Un periodista roba su propia bici cuatro veces, en Vitoria, a plena luz del día, serrando el candado que la protege
Escrito por Jokin Elizaran para elcorreo.com
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Los robos de bicicletas en la capital alavesa no cesan porque los 'cacos' nunca descansan. Tristemente a la orden del día, las sustracciones de vehículos de dos ruedas superaron las 1.600 el último año y el goteo de denuncias en la comisaría de Aguirrelanda aumenta a diario. Se desconoce dónde acaban las bicis, ni qué hacen los ladrones con ellas, pero las constantes desapariciones cabrean a los ciclistas de Vitoria. No es extraño, por tanto, que un vídeo del cineasta Casey Neistat que recorrió el mundo hace escasas semanas, calara tan hondo en la ciudad. En él, el joven 'robaba' su propia bicicleta en el centro de Nueva York sin disimulo alguno y a plena del día, incluso delante de la Policía. La tesis que quería demostrar era, tal y como reconoció al New York Times, que hacerse con un vehículo a pedales y salir impune del delito «es extremadamente sencillo» en la ciudad que nunca duerme. ¿Será un 'estudio' extrapolable?
Vitoria no es la Gran Manzana. Pero El Correo decidió el viernes elaborar la versión alavesa del experimento y comprobar cuál era el desenlace de cinco falsos intentos de hurto -una cifra cercana a la media de notificaciones que la Policía Municipal registra cada día en Aguirrelanda- en el centro y en un barrio desde las 11.30 hasta las 13.00 horas. Con la única ayuda de un serrucho, una bicicleta propiedad del periodista y cinco candados de espiral -el modelo más utilizado por los vitorianos, según un reciente estudio de Bizikleteroak-. El resultado... ni tanto ni tan poco. El 'botín' final se cifró en tres bicis, 'mangadas' en pleno casco urbano. Durante el cuarto intento apareció una patrulla de la Policía Local y el quinto 'robo' tampoco pudo perpetrarse, ya que tres ciudadanos detuvieron al falso 'caco'.