(o de los peligros que acechan a un ciclista urbano)
Por Juanítez
Desde hace poco más de un año vengo colaborando con los redactores de este blog como guía voluntario de los BiciFindes. Sin duda alguna, lo de poder enseñar a circular con seguridad por la calzada a futuros ciclistas urbanos es una experiencia de lo más reconfortante pero, para qué os voy a engañar, carente de aventura, riesgo y emociones o, al menos, no tantas como las que me deparó el episodio que a continuación os voy relatar.
Ayer al mediodía, y tras candar en una valla de la calle de Alcalá mi desvencijada bici –que es bien chula pero tiene el manillar torcido, una rueda cimbreante, la potencia desviada y el sillín literalmente destrozado-, aparecieron varios efectivos del SELUR y comenzaron a descargar lo que parecía ser una gran acacia desguazada cuyos grandes troncos y ramas se ocuparon de repartir cuidadosamente por la acera y la calzada, especialmente alrededor de mi bicicleta, además de regar toda la superficie con cantidades ingentes de serrín. Vamos, que lo pusieron todo perdido en un santiamén.
Pero no queda ahí la cosa, no, porque acto seguido aparecieron varias dotaciones del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Municipal de Madrid que debían estar muy enfadados por haberse quedado sin paga de Navidad, porque precintaron la zona y, aunque os parezca increíble, la emprendieron con mi bicicleta y no se les ocurrió otra cosa que cargar sobre ella un pedazo de tronco que vendría a pesar más o menos lo que pesa un ciclista urbano con sobrepeso al uso.
Como veían que no se caía fueron a llamar a otros bomberos, tralarí, tralará, y decidieron agregarle más peso con un extraño artilugio de última generación; algo así –para que os hagáis una idea- como una motosierra que en vez de destrozar regenera milagrosamente cualquier objeto que toque. Me quedé atónito al ver cómo el tronco duplicaba su longitud y volumen, y horrorizado al comprobar que mi ya maltrecha bici se hundía cada vez más y más bajo el peso de aquel árbol.
Yo no salía de mi asombro, y ni articular palabra podía, pero los bomberos parecían cada vez más entusiasmados con su trabajo. Cómo sería, que decidieron agregar al tronco una tupida masa de ramas y hojas para darle color al asunto (aquello sí que era un arreglo bici-floral y no los que se gasta mi amigo Baldo), hasta el extremo en que la llanta de la rueda delantera de mi bici terminó golpeando directamente contra el suelo, y la cubierta a punto de reventar.
En ese momento los bomberos recogieron sus herramientas, se subieron a sus camiones y abandonaron la escena del crimen con las sirenas al viento, probablemente a causar más destrozos por la ciudad. Qué desolación, amigos míos.
No podía seguir soportando la visión de mi bici aplastada bajo toneladas de masa vegetal, así que me di la vuelta, subí a mi oficina con el rostro desencajado y me dirigí a mi cubículo dispuesto a concentrarme en el trabajo y olvidar lo sucedido cuando, de repente, una compañera me avisó para contarme que el tronco que reposaba sobre mi bicicleta se había elevado como por arte de magia para terminar adherido a la falsa acacia que lleva años plantada junto al quiosco de tabacos.
Increíble, ¿verdad? Pues eso no es nada, majos, porque al bajar de nuevo a la calle contemplé maravillado cómo el sillín, el manillar, la potencia, la rueda y la bici en general presentaban un aspecto impecable y reluciente. Aquellos bomberos no sólo habían comprobado que una bicicleta puede soportar el peso de un árbol, sino que repararon la mía en un pispás utilizando una falsa acacia y una asombrosa sierra reconstructora de objetos.
(imágenes de Marta Mérida y Juan Gª Alberdi)
Vamos, que no tenía otro sitio dónde caer el arbolito que encima de tu bici. Ya es mala suerte. Al menos tienes la fortuna que te pilló en la oficina y no aparcando la bici ;-)
ResponderEliminarEsperemos que el Ayuntamiento no ponga muchas pegas y corra con los gastos de reparación de tu bici. Ya nos mantendrás informados.
Vaya mala suerte. Juega esta Navidad a la lotería que te toca fijo :)
ResponderEliminarUna pena.lo de tu bici, que no se olviden de pagarte los arreglos!
vaya rallada al leerlo, auténtico memento xD
ResponderEliminar¿Qué se puede esperar de un país como este de risa?
ResponderEliminarEn fin, espero que no sean unos cabrones en esta ocasión y te paguen los destrozos.
Suerte
Eso, nada mejor tiene el contribuyente que pagar que las consecuencias de un aparcamiento irresponsable (si es que las habido, pues no he llegado a entender el artículo).
ResponderEliminarSeguro que los bomberos hicieron su trabajo todo lo mejor que pudieron, al igual que tratamos de hacerlo el resto.
ResponderEliminarEs que a quien se le ocurre dejar una bici al lado de una acacia!xD
ResponderEliminarArcimboldo, hay que saber leer del derecho y del revés,y tomarse las cosas con un poco de humor. ;-)
ResponderEliminarhttp://youtu.be/wz7atYqluyY
El contribuyente lo que paga es un seguro de responsabilidad que se encarga de estas cosas. El seguro se paga sí o sí, está precisamente para cubrir accidentes como estos. Y el aparcamiento por qué es irresponsable?
