dado que a las integrantes de Madrid Ciclista nos influye directamente como mujeres y más aún como mujeres ciclistas, vamos a desarrollar las posibles causas más allá del simplismo de la necesidad de infraestructura segregada.
1. Según el barómetro de la bicicleta, un 18,58% de mujeres no sabe montar en bici, frente a un 3,95% de hombres. Es decir, el acceso a la posibilidad de utilizarla como medio de transporte está sesgado desde el momento en que muchas mujeres ni siquiera han aprendido. Y eso sin contar las mujeres que sí saben pero llevan tanto tiempo sin hacerlo que no se sienten seguras. Mientras que la gran mayoría de los hombres ni siquiera se plantea que no puedan, aunque lleven 20 años sin haber pedaleado. Eso nos lleva a otra posible causa.
2. La (auto)percepción. En un estudio de UK, ante la pregunta “¿Por qué no vas al trabajo en bici?” un 25% de mujeres decía no estar en forma, frente a un 13% de hombres. ¿Están los británicos más en forma que las británicas? Dudoso, pero las mujeres se perciben en peor forma. Por otro lado, un 41% de mujeres mencionaba la seguridad como motivo. En cambio, solo un 25% de los hombres lo percibía así. ¿Son las calles más inseguras para nosotras? No debería y, si es así, ¿por qué? ¿Es cuestión de segregar el espacio público o de hacerlo inclusivo?
3. Los desplazamientos en ciudad. Los hombres suelen ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, mientras que las mujeres más habitualmente vamos de casa al colegio, del colegio al trabajo, del trabajo a la compra, luego al colegio de nuevo y después (por fin) a casa. Las mujeres nos responsabilizamos en mayor medida que el hombre del cuidado de los hijos y de las tareas del hogar. Es decir, los hombres realizan trayectos pendulares, mientras que las mujeres realizamos trayectos múltiples. Cabe preguntarse por qué (nos tememos que va más allá de la problemática de la infraestructura segregada) y si el medio de transporte ideal para eso es la bicicleta.
Si nos fijamos en Madrid, los datos de la encuesta de movilidad de la Comunidad de Madrid dicen que las mujeres somos mayoría en el transporte público, sobre todo en el autobús. De hecho, no entendemos por qué no se hacen autobuses para ellos, algo habrá que hacer con esa brecha de género.
4. Educación. Cada vez hay más conciencia en que hay que educar en igualdad y se ponen más medios en ello. Sin embargo, es algo que hay que revisar constantemente, dado que hay muchos factores que influyen. ¿Reciben los niños los mismos mensajes implícitos que las niñas?
Si ponemos el foco en la publicidad o los productos disponibles, cabe mencionar a cierta cadena de material de deporte cuyas bicis de niño suelen ser deportivas, con colores fuertes, mientras que las de las niñas presentan sillitas para bebé y colores pastel. ¿Cómo influye eso?
No podemos pasar la oportunidad también de enseñaros uno de nuestros anuncios «favoritos» de bicis. No hace tanto de ello, es de 2017. Desde luego da que pensar en cómo la publicidad puede instaurar ciertas ideas en cuanto a género en el imaginario de los peques.
5. Micromachismos. El propio titular del artículo de El País es uno de ellos. No es casualidad que el periodista aproveche para resaltarlo, ya que lo ha dicho una mujer. Resulta muy conveniente que sea una de nosotras la que se apropie del mensaje de que necesitamos un cuidado especial. En general, la escasa presencia de mujeres en el mundo de la bici, tanto en el activismo como a nivel institucional, tiene como consecuencia que se hable en nuestro nombre, amparados siempre en valores anticuados. Esto entronca con otra posible causa.
6. El paternalismo, que subyace de manera implícita en gran parte de las medidas que, con supuestas buenas intenciones, continúan relegando a la mujer a los clásicos roles de género. Diciéndonos que no somos capaces y que necesitamos ayuda continúan negándonos el espacio público.
En conclusión, las mujeres de Madrid Ciclista apostamos por la autonomía y el respeto a la mujer, tanto como mujeres como ciclistas. Y sin ir más lejos, según conteos realizados por la asociación, la distribución espacial por género de las bicis que circulan en Madrid es similar.
Mujer, tú que nos lees: eres capaz, eres válida, lucha para cambiar el espacio público y los roles clásicos de genero desde la raíz, no segregando el espacio ni aceptando sin revisarlos planteamientos paternalistas que nos niegan la participación completa.
Recuerda que circular en bicicleta es mucho más seguro de lo que te han hecho creer hasta ahora. Requiere cierto entrenamiento, solo eso. Que no te vendan ideas simplistas acerca de lo que necesitas o no. Dale una vuelta.
Como corolario, comentar que todo lo anterior no quiere decir que no haya que cambiar muchos aspectos en la ciudad. Sin ir más lejos, la ocupación del espacio público por parte del coche es un problema enorme y estamos cansadas de que nos utilicen de excusa para evitar abordarlo de frente.
Aquí tenéis el artículo completo. Es una pena dar difusión a un periodista que en numerosas ocasiones nos ha tildado de violentas, pero tenéis derecho a leer el despropósito por vosotras mismas. Y aquí tenéis el hilo de Twitter en el que hemos basado el presente artículo.
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