Soy rider de plataformas. Desde que el gobierno ha declarado el estado de alarma he suspendido mi actividad de entregas a domicilio de comidas para restaurantes porque no puedo garantizar las condiciones sanitarias para no contagiarme ni contagiar a otras personas.
Muchos repartidores no pueden cesar en su actividad porque no disponen de ahorros para sobrevivir. Son trabajadores que nunca han sido reconocidos por las plataformas, cuando las cosas iban bien. Considerados como Autónomos, a pesar de que los tribunales superiores de justicia los han calificado como Relaciones Laborales, y ahora se encuentran en situación de vulnerabilidad en las calles, sin más medidas de protección ante el virus que las que pueda conseguir cualquier particular, arriesgando la salud para satisfacer necesidades no esenciales, como por ejemplo llevar dos burritos o una caja de sushi a gente que se queda en casa.
Muchos repartidores no pueden cesar en su actividad porque no disponen de ahorros para sobrevivir. Son trabajadores que nunca han sido reconocidos por las plataformas, cuando las cosas iban bien. Considerados como Autónomos, a pesar de que los tribunales superiores de justicia los han calificado como Relaciones Laborales, y ahora se encuentran en situación de vulnerabilidad en las calles, sin más medidas de protección ante el virus que las que pueda conseguir cualquier particular, arriesgando la salud para satisfacer necesidades no esenciales, como por ejemplo llevar dos burritos o una caja de sushi a gente que se queda en casa.