A veces imaginar una vida sin coche es tan simple como vivir sin coche
Publicado en Fastcoexist.comTraducción de Anónimez
La estrecha calle de Gante ante la casa de Steven Clays's normalmente está llena de coches aparcados y atestada tráfico. Pero durante casi todo el verano se ha convertido en un parque improvisado. En en la antigua calzada,- ahora cubierta con césped de plástico y macetas- Los vecinos se sientan en merenderos y beben cerveza mientras los niños juegan alrededor. Las zonas de aparcamiento se conviertierten en bares improvisados.
Esta calle es una de las 22 de Gante que se han convertido en "Calles Vivas" durante 10 semanas que comenzaron a finales de mayo. El proyecto empezó hace 3 años. cuando la ciudad de Gante le pidió aun grupo de ciudadanos que imaginase un futuro sostenible para la ciudad. Su visión consistió en una red de zonas sin coches construidas alrededor de plazas, unidas por vías rápidas ciclistas, transporte público y las calles tomadas por los vecinos.
"Nos dimos cuenta de que una visión sola no cambiaría el mundo" dicen Dries Gysels y Pieter Deschamps del Laboratirio de Troya, un laboratorio creativo de soluciones urbanas. Para hacer acaecer nuestra visión, realizamos experimentos concretos. como las 'Leefstraten,' las calles vivas, e intentamos hacer visibles hoy nuestros sueños para la ciudad el futuro.
El experimento de las calles vivas comenzó en 2013, guiado por el laboratorio de Troya y se hace más grande cada verano gracias a que vecinos como Clays son voluntarios para planear y gestionar los parques instalados frente a sus casas. "La principal razón por la que lo quisimos era la situación del tráfico en nuestra calle," dice Clays. "Es un barrio residencial pero hay muchos coches rápidos. Hemos pedido al ayuntamiento alguna iniciativa al respecto, pero sin resultado."
También resolvió la necesidad de más espacio público en la zona. "La calzada une parquecillos, así que la calle se convirtió en un gigantesco parque." dice. Los vecinos se veían más. Había más oportunidades para interactuar, para conversar, para comer juntos y ese tipo de cosas".
Fue algo parecido a una verbena de barrio sin fin, que causó incluso que algún vecino se quejase del ruido a altas horas de la noche. Pero Clays dice que el grupo de adaptó rápidamente para resolver los problemas, y el proceso acabo con un vecindario mucho más unido que antes. "Crear una calle viva es una gran oportunidad de reforzar la cohesión social" dicen Gysels y Deschamps. "El hecho de poder usar las calles como parques conduce a contactos más intensos que frecuentemente se convierten en el comienzo de historias bonitas e interesantes. Crean contactos que perviven más allá del periodo de dos meses".
El experimento les dio a los vecinos la oportunidad de ver cómo sería la vida sin coches. Mientras que algunos dejaban el coche cerca, otros intencionadamente lo dejaba lejos de su alcance, al otro lado de las carreteras principales que rodean el centro de Gante. "Ellos se comprometieron a no usar el coche durante dos meses—un pequeño experimento sobre movilidad bastante interesante" dice Clays, que no tiene coche. "Todavía no sabemos los efectos del experimento, pero creo que podría despertar la conciencia a mucha gente sobre el hecho de que no necesitan el coche tanto como creen."
"Una de las principales preguntas estratégicas de este experimento era ¿como podemos organizar nuestra vida diaria sin usar el coche tanto como hacemos ahora?" dicen Gysels y Deschamps. " Si podemos, se necesitarán menos coches y podremos alejarlos para recuperar el espacio de aparcamiento y convertirlo en un lugar más habitable- con toboganes, pistas de petanca, bares y merenderos- Los habitantes buscarán lugares alternativos para dejar sus coches".
El experimento se diseñó para buscar apoyos para conseguir calles sin coches de forma permanente, pero es un proceso lento. "Esto era sólo una prueba y básicamente hemos visto que funciona muy bien" dice Clays.
Esto produjo algunos cambios inmediatos en el espacio público de la calle de Clays. "la hierba artificial atrajo a pequeños jugadores de fútbol de varios barrios," dice. " Primero 10 personas, luego, después era como el campo de fútbol de Gante." Tras el comienzo de las quejas, se dieron cuenta de que podían poner césped artificial en un campo de fútbol de hormigón que había a la vuelta de la esquina. Y a pesar de que el resto del proyecto se ha desmontado, el nuevo campo permanece.
"Cuando haces algo como esto no puede predecir todos los efectos," dice. "Lo interesante del experimento es que si es capaz de hacerte reaccionar a los cambios que produce, es útil". Casi ningún parque de por aquí está diseñado para jugar al fútbol. Esto es lo que ha cambiado para bien con esto."
Este tipo de experimento se está volviendo cada vez más común. En Corea del Sur el festival de la ecomovilidad llegó más allá, quitando los coches de todo un barrio. Lo mismo sucederá en un barrio de Johanesburgo, Sudáfrica este otoño. "Las ciudades son los laboratorios del futuro" dicen Deschamps y Gysels. "Recomendamos a las ciudades formar grupos de trabajo temporales de gente comprometida-los precursores de la sociedad- que pueda desafiar e inspirar a todos los ciudadanos"
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