En Bici por Madrid se adhiere al borrador de carta, que busca consenso y es modificable

Carta consensuada para ser enviada a la DGT debido a que consideramos que ciertas sensibilidades ciclistas no están siendo debidamente representadas por la Mesa Nacional de la Bici en el grupo de trabajo GT-44.
Muy Sr. Nuestro:
Tenemos el gusto de dirigirnos a Usted en referencia al borrador que han remitido a la coordinadora Conbici y que ésta ha colgado en su página web (http://www.conbici.org/joomla/index.php?option=com_content&view=article&id=1123:texto-completo-del-borrador-del-rgc&catid=43) con el texto completo de la propuesta de reforma del Reglamento General de Circulación.
Quien tiene el gusto de dirigirse a Usted mediante este escrito es un grupo numeroso de ciclistas, asociaciones ciclistas y colectivos de usuarios de la bici que no nos encontramos debidamente representados ni por la Mesa Nacional de la Bicicleta, ni por las propuestas que han realizado a la DGT. Entendemos nuestra falta de representación en la comprobación de que no se les ha hecho llegar adecuadamente las necesidades reglamentarias de los usuarios de la bicicleta en el ámbito urbano a tenor de lo que se presenta en el mencionado borrador del RGC.
En concreto nos gustaría hacerle llegar nuestra disconformidad más enérgica sobre los siguientes tres temas:
1. Legalización de la circulación ciclista por aceras
2. Uso obligatorio por parte de los ciclistas de las vías señaladas a tal efecto
3. Circulación del ciclista preferentemente por la parte derecha del carril en vías urbanas de un único carril por sentido.
1. Disconformidad con la legalización de la circulación ciclista por aceras, prioridad ciclista en las “aceras-bici” y el permiso de cruzar la vía montado sobre la bicicleta por los pasos de peatones cuando se acceda desde la acera.
Según la texto que nos presenta Conbici en su página web el nuevo Reglamento (artículo 176. 6.) permitirá al ciclista “(…) se podrá permitir que las bicicletas transiten por las aceras y demás zonas peatonales, en los términos que se establezcan mediante ordenanza municipal”.
También (artículo 176. 7 b) “(...) en la circulación por las aceras-bici, se estará a las siguientes reglas: el ciclista tendrá prioridad en las denominadas “aceras bici” (…) El peatón no podrá transitar sobre las aceras-bici, salvo para atravesarlas. En este caso, la preferencia de paso corresponde al ciclista”.
Y por último (artículo 176. 8.) “(…) los ciclistas que circulen por la acera-bici o por la acera podrán utilizar aquéllos para cruzar la calzada, adaptando su velocidad a la del peatón y cuidando de no ponerlos en peligro”.
Entendemos la dificultad de integrar a los ciclistas en su espacio natural, la calzada, debido principalmente a la cultura vigente de la movilidad. Pero ello no debe ser disculpa para alimentar otro conflicto con el actor más débil del espacio público: el peatón. “las aceras no son exclusivamente un espacio para un tránsito peatonal ordenado, lineal y de velocidades regulares, sino también un espacio de convivencia, juego, conversación y estancia, con cambios de trayectoria transversales, paradas indiscriminadas y giros no previsibles, en el que la circulación de bicicletas resulta perturbadora y generadora de conflictos y accidentes”.
Lo cierto es que muchas administraciones locales y colectivos están tratando de aumentar el número de usuarios de la bicicleta mediante atención social y política, infraestructuras, sistemas de bicicletas públicas…, pero hasta la fecha están derivando mayoritariamente en una reducción del espacio peatonal y su perturbación, debido a errores en la concepción de las medidas favorables a la bicicleta. Y desgraciadamente las noticias que nos llegan del borrador no sólo evitan que prolifere ese agravio, ofrecer derechos a los ciclistas contra los de los viandantes, sino que parece querer normalizarlo y aumentar el desequilibrio entre el espacio peatonal, de circulación y estacional, y el ciclista.
En cuanto a seguridad ciclista también nos gustaría argumentarle los motivos que desaconsejan cambiar el ámbito actual de circulación de las bicicletas. Existen suficientes ejemplos, muchos recientes, de ciclistas que han sido atropellados al cruzar paso de peatones montados en sus bicicletas, ya que aparecen con apenas tiempo de reacción en el campo visual del conductor del vehículo motorizado resultando imposible reaccionar a tiempo y evitar la colisión, haciendo bueno y aconsejable aquel adagio de nuestras madres: “¡No cruces los pasos de peatones corriendo, hijo!”.
2. Disconformidad con el uso obligatorio de vías ciclistas señaladas como tales
Las aceras-bici y carriles-bici, ejecutadas tal y como se describen en los manuales existentes para su diseño, tienen unas características técnicas que las hacen inservibles para circular con seguridad a más de 5Km/h ó 10Km/h.
Hay demasiadas evidencias e informes que alertan sobre los riesgos generados por estas infraestructuras: son estrechas; tienen ángulos de giro muy cerrados; ofrecen un itinerario tortuoso y más largo que la calzada; ocupan y atraviesan zonas de aglomeración y seguridad peatonal; entran en conflicto con las paradas de autobús; no tienen distancias laterales de seguridad respecto a vehículos en circulación, a vehículos estacionados, a peatones y a mobiliario urbano; restringe el ángulo de visión de los ciclistas; y en los cruces ubican a los ciclistas en los ángulos muertos del resto de conductores multiplicando la probabilidad de sufrir un atropello (las exigencias de estas vías superan las capacidades de respuesta del resto de conductores, por lo que la probabilidad de accidente se ve incrementada).
Por este motivo, la petición a la DGT en nombre de la Mesa Nacional de la Bicicleta -“(…)Si existe una norma prohibitiva del uso de las aceras, debe de ir acompañada de una norma que obligue a los municipios a reducir por ley la velocidad de sus vías a máximo 30 Km. la hora y en las calles a 50 km, hora ha de ser obligatorio el carril bici en calzada y protegido(…)”- es inaceptable. Los datos de siniestralidad no justifican la segregación de los ciclistas, sino todo lo contrario: hay demasiadas evidencias e informes que alertan sobre riesgos generados por los carriles bici como para pedir alegremente que se realice una inversión general.
3. Disconformidad con la circulación del ciclista preferentemente por la parte derecha del carril en vías urbanas de un único carril por sentido
En este tema nos gustaría aportar una matización importante en materia de seguridad ciclista (artículo 176. 2.) “(…) En las que dispongan de un carril de circulación por sentido, los ciclistas circularán preferentemente por la parte derecha del carril en la medida en que su seguridad y la de los otros usuarios lo permitan, favoreciendo el paso a otros vehículos.”
Queremos reseñarle que en la calzada urbana la posibilidad de circular en todo momento por el centro del carril disminuye la probabilidad de sufrir un accidente (según los datos recogidos por la DGT de 2010) ya que faculta a los demás usuarios de la vía una mejor, y más temprana, visión del ciclista por detrás y en las intersecciones. Por todo ello, sugerimos la modificación del mencionado artículo en favor de que el ciclista pueda ocupar el centro del carril.
Por último nos gustaría solicitar una reunión con usted donde podamos conocernos y trasladarle estas y otras sensibilidades ciclistas, argumentándolas y documentándolas, que no recogen los actuales miembros de la Mesa Nacional de la Bicicleta. Por este motivo, así mismo, solicitamos la participación en el grupo de trabajo GT-44.
Sin otro particular, se despide atentamente ......
En representación de .........