ResponderEliminar"no se les ocurrió otra cosa que cargar sobre ella un pedazo de tronco
ResponderEliminarque vendría a pesar más o menos lo que pesa un ciclista urbano con
sobrepeso al uso."
Si esto es cierto, es para cabrearse. Cargar a propósito un árbol sobre una bicicleta me resulta esperpéntico, hipnótico e increíble...pero si dices que así fue, merecen mi reproche los bomberos. Ya te digo que dudo que lo hicieran a propósito...porque me parece rarísimo...pero bueno, de todo hay.
"...se subieron a sus camiones y abandonaron la escena del crimen con las
sirenas al viento, probablemente a causar más destrozos por la ciudad."
Bueno, ahí te has sobrado un poco, Juanitez. Tenemos fama de romper las cosas, pero a veces hay que romper sí o sí...y no te voy a negar que a veces, algún bombero inepto, se pasa rompiendo más de la cuenta, pero también los hay que tenemos sumo cuidado con lo que hacemos y tratamos de romper lo menos posible. Sólo aquello indispensable para atender un siniestro de forma eficaz. A veces no queda más cojones que romper...pero de ahí a decir que nos dirijimos a causar más destrozos por la ciudad...en fin.
De todos modos, entiendo tu enfado por el destrozo de la bici y -vuelvo a repetir- si hicieron lo que dices, denúncialo, ya que tienes las fotos. A cada uno lo que le toca..y si hay que sacarles los colores a los bomberos, se les saca. Desde luego, estoy que no salgo de mi asombro, porque me cuesta imaginar que hayan puesto encima de tu bici y a propósito, ese tronco de árbol.
De todo hay...
Joroba.... esto es como explicar un chiste, pero allá voy: el relato ha de comprenderse de atrás p'alante. Quizás me excedí con el ejercicio de estilo (recomiendo la lectura de "La flecha del tiempo", de Martin Amis) y pido disculpas por ello, pero vamos, que esto parece "El mundo today". Ya sólo falta que alguien postee aquello de "habéis perdido un lector".
ResponderEliminarMe sonaba raro según lo iba leyendo...pero no me detuve a encajar las piezas. Después de ver el vídeo de Aalto, caí.
ResponderEliminarEl mundo está al revés, pero no estamos acostumbrados a leerlo al revés.
¡Qué le vamos a hacer, Juanitez...!
El que es bruto, es bruto...
Venga, un abrazo y disculpa no haber entendido el chiste.
Yo he picado, grrrr.
ResponderEliminarMe estoy haciendo mayor...o nunca fui listo, que también puede ser.
Resulta que no le encontraba sentido al texto...pero leí de corrido y sin fijarme. Mira que es guasón Juanitez...e inteligente, desde luego.
Sublime!
ResponderEliminarEso te pasa por no usar un candado en U :-p
ResponderEliminarNada, nada, esto es una cuestión de honor. No se me ocurre otra forma de resolverla más que con unas cañas y... pelillos a la mar :)
ResponderEliminarEl artículo esta divertido pero aunque os fastidie... me he reido mucho más con algunos comentarios. Tenéis que abrir un poco la mente!!!
ResponderEliminarPelillos a la mar...mmmm, ¿qué clase de tapa es esa? ¿Se parece a las patatas bravas?
ResponderEliminarEn fin Victor, el cazador cazado XD
ResponderEliminarY el video que apunta Aalto... espectacular
qué bueno!
El comentario, visto ya con algo de perspectiva, es delicioso.
ResponderEliminar;-)
Desde luego, te has recreado escribiéndolo.
ResponderEliminarQué bueno!
Jejejeje, gracias, Baldo.
ResponderEliminarSupongo que es "delicioso" por la candidez y la inocencia algo ineptas que he demostrado al picar con tanta alegría y atrevimiento.
Bueno, de eso se trata. Creo que si nadie picara con estas cosas, no tendría sentido montarlas de ese modo, al revés. Todos nos necesitamos... ;)
Habéis perdido un lector.
ResponderEliminar... Y habeis ganado un troncomóvil
ResponderEliminarLa leche Juanitez, qué bueno!
ResponderEliminarMe he hecho un nudo en el cerebro en la primera lectura. A mí me han ayudado las fotos :) :) :)
Bueno, pero no le falta razón, la bici no estaba en un aparcamiento de bicicletas, así q no se si tiene derecho a que el ayuntamiento le pague el arreglo. En cualquier caso, vaya historia, la foto de la pedazo de rama de acacia sobre la bici es alucinante.
ResponderEliminarMe alegro de que te lo tomes con humor y espero que te paguen los arreglos de la bici (habría que ver casos parecidos en coches y motos a ver si han pagado los desperfectos o no). Por cierto, alguien tiene estadísticas de caídas de árboles, porque este año no hago más que verlas (puede ser también que salgo más a la calle?) ;)
